martes, 30 de junio de 2009

"profesionales" vs. "inexpertos" interpretando la Biblia

En otro artículo había concluido expresando mi convicción que la obra de Dios se hace con el poder del Espíritu Santo y no con los PhD que podamos tener. "Si yo tuviese PhD y no tengo amor, vengo a ser como la ruidosa bocina de un automóvil en una tarde silenciosa." Pero, también es verdad que el estudio es necesario. Los apóstoles no evadieron al estudio. Lo ideal sería que todos los pastores tengan acceso al estudio formal. En todo caso, sigue vigente 2Ti. 2.15: σπούδασον (imperativo!!!!!) σεαυτὸν δόκιμον παραστῆσαι τῶ θεῶ, ἐργάτην ἀνεπαίσχυντον, ὀρθοτομοῦντα τὸν λόγον τῆς ἀληθείας. Porque, "si pretendo tener una unción especial y no me aplico al estudio de la palabra de Dios, pues supuestamente se me revelan los misterios sin necesidad de la investigación, vengo a ser la alarma activada del automóvil del ejemplo anterior." ;-)
A mi entender, resulta provechoso revisar este comentario del profesor Gordon D. Fee:
De vez en cuando encontramos a alguien que dice con emoción: “No es necesario que interprete la Biblia; solamente léala y haga lo que dice.” Usualmente, tal afirmación refleja la protesta del lego contra los “profesionales”: eruditos, pastores, maestros, o instructores de escuela dominical, quienes, al “interpretar” parecen quitarles la Biblia a los “inexpertos”. Es su modo de decir que la Biblia no es un libro oscuro. “Al fin y al cabo”, alegan, “cualquier persona con medio cerebro puede leerla y entenderla. El problema de demasiados predicadores y maestros es que cavan tanto alrededor, que enlodan las aguas. Lo que era claro para nosotros cuando la leímos, ya no lo es tanto”.
Hay mucha verdad en esa protesta. Estamos de acuerdo en que los cristianos debemos leer la Biblia, creer en ella y obedecerla. Especialmente, estamos de acuerdo en que la Biblia no debe ser un libro oscuro si se estudia y se lee debidamente. En realidad, estamos convencidos de que el problema más grave que la gente tiene con la Biblia no es la falta de comprensión, sino el hecho de que entienden la mayoría de las cosas demasiado bien. El problema de un texto como “haced todo sin murmuraciones y contiendas” (Filipenses 2:14), por ejemplo, no es entenderlo, sino obedecerlo: ponerlo en práctica.
También estamos de acuerdo en que el predicador o maestro se encuentra con mucha frecuencia inclinado a investigar a fondo, y por lo tanto cubre el significado sencillo del texto, que a menudo está en la superficie. Decimos desde ahora, y repetimos en toda la obra, que el propósito de la buena interpretación no es la singularización; no se trata de descubrir lo que nadie más haya visto antes.
Las interpretaciones que tienen como objetivo de sus esfuerzos la singularización, por lo general se pueden atribuir al orgullo (un intento por parecer “más inteligentes” que el resto del mundo), a una comprensión falsa de la espiritualidad (que supone que la Biblia está llena de verdades profundas para que las saque a luz la persona de sensibilidad espiritual con capacidades especiales), o los intereses creados (la necesidad de apoyar una posición teológica, especialmente al tratar textos que van en contra de esa posición). Las interpretaciones singulares son usualmente erróneas. No
decimos que la comprensión correcta de un texto no pueda, a menudo, parecer singular a la persona que la oye por primera vez. Pero decimos que la singularidad no es el propósito de nuestra tarea.
El propósito de la buena interpretación es sencillo: llegar al significado sencillo del texto. El ingrediente más importante que se pone en esa tarea es el sentido común iluminado. La prueba de la buena interpretación es que le da buen sentido al texto. La interpretación correcta, por lo tanto, le da paz a la mente y aliento al corazón.Ahora bien, si el significado sencillo es el propósito de la interpretación, entonces ¿por qué interpretar? ¿Por qué no debemos solamente leer? ¿El significado sencillo no se encuentra solamente con la lectura? En cierto sentido, sí; pero, en un sentido más amplio, tal argumento es ingenuo e irreal, debido a dos factores: la naturaleza del lector y la naturaleza de las Escrituras. [1]
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[1] Gordon D. Fee & Douglas Stuart, La Lectura Eficaz de la Biblia (Miami: Vida, 1985), 11-12.

'Alla Turca' de Mozart: guitarra a cuatro manos

Me pareció muy divertido escuchar y ver cómo estos guitarristas interpretan el Rondo Alla Turca: Allegretto de la Sonata para piano n.º 11 en La mayor, K. 331 de Mozart.
http://www.youtube.com/watch?v=X8tTyHw67d4


lunes, 29 de junio de 2009

Jehová es זמר: “cántico” o “protección” (Éx. 15.2a)

Éx. 15.2a:


עָזִּי וְזִמְרָת יָהּ וַיְהִי־לִי לִישׁוּעָה

"Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación."


Para B. Childs la palabra זִמְרָת sigue siendo problemática.[1] Pues, זִמְרָת se traduce como “cántico” o “protección.” La Biblia del Peregrino tiene: “Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.” Nahum M. Sarna considera que la palabra puede significar ambos “cantar, tocar música” y “ser fuerte,” de este modo la frase “podría ser traducida ‘mi fuerza y [el tema de mi] cántico.’”[2] El Dr. Douglas K. Stuart, entre otros, favorece la traducción "fuerza” o “poder.”[3]

Para ser honesto, me llama la atención que la LXX traduzca de un modo diferente זִמְרָת a pesar de ser un texto hebreo idéntico en el caso de Éx. 15.2a y Sal. 118.14 (LXX 117.14) y con pequeña variación en Is. 12.2.


  1. Éx. 15.2a זִמְרָת = σκεπαστής protector, defensor (LEH)
  2. Sal. 118.14 (LXX 117.14) זִמְרָת = ὕμνησίς “cantando en alabanza, (el acto de) alabar” (LEH)
  3. Is. 12.2 זִמְרָת = αἴνεσίς “alabanza” (LEH)

Encuentro muy útil la exposición de este problema en el trabajo de Robert V. McCabe, Carmen Maris Algosi: An Exegetical Study of Exodus 15:1-18.”[4] Aunque, no estoy del todo satisfecho con la propuesta de traducción “protección, etc.” ¿Es posible que la no aceptación de “cántico” se deba más a nuestra cosmovisión y lógica? El Dr. Durham manifiesta su insatisfacción así:

זִמְרָת “canto de alabanza” ha sido cuestionado como un non sequitur con “mi poder” desde tiempos antiguos, como las lecturas variantes de algunas versiones lo muestran
(LXX σκεπαστής “protección”; así Vg MS Ottobonianus). Gaster (ExTim 48 [1936–37] 45), Freedman (Pottery, Poetry, and Prophecy, 200) y Parker (VT 21 [1971] 373–79) arguye por זִמְרָה “fortaleza,” “protección,” al plantear una raíz diferente זמר (cf. HALAT 263, III *זמר y זִמְרָה). Loewenstamm (VT 19 [1969] 464–68) y Good (VT 20 [1970] 358–59) arguyen por “alabanza en cántico” = “gloria” y endíadis, aquí “mi cantar acerca de la fuerza.” La evidencia para plantear una raíz que significa “protección” o “fortaleza” no es convincente, y la recurrencia de la frase exacta en Sal. 118:14 y en Is. 12:2 hacen improbable la adición de י a זִמְרָת como propusieron Cross-Freedman (Studies, 55) y Talmon (VT 4 [1954] 206–8).[5]

Actualización: he colocado links a los libros citados abajo.

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[1] Cf. Brevard S. Childs, El Libro del Éxodo (Navarra: Verbo Divino, 2003), 254-55.

[2] Nahum M. Sarna, Exodus (The JPS Torah Commentary; Philadelphia: Jewish Publication Society, 1991), 77.

[3] Cf. Douglas K. Stuart, Exodus (NAC 2; Nashville: Broadman & Holman, 2006), 349; ver también Walter C. Kaiser, NIDOTTE 1:1119; HALOT 274.

[4] Dis. MTh (Grace Theological Seminary, Mayo de 1981), 95-103.

[5] John I. Durham, Exodus (WBC 3; Dallas: Word, 1998), 206.

sábado, 27 de junio de 2009

Leyendo a Larry W. Hurtado


Estoy leyendo el libro del Dr. Larry W. Hurtado, Lord Jesus Christ: Devotion to Jesus in Earliest Christianity (hay traducción en español: Señor Jesucristo. La devoción a Jesús en el cristianismo primitivo por la editorial Sígueme). El Dr. Hurtado (BA MA PhD FRSE) es profesor de Lengua, Literatura y Teología del Nuevo Testamento en la Universidad de Edimburgo, Escocia. Es director del Centro para el Estudio de los Orígenes Cristianos.
Hasta donde he leído, el Dr. Hurtado muestra una extraordinaria erudición en el manejo de la literatura primaria. Esta monumental obra (653 págs. de texto) es lectura obligatoria para quien desee estudiar los orígenes del cristianismo. Además, podría considerarse que Lord Jesus Christ se constituirá en la obra estándar sobre el tema.

Para algunas reseñas (en inglés) ver aquí (RBL) y aquí.

miércoles, 24 de junio de 2009

Como el ciervo (Sal. 42.1)

Sal. 42.1:

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,

Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

 כְּ‍אַיָּל תַּעֲרֹג עַל־אֲפִיקֵי־מָיִם כֵּן נַפְשִׁי תַעֲרֹג אֵלֶיךָ אֱלֹהִים׃


Es en los desiertos, en los sequedales, donde se experimenta una sed terrible. Al parecer, el salmista está resaltando su situación espiritual desértica, privado de la plena comunión con Dios.[1] Por otro lado, el principal enfoque en este texto no es el ciervo, sino las aguas: Dios.[2] “El creyente verdadero siempre anhela comunión con Dios.”[3]

Aquí hay un vídeo de Jim Greeninger ejecutando la melodía del canto As the Deer [Como el Ciervo] (de Marty Nystrom). La dirección es: http://www.youtube.com/watch?v=IIuQ2n4GvNA



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[1] Cf. Samuel Terrien, The Psalms: Strophic Structure and Theological Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 2003), 351.

[2] Cf. Peter C. Craigie, Psalms 1-50 (WBC 19; Dallas: Word, 1998), 326.

[3] Daniel Carro, José Tomás Poe y Rubén O. Zorzoli, Salmos (CBMH 8; El Paso: Mundo Hispano, 1997), 175.

sábado, 20 de junio de 2009

Apocalipsis: Evis Luis Carballosa

Después de una temporada lejos de Ica y del internet, estoy de vuelta. Aquí he incrustado una serie de vídeos en los cuales el Dr. Carballosa expone el libro del Apocalipsis desde una perspectiva dispensacionalista. Estos videos son compartidos por el Seminario Bíblico William Carey. Aquí está el enlace:
http://video.google.es/videosearch?q=carballosa&emb=0#q=evis+carballosa&emb=0

viernes, 19 de junio de 2009

Introducción-Hebreo

En teoría, el estudio del hebreo bíblico es útil para el estudio del Antiguo Testamento. Pero, en la práctica el panorama resulta desalentador. En nuestra cultura pragmática los maestros de hebreo primero tienen que gastar energías y tiempo para convencer a sus estudiantes sobre la importancia del estudio del hebreo. Hay estudiantes, y hasta profesores, de seminario quienes consideran que el currículo del seminario no debería incluir la enseñanza del hebreo. Su apreciación del hebreo resulta muy negativa. Se le considera como pérdida de tiempo y dinero, pues se aduce que ahora existen muchas herramientas electrónicas las cuales hacen innecesario el estudio del hebreo. Incluso predicadores, maestros o misioneros que recibieron entrenamiento en un seminario con el paso del tiempo olvidaron sus clases de hebreo. Para muchos pastores ocupados el hebreo es solo un curso que necesitaron aprobar para cumplir con sus créditos en sus años estudiantiles. Estoy convencido, y esa es una de las razones para la existencia de este sitio, que el estudio del hebreo es esencial para la exégesis del Antiguo Testamento. Obviamente, el estudio de cualquier idioma exige disciplina y perseverancia. Una motivación debe ser siempre el glorificar a Dios por medio de un estudio responsable. De seguro que el estudio del hebreo impactará la predicación, enseñanza, consejería y discipulado cristiano.
El Dr. Robert B. Chisholm[1] nos ofrece algunas razones que explicarían el poco interés en el estudio del hebreo (aunque Chisholm escribe para estudiantes de segundo ciclo de hebreo, lo que dice es válido para los que se inician). Puede haber una razón “teológica” o “filosófica” inconsciente (y “contradictoria”, diría yo) para ello. Por un lado, se sostiene que toda la Biblia es palabra de Dios, pero por otro lado, simultáneamente se considera irrelevante al Antiguo Testamento en muchos aspectos para los cristianos. Los estudiantes evangélicos generalmente rechazarían este enfoque conscientemente. Pero, a pesar de ello no invierten tiempo en estudiar la Biblia hebrea (Antiguo Testamento en hebreo). ¿La razón? Otra razón, es que francamente no aprendieron el hebreo. Con una tonelada de tareas y limitaciones, aprobaron su curso de hebreo “como por fuego”. Otros que se esforzaron y llegaron a manejar bastante bien el hebreo, pero debido a las urgencias ministeriales y la falta de práctica “se olvidaron” del hebreo. Los docentes de hebreo tienen algo de responsabilidad. Muchas veces se dedicaron a cumplir con su sílabo en lugar de lograr competencias en los estudiantes. Además, a menudo los docentes de hebreo olvidaron integrar el hebreo con la exégesis y la exposición, asuntos que dejaron en manos de los docentes de esas áreas curriculares. Pero, ¡esos docentes tampoco conectaron el hebreo con la exégesis y la exposición! Finalmente, nadie ayudó al estudiante a integrar el hebreo con su práctica cotidiana de estudiar la Biblia. El estudio de la Biblia es emocionante, y tanto más cuando usamos el conocimiento del idioma hebreo para leer el Antiguo Testamento.
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[1] Robert B. Chisholm, From Exegesis to Exposition: A Practical Guide to Using Biblical Hebrew (Grand Rapids: Baker, 1998), 8.