jueves, 10 de junio de 2010

"Pudor", αἰδώς (1 Ti 2.9) II

Con respecto a 1 Ti 2.9, Gordon D. Fee comenta lo siguiente:

Existe abundante evidencia, tanto en el helenismo como en el judaísmo, que equipara el atavío glamoroso con la provocación sexual y la insubordinación de la casada. Efectivamente, para una mujer casada vestirse así en público era equivalente a la infidelidad conyugal (ver, e.g., Sentencias de Sexto 513: “Una esposa a quien le gusta adornarse no es fiel”).[1]


Sí que la vestimenta en aquellos días tenía un significado lo suficientemente claro. El modo de vestir actual también dice más de lo que a veces suponemos.
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[1] Gordon D. Fee, 1 and 2 Timothy, Titus (NIBC; Peabody: Hendrickson, 1988), 71.

martes, 8 de junio de 2010

"Pudor", αἰδώς (1 Ti 2.9)

La palabra “pudor” que aparece en la versión Reina-Valera 1960 es la traducción de la palabra griega αἰδώς. Esta palabra griega “expresa lo opuesto de considerar o tratar algo de una manera común u ordinario; un respeto por convención” [1]. Se refiere a la “modestia de las mujeres” [2], a “la calidad de modestia, con la implicación del respeto resultante” [3]. El significado clásico de αἰδώς era de “reverencia, asombro, respeto” [4]. La Vulgata traduce αἰδώς con la palabra verecundia que significa “modestia, vergüenza” [5]. De acuerdo a J. N. D. Kelly αἰδώς “connota la reserva femenina en materias de sexo (el francés pudeur)” [6].
Resulta extremadamente significativo que el apóstol Pablo use esta palabra para referirse a la vestimenta femenina.
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[1] BDAG, 24.
[2] Ibid.
[3] L&N 88.49.
[4] LSJ, 36.
[5] J. M. Harden, Dictionary of the Vulgate New Testament (London; New York: SPCK; The Macmillan Co., 1921), 123.
[6] J. N. D. Kelly, The Pastoral Epistles (BNTC; Peabody: Hendrickson, 1963), 66.

miércoles, 7 de abril de 2010

Éx 1.15 y los nombres de las parteras

Éx 1.15

"Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa"

15 וַיֹּ֙אמֶר֙ מֶ֣לֶךְ מִצְרַ֔יִם לַֽמְיַלְּדֹ֖ת הָֽעִבְרִיֹּ֑ת אֲשֶׁ֨ר שֵׁ֤ם הָֽאַחַת֙ שִׁפְרָ֔ה וְשֵׁ֥ם הַשֵּׁנִ֖ית פּוּעָֽה׃

El relato es directo y fluyen los hechos paulatinamente. Los nombres de las parteras significan: Sifra (שִׁפְרָה) "blancura, clara" y Fúa (פּוּעָה)"espléndida". Es probable que ellas hayan sido las parteras que lideraban a las demás parteras. Aunque sus nombres son hebreos, algunos eruditos consideran que eran probablemente egipcias. Esto explicaría que Faraón con confianza les ordenase exterminar a los niños hebreos, y por otro lado resultaría más significativo el hecho que estas parteras hayan temido a Jehová.

martes, 6 de abril de 2010

Significado de ἀντί en Mr 10.45/Mt 20.28

Mt 20.28
ὥσπερ ὁ υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου οὐκ ἦλθεν διακονηθῆναι ἀλλὰ διακονῆσαι καὶ δοῦναι τὴν ψυχὴν αὐτοῦ λύτρον ἀντὶ πολλῶν.

Mr 10.45
καὶ γὰρ ὁ υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου οὐκ ἦλθεν διακονηθῆναι ἀλλὰ διακονῆσαι καὶ δοῦναι τὴν ψυχὴν αὐτοῦ λύτρον ἀντὶ πολλῶν.

Estos dos textos relacionados con la expiación han generado cierto debate a causa del significado de la preposición griega ἀντί. Para algunos eruditos, ἀντί significa "en beneficio de" basados en Gn 44.33 (LXX) y Mt 17.27.
Nigel Turner rechaza el significado de "en beneficio de" para ἀντί en Mt 17.27, y aboga por el significado de sustitución o intercambio. R. H. Davies sostiene que en Gn 44.33 el significado claro de ἀντί es "en lugar de". De la misma opinión es M. J. Harris (p. 1180) con relación al significado de "en lugar de" para ἀντί en Gn 44.33 y Mt 17.27. Daniel B. Wallace cita también la tesis doctoral de Bruce K. Waltke (a la cual lamento no haber tenido acceso aún) quien favorece el significado de "en lugar de" para ἀντί.
Como afirma Wallace, la evidencia es abrumadora con respecto al significado de "en lugar de" para la preposición ἀντί en Mt 20.28/Mr 10.45. Por tanto, estos textos estarían enseñando la redención sustitutoria.
¡Qué paz que Cristo haya dado su vida en rescate en nuestro lugar!

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Nigel Turner, Grammatical Insights into the New Testament (Londres-New York: T&T Clark, 2004), 172-173.
M. J. Harris, "Prepositions and Theology in the Greek New Testament", en NIDNTT, 3:1180.
R. E. Davies, "Christ in our place—The contribution of the Prepositions" TynBul 21 (1970) 76-81.
Daniel B. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basics (Grand Rapids: Zondervan, 1996), 365-367.
B. K. Waltke, "The Theological Significations of ἀντί and ὑπέρ in the New Testament", Disertación Th.D. (Dallas Theological Seminary, 1958), 1.127-28.

domingo, 4 de abril de 2010

Las mujeres y la resurrección

¿Por qué el Cristo resucitado se apareció primero a mujeres? La respuesta es pura conjetura. El hecho es que lo hizo así.
Desde el punto de vista de la investigación histórica, las mujeres como testigos oculares constituyen un valioso dato. Si tomamos en cuenta lo valioso que era el testimonio ocular para los pensadores. Nótese la máxima “los ojos son testigos más seguros que las orejas” de Heráclito, afirmación aludida por Polibio (200-118 aC), Heródoto (484-425 aC), Tucídides (460-396 aC), Luciano (121-181 dC). En varias ocasiones, como indica Bauckham, a las mujeres se les hace referencia con verbos que significan “VER”:
1. Vieron cuando Jesús murió (Mt 27.55; Mr 15.40; Lc 23.49).
2. Vieron cuando Jesús fue sepultado en una tumba (Mr 15.47; Lc 23.55).
3. Fueron a ver la tumba el primer día de la semana (Mt 28.1).
4. Vieron la piedra removida (Mr 16.4).
5. Vieron al joven sentado al lado derecho (Mr 16.5).
6. El ángel les invitó a ver el lugar vacío (Mt 28.6; Mr 16.6).
Los sinópticos tienen cuidado de no mantener en el anonimato a las mujeres, sino que se les nombra consistentemente. Recuérdese la exigencia de la Torah en Dt 19.15 de dos o tres testigos.
Sin embargo, pese a que las mujeres son testigos de excepción, culturalmente no se les consideraba como testigos confiables como lo atestigua Pseudo-Filón y especialmente Josefo quien afirmaba "No se admitirá el testimonio de las mujeres, por su ligereza [κουφότης] y la temeridad [θράσος] de su sexo" (Antigüedades 4.219). Por otro lado, en el rabinismo consideraban que las mujeres no eran competentes como testigos (Cf. mSheb. 4.1; mRosh haSh. 1.8; bBab. Kam. 88a). Y, la situación no era tan distinta en el mundo greco romano. Las mujeres eran consideradas como crédulas en asuntos religiosos y especialmente orgullosas para las fantasías supersticiosas y excesivas en prácticas religiosas (cf. entre otros Estrabón; Juvenal; Plutarco).
Como señala G. Ladd, si los evangelios hubiesen sido producto del invento de los cristianos, los primeros testigos hubieran sido los apóstoles y no las mujeres. Por tanto, las mujeres en la tumba nos muestran que el relato de la resurrección definitivamente no fue un invento.
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Samuel Byrskog, Story as history - history as story (Mohr Siebeck, 2002).
Richard Bauchkam, Gospel women (Eerdmans, 2002).
Richard Bauchkam, Jesus and the eyewitnesses (Eerdmans, 2006)
N. T. Wright, La resurrección del Hijo de Dios (Verbo Divino, 2008).
G. E. Ladd, Creo en la resurrección (Caribe, 1977).

sábado, 3 de abril de 2010

¿Indispensable?

Es interesante que a pesar de nuestra contingencia, tendemos a pensar que existen los indispensables o que nosotros somos los indispensables.
2Ti. 2.2
Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos [ἱκανός] para enseñar también a otros.
Debemos aspirar a ser competentes, calificados, hábiles, como lo señala el uso del adjetivo ἱκανός.

Acceso a SAGE Reference hasta el 15 de mayo

SAGE Reference ofrece acceso este mes desde el 1 abril hasta el 15 de mayo del 2010.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Carta de John Piper

Me sorprendió enterarme de esta carta del pastor John Piper. En la mencionada carta, el pastor John Piper indica que los ancianos de su congregación gentilmente aprobaron el 22 de marzo concederle un permiso de ausencia de Bethlehem a partir del 1 de mayo hasta el 31 de diciembre de 2010.
Dios le ayude en este período al pastor Piper.

sábado, 20 de febrero de 2010

"no conocía" Éx 1.8

La expresión “que no conocía a José” con respecto al faraón no quiere decir que no poseía información acerca de José. Este rey no tenía una relación con el legado de José, y menos aún tenía aprecio por José. El verbo יָדַע yada‘ (qal perf.) “conocer” en el pensamiento hebreo es más que una actividad mental o intelectual. Se trata de un conocimiento experimental de la más íntima calidad.[1]
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[1] Cf. Sarna, 5; Dunham, 7; BDB.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Título de Éxodo

Estoy elaborando mis notas sobre el libro del Éxodo. Algunos datos sobre el título del libro son que el título del libro en hebreo es וְאֵלֶּה שְׁמוֹת (we’ēlleh šemôṯ “Y estos son los nombres”) que es la primera frase que se encuentra en el libro, que generalmente se abrevia como šemôṯ. La LXX tiene Εξοδος (de “salir”, que es una abreviación de exodos aigyptou: trad. del heb. sēper yĕṣı̂˒āt miṣrayim), y de allí se transcribió a la Vulgata como [Liber] Exodus. Se debe precisar que el libro cubre más que la salida de Egipto que aparece en 13.17-15.21. Otro nombre con el que es conocido es ḥōmeš šēnı̂ ("segundo quinto [del Pentateuco]").
De acuerdo a las notas masoréticas, el texto hebreo del libro del Éxodo contiene 1209 versos, 16,713 palabras, y 33,539 letras.[1]
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[1] Cf. AYBD, 2:690.