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miércoles, 4 de octubre de 2017

El profeta Ezequiel y la rebeldía de Israel (Ez. 2:3)

Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. (Ez. 2:3)
וַיֹּאמֶר אֵלַי בֶּן־אָדָם שׁוֹלֵחַ אֲנִי אוֹתְךָ אֶל־בְּנֵי יִשְׂרָאֵל אֶל־גּוֹיִם הַמּוֹרְדִים אֲשֶׁר מָרְדוּ־בִי הֵמָּה וַאֲבוֹתָם פָּשְׁעוּ בִי עַד־עֶצֶם הַיּוֹם הַזֶּה

3 וַיֹּאמֶר אֵלַי wayyōʾmer ʾēlay “Y me dijo”, es una frase muy frecuente en Ezequiel, aparece 58 veces[1]. Indica la comunicación verbal de la palabra del Señor.
Nuevamente se le denomina בֶּן־אָדָם ben-ʾādām “hijo de hombre” (10 veces en caps. 2-3). La mayor parte de esta sección se ocupa en describir a la audiencia que le tocará enfrentar. La descripción que hace Dios revela el concepto que tiene de Israel. ¿Nos atreveríamos a pedirle al Señor que nos describiera? ¿Qué pensará de nosotros?
שׁוֹלֵחַ אֲנִי אוֹתְךָ šôlēaḥ ʾănî ʾôtĕkā “yo te envío” šôlēaḥ es participio qal activo de šālaḥ. Esta es la forma distintiva de comisión profética (Cooke, 1936:31), como con los profetas (Is. 6:8, Jer. 1:7) y posteriormente los apóstoles (Mr. 6:7, Mt. 10:5, Lc. 9:2 cp. 10:1). Esta breve expresión es fundamental para el ministerio profético (y, apostólico). La autoridad profética no proviene de alguna habilidad especial ni de posesión de alguna disposición psíquica particular, sino solo del hecho que el Señor le ha enviado (Zimmerli, 1979:132).
אֶל־בְּנֵי יִשְׂרָאֵל ʾel-bĕnê yiśrāʾēl “a los hijos de Israel”[2], es la primera de dos frases preposicionales que describirán la audiencia-objetivo del profeta Ezequiel. En este caso bĕnê resalta que son descendientes, yiśrāʾēl “de Israel” que es el pueblo del pacto. Por el resto de la descripción que señala la rebeldía de los israelitas, con la designación bĕnê yiśrāʾēl se destaca la naturaleza hereditaria de la pecaminosidad del pueblo (Greenberg, 2008:62).
אֶל־גּוֹיִם הַמּוֹרְדִים ʾel-gôyim hammôrĕdîm “a gentes rebeldes”[3], segunda frase preposicional está en aposición y describe a bĕnê yiśrāʾēl. El uso de gôyim (“naciones, gentes, gentiles”) puede que solo sea una forma general para referirse a las tribus de Israel, de ahí el plural, aludiendo a (Gen 35:11). Por otro lado, como gôyim es la expresión habitual para referirse a los gentiles paganos puede ser peyorativa aquí significando que Israel se comporta como las demás naciones (cf. Ez. 7:24; 11:16; 12:16; Block, 1997:118; Cody, 1964). La frase nominal definida que describe a esas naciones hammôrĕdîm (artículo + participio; cf. Joüon § 138 b–c) es atributiva de gôyim. Literalmente dice en hebreo “naciones los rebeldes”, de ahí “naciones rebeldes”. Se usa el participio qal del verbo מָרַד mārad “rebelarse” que será detallado en las dos cláusulas verbales predicativas siguientes.
“que se rebelaron contra mí [מָרְדוּ־בִי mārdû-bî]; ellos y sus padres se han rebelado contra mí [פָּשְׁעוּ בִי pāšʿû bî] hasta este mismo día” es una rebeldía intergeneracional. Es una ruptura con Dios. El uso de los verbos mārdû y pāšʿû señalan que se trata de una rebelión política, o mejor dicho “teopolítica” (Greenberg, 2008:63; Wright, 2001:54), es decir, han sido desleales a su Rey. El uso repetido de mārad “rebelarse”, “rechazar la alianza con, levantarse en contra de, un soberano”, es el antónimo de ʿabad “servir, estar sujeto a” (Greenberg, 2008:63).

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[1] Después de Génesis, en este libro aparece con más frecuencia
[2] Frase preposicional del tipoאֶל־ + humano (Andersen &; Forbes, 2008).
[3] Frase preposicional también del tipoאֶל־ + humano (Andersen &; Forbes, 2008).

domingo, 1 de octubre de 2017

Preámbulo para la comisión: Ezequiel 2:1-2


Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. (Ez. 2:1-2)
Podemos hacer algunas observaciones de este texto:
  • וַיֹּאמֶר אֵלָי“Me dijo” la comisión viene mediada por la palabra real. 
  • No le llama por su nombre, sino con el epíteto בֶּן־אָדָם “hijo de hombre” que ocurre 93 veces. Esta forma de referirse al profeta destaca su humanidad (Cooke, 1936:31; Zimmerli, 1979:131; Allen, 2002:38) en contraste con Dios (cf. Is. 31:3; Ez. 28:2), su fragilidad, y por tanto, su condición de esclavo y súbdito.
  • El llamamiento de Ezequiel se presenta con terminología de la corte real (Block, 1997:114). Cuando un siervo estaba ante su rey, se postraba ante él y solo se levantaba cuando el rey le ordenaba levantarse. Y, la orden de levantarse y oír era para recibir una comisión que debía obedecerse sin dilación. En este caso, luego de la adoración tenemos la comisión. Nos recuerda que la Gran Comisión (Mt. 28:19-20) también se dio en el contexto de la adoración (Mt. 28:17). No se puede cumplir, como es debido, la comisión si primero no hay adoración. 
  • Además, es el Espíritu quien alista a Ezequiel para su comisión.