Estimado señor Manuel,
Le saludamos, deseándole el bienestar suyo y el de sus familiares [...]
Estimado Manuel,
Te saludo deseando que estés bien de salud y en todos los aspectos, juntamente con tu familia [...]
He estado orando y llorando todos los días. Después de rogar, Dios me habló. Luego de revisar al azar los e-mails de Manuel (los cuales he revisado decenas de veces), me topé con el e-mail número LVII. Fue un gran descubrimiento porque era la palabra que me hacía falta. Esta palabra está en el LVII e-mail a Manuel versículo 2: "Te saludo deseando que estés bien de salud y en todos los aspectos, juntamente con tu familia". Dios nos ha prometido buena salud, y prosperidad en todos los aspectos. Y no sólo eso, sino que bendecirá a toda nuestra familia. Desde ahora toda nuestra teología depende de LVII e-mail a Manuel versículo 2. El lema y el fundamento de mi ministerio será LVII e-mail a Manuel versículo 2.¿Qué opinarías de este iluminado? Quizá ahora vas a dar mucha mayor relevancia a los encabezados de las cartas y mensajes que recibas. :-) Hace casi 2000 años atrás, un anciano escribió una carta a un amigo muy amado. En el encabezado/saludo escribió estas palabras:
Como otras cartas de la época era un saludo convencional [1], pero evidentemente escritas con sinceridad. Lo sorprendente es que algunos autores escriban cosas como estas:Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (RV60)
Estas son palabras de David (Paul) Yonggi Cho. No es de extrañarse, pues Oral Roberts escribe en el prólogo al libro de Yonggi Cho:Oré y lloré día tras día, derramando lágrimas, buscando intensamente. Luego de pasar mucho tiempo suplicando a Dios, El me habló al corazón. Sus palabras, cálidas, llenas de esperanza, fueron un descubrimiento para mí. La palabra que Dios me envió contenía la verdad de la bendición triple que está escrita en III Juan 2 y que consiste en salvación, salud y prosperidad: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma."
Desde entonces esa verdad ha sido la base de todos mis sermones y he colocado como fundamento de mi ministerio ese versículo. Cuando mi interpretación de toda la Escritura tomó la perspectiva de la luz de la verdad que arroja este versículo en particular, Dios comenzó a manifestarse no solamente como el Dios del pasado y del futuro, sino como el Dios del presente, aquel que vive en el tiempo presente. Posteriormente, a causa del poder de este mensaje, nuestra iglesia se ha expandido internacionalmente y continuará creciendo en el futuro.[2]
Cierto día abrí mi Biblia al azar y quedó abierta en la 3° Epístola de Juan. Mi vista cayó sobre el versículo 2; no recordaba haberlo leído nunca antes. Estas palabras eran lo que me faltaba a mí, como una llave maestra.
Evelyn (mi esposa) y yo las leímos una y otra vez, sollozando, regocijándonos y sintiéndonos inundar por la presencia de Dios en la manera que lo necesitábamos para poder invadir la tierra con el poder de Jesús, para ganar a las almas, sanar a los enfermos, echar a los demonios y mostrar a las personas sufrientes que Dios es un buen Dios... y que El desea prosperar todos los aspectos de sus vidas.[3]
¿Cuál de los Gayo(s)?
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