El Dr. Thomas R. Schreiner, profesor “James Buchanan Harrison” de interpretación del Nuevo Testamento en el Southern Baptist Theological Seminary, considera que difícilmente alguien puede afirmar que comprende la sintaxis de un texto a menos que sea capaz de diagramar dicho texto:
Es verdad que uno puede comprender el texto griego sin diagramar, pero ninguno puede comprender el texto griego a menos que la gramática y la sintaxis del texto sean entendidas. Y nadie puede afirmar que comprende la sintaxis del pasaje a menos que él o ella sea capaz de diagramar el pasaje. Algunas personas pueden entender un pasaje sin diagramarlo porque entienden cómo cada palabra y frase se relaciona en la oración. Sin embargo, esto significa que serían capaces de diagramar el pasaje si se les pidiese hacerlo y si conocieran las convenciones para diagramar. [negritas mías][1]
Está disponible on-line (PDF) el capítulo 5 de su libro Interpreting the Pauline Epistles, en el cual el Dr. Schreiner nos instruye cómo hacerlo aquí:
Diagramming and Conducting a Grammatical Analysis, (pp. 77-96).
Está en inglés, pero se puede entender porque emplea términos gramaticales que pueden reconocerse fácilmente. Este capítulo es una excelente herramienta para quienes están interesados en el análisis diagramatical.
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[1] Thomas R. Schreiner, Interpreting the Pauline Epistles (Guides to New Testament Exegesis 5; Grand Rapids: Baker, 1990), 77.
Sobre el tema de la diagramación de un texto debe uno plantearse el problema de si efectivamente un texto es gramática, o si en su defecto es lenguaje. Si es lenguaje la diagramación no tiene mayor importancia, excepto allí donde el lenguaje está efectivamente muerto. Una visión más dinámica de los entretejidos de un texto puede verse en el criticismo retórico que busca patrones y en ese sentido interacciones y dinámicas. Pero a la vez, si uno entiende que un texto esta vivo (como sugiere R. Barthes) esa vida se haya en los entretejidos socio-culturales (B. Malina).
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