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sábado, 30 de marzo de 2013

Semi-pelagiano ¿yo?

Existe una expresión humonrística que se le ha denominado "la prueba del pato" (en inglés duck test) que es una forma de inducción. Dice así, "Si camina como pato; tiene pico de pato y hace 'cua, cua', sin duda es un pato…" De dónde surgió esta prueba es algo desconocido. Si se me permite algo de humor, podemos decir: "Si rechaza el monergismo agustiniano, si acepta el sinergismo al incluir la parte humana en la decisión (aceptar o rechazar) para la vida eterna basado en el libre albedrío, si no acepta que la fe sea un don de Dios (o se origina en Dios), si niega la gracia pre-viniente, si rechaza considerar al hombre natural como totalmente incapaz de hacer el bien (rechaza la depravación total), si hace de la cooperación espontánea del hombre una condición a la operación de la gracia, si presume que la gracia sea impartida a consecuencia de 'algún mérito', sin duda es un semi-pelagiano".[1]
En lugar de admitir lo evidente, hay quienes rechazan ser identificados como semipelagianos la razón es muy obvia: los semipelagianos fueron condenados como herejes en el segundo Sínodo de Orange en el año 529. Los giros que tiene la historia me llevan a pensar que algunas veces la ortodoxia de hoy es la herejía de ayer.
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[1] Cf. New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, 10:347-349; R.C. Sproul, Willing to Believe: The Controversy Over Free Will (Grand Rapids: Baker,  1997), 69-84.