Estaba revisando lo que Agustín escribió acerca del milenio y los milenaristas. Es muy importante leer las razones de Agustín para rechazar el milenarismo. Sus motivos son de índole filosófica (La Ciudad de Dios 20.7.1):
Quienes por estas palabras han sospechado que la resurrección primera es corporal, han adoptado esta opinión movidos, sobre todo, por los mil años, en la idea de que todo ese tiempo debe ser como el sábado de los santos, en que reposarán santamente después de seis mil años de trabajos. Estos años se cuentan a partir de la creación del hombre v de su despedida, ganada por el pecado, de la felicidad del paraíso a las miserias de la vida mortal. Y así como está escrito: Un día ante Dios es como mil años, Y mil años como un día, pasados los seis mil años como seis días, el séptimo, es decir, los años últimos, harán las veces del sábado para los santos, que resucitarán a celebrarlo.Esta opinión sería hasta cierto punto admisible si se creyera que durante ese sábado los santos gozarán de algunas delicias por la presencia del Señor. Yo mismo me he adherido algún tiempo a ese sentir. Pero sus defensores dicen que los resucitados se holgarán en inmoderados banquetes carnales, en los que la comida y la bebida carecerán de modestia, y excederán el modo de los incrédulos. Y esto no pueden creerlo sino los carnales. Los espirituales, empero, dan a éstos el nombre de χιλιαστάς, palabra griega que nosotros literalmente podemos traducir por milenaristas. Refutarlos al detalle sería muy largo. Prefiero por eso mostrar cómo deben entenderse esas palabras de la Escritura.