No sé cuántas veces escuché o leí esta definición de amor-ἀγάπη: “el amor-ἀγάπη es una decisión”. La ecuación es directa: amor-ἀγάπη = decisión. Con respecto a esto hay gran consenso entre muchos predicadores, consejeros y educadores. La mayoría usa esta ecuación, pero eso no la convierte en verdad.
Mi problema es que hasta ahora no he encontrado esta ecuación en ninguno de los léxicos estándares del griego del Nuevo Testamento.
Y, como un plus se afirma que al ser el amor-ἀγάπη una decisión entonces los procesos afectivos (sentimientos, emociones, pasiones) son excluidos de la definición de amor-ἀγάπη. Se argumenta que como en la Biblia el verbo ἀγαπάω aparece en imperativo (especialmente ἀγαπᾶτε), entonces debe tratarse de una decisión y no de sentimientos o emociones. Con esta lógica, puesto que “alegrarse” aparece en imperativo (cf. Ro. 15:10: “Alegraos [εὐφράνθητε imperativo], gentiles, con su pueblo”), ergo la alegría no es una emoción o sentimiento sino una decisión.
3 comentarios:
Hola Pastor
Leo su blog y veo su aprecio a la Palabra de Dios y al uso de la hermenéutica Bíblica. Soy peofesor de esa materia en el Seminario Metodista en Monterrey México y me gustaría tener comunicación con usted, Mi correo electrónico es pastorjoseperez@hotmail.com
En Cristo
josé pérez
Desconozco lo que la palabra en griego significa o implica (conocer esto ayudaría mucho al tratar de definir lo que el Nuevo Testamento pretende enseñar acerca del término) pero lo que sí que veo es que el amor del cual se predica en la Biblia pretende ser algo práctico. “No améis de palabra sino de hecho y en verdad" y otros textos similares que inducen a poner el amor en acción. Por tanto, es algo que trasciende más allá de los sentimientos. Es difícil definir el amor, pero estoy seguro que la intencionalidad de amar se halla en la decisión y, como has mencionado, el imperativo en la Biblia de hacerlo es una prueba de ello. Y sí, pienso que alegrarse también es una decisión, además de un sentimiento. ¿Cómo se alegra uno cuando está triste? Sustituyendo su pensamiento negativo por las promesas de Dios, recordar la bendición de Jehová, recordar que a los que aman a Dios todo ayuda a bien... Amarás al Señor con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas es un imperativo (requiere una decisión) pero implica a las emociones (si entendemos alma o corazón como una referencia a ellas, aunque, como dije, sería bueno conocer qué implica el término griego y qué concepto tienen estas palabras en el pensamiento judío). Eso quiere decir que las emociones podemos educarlas y ponerlas al servicio (o enfoque) que le debemos dar. En un mundo en el que la sociedad actúa guiada por las emociones (y engañoso es el corazón...) es importante demostrar con nuestras acciones lo que la Biblia enseña y ordena. ¿Qué otra manera hay, por ejemplo, de amar a los enemigos? Los sentimientos no ayudan, pero la decisión de actuar sin venganza o caritativamente hacia quien nos ha hecho daño, solo puede venir de la decisión (y que nadie me malinterprete, no excluyo la ayuda del Espíritu en este asunto).
En el equilibrio reposa la virtud.
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