9 Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado
sea tu nombre.
10
Venga tu reino.
Hágase
tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El
pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.
Diagrama
por Randy A. Leedy, SBL Greek New Testament Sentence Diagrams
(Bellingham, WA: Faithlife, 2020).
La oración del Padrenuestro (en latín Pater noster) o
también conocida como la oración del Señor (título dado por Cipriano de Cartago)
ocupa un lugar central en la vida devocional cristiana. Cipriano (De oratione
dominica 9) la llamó “un compendio de la doctrina celestial” (coelestis
doctrinae compendium). Tertuliano decía que la oración del Padrenuestro era
“un sumario de todo el Evangelio” (De oratione 1: ut reuera in
oratione breuiarium totius euangelii comprehendatur).
Agustín de Hipona en su Manual de la fe, de la esperanza
y de la caridad (Enchiridion de fide, spe et charitate) incluye la
oración del Padre Nuestro.
Lutero consideraba que el Padre Nuestro debería orarse con
frecuencia y para quienes no sabían orar como un modelo breve.
Los primeros anabautistas usaban para su discipulado los
Diez Mandamientos, el Credo de los Apóstoles y la oración del Padre Nuestro.
Estructura
A Bengel le debemos la brillante observación que muchos
comentaristas posteriores siguen:
Las peticiones son siete en número y pueden dividirse en dos divisiones, la primera contiene tres peticiones que se relacionan con el Padre, “TU Nombre, TU Reino, TU Voluntad”, la última contiene cuatro que tocantes a nosotros. En la primera declaramos nuestro afecto filial suscribiendo el derecho, la dignidad y el beneplácito de Dios, a la manera del coro angelical en Lucas 2:14; pero en la segunda sembramos y cosechamos. En ambas divisiones se expresa la lucha de los hijos de Dios desde la Tierra al Cielo, mediante la cual, por así decirlo, atraen el Cielo a la Tierra.[1]
Las peticiones, pues, se dividen en dos grandes grupos.
Pero, a diferencia de Bengel considero que son 6 peticiones (como la mayoría de los padres griegos) la última
subdividida en dos.
Aquí, solo presentaré un breve bosquejo sobre el
Padrenuestro y las lecciones que como padres podemos aprender de la misma.
I.
Introducción: adoración (v. 9a)
La base de la oración es la
relación íntima con Dios como un hijo con su “Padre”. Como padres terrenales,
debemos comenzar con tener una relación genuina con Dios Padre por medio de
Jesucristo quien nos enseña a orar y quien es el único que puede conducirnos al
Padre.
II.
Las peticiones “Tu” (vv. 9b – 10)
Estas primeras peticiones son
Teocéntricas. En las primeras peticiones se nos enseña un principio muy
sencillo, la prioridad debe ser la búsqueda de la gloria de Dios, luego vienen
nuestras necesidades. Como padres terrenales podemos aprender a poner en primer
lugar al Padre de los Cielos.
A. Santificado: Tu Nombre
Que se magnifique el carácter
sagrado del nombre de Dios en todos los ámbitos de la vida. Como padres
terrenales, como anticipo al futuro perfecto y santo, debemos vivir vidas
piadosas y santas aquí y ahora.
B. Venga: Tu Reino
Esta petición muestra un anhelo
escatológico, la esperanza en el Reino Mesiánico. Como padres terrenales aprendamos
el reconocer y someternos al Rey de ese Reino Mesiánico tan esperado.
C. Hágase: Tu Voluntad
Esta está en conexión con las peticiones
anteriores: la santidad del Nombre de Dios y la venida del Reino Mesiánico producirá
que la Voluntad de Dios sea hecha en la tierra. ¡Todo se arreglará! Como padres
terrenales, vivamos obedeciendo y haciendo la voluntad de Dios.
III.
Las peticiones “nosotros” (vv. 11-13)
Todas estas peticiones muestran
una dependencia en Dios para todas las necesidades de la vida.
A. Danos: nuestro pan
Muestra dependencia para el
sustento físico y diario. Como padres terrenales preocupémonos de proveer
sustento a nuestras familias sabiendo que todo proviene del Padre Celestial.
B. PerdónaNOS: nuestras deudas
Muestra dependencia para cubrir
nuestras necesidades espirituales. Como padres terrenales preocupémonos de las
necesidades espirituales de nuestros hijos, de su relación con Cristo, de su fe
genuina.
C. LíbraNOS:
Muestra dependencia para la
protección divina con relación a las tentaciones y el mal/maligno. Como padres
terrenales brindemos protección espiritual a nuestras familias buscando
incesantemente la cobertura del Espíritu Santo para nuestras familias.
1.
No NOS metas: en tentación
2.
LíbraNOS: del mal/maligno
[1] Johann Albrecht Bengel, Gnomon
of the New Testament (Edimburgo: T&T Clark, 1860), 1:189.
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