Ollanta Humala es el Presidente Electo del Perú (es el Presidente de todos los peruanos). Este hecho ha provocado reacciones inimaginables. Sin pensarlo, muchos que ni creen en la vigencia del don profético inspirado han asumido el rol de videntes propalando los peores oráculos para el futuro del país. Cuando Keiko estaba liderando las encuestas, el texto bíblico que circulaba en las redes sociales era Romanos 13.1. Después de las 4 de la tarde del domingo hubo un silencio sepulcral en las mismas redes. Ahora circulan textos de aliento, de consuelo, de luto, y de intercesión por el Perú. Percibía un ambiente al peor estilo de los teólogos de la muerte de Dios. Muchos prometen orar más por el Perú ahora, no prometen orar por ni someterse a sus autoridades. No prometen orar para que se arrepientan los peruanos y crean en la verdad liberadora del evangelio. Prometen orar para que no se desplome la Bolsa de Valores. Se ve que no oraron antes pues nos hemos mantenido indolentes ante la opresión y explotación de nuestros millones de compatriotas que viven en pobreza y extrema pobreza, estigma presente desde que nació la República peruana.
No pongo ni pondré mi confianza en ningún Jefe de Estado, eso no es negociable. Como muchos dolientes, no deseo que la caña en la que apoye mi mano me la traspase por traicionar a mi Fiel Señor Jehová.
ver Dios y los gobernantesHe aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.Isaías 36.3
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