domingo, 10 de febrero de 2013

El constructivismo pedagógico y la iglesia

La educación no es patrimonio de alguna confesión religiosa, es patrimonio del hombre. Esta es una verdad "auto-evidente". Y, esta actividad es muy propia del hombre porque Dios le creó así, porque Dios es educador. Los cristianos por fe "entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (He. 11:3 R60). Si el hombre educa es porque Dios educa. La tradición judeo-cristiana considera central en el proceso educativo aquel otro proceso de enseñanza-aprendizaje (véase por ejemplo el uso de διδάσκω). La iglesia por su misma naturaleza es docente, la iglesia ha estado educando, y por ende enseñando, por muchos siglos. La iglesia ha considerado ciertos métodos como más convenientes para el logro de sus objetivos educacionales. Y, a veces se ha optado por mantenerse cerrada a cualquier "innovación" (esta es una palabra que fascina a algunos pedagogos). Pero, no sólo la iglesia enseña, el hombre ha venido haciendo esto por milenios. La pedagogía nos ha informado de distintas teorías del aprendizaje que han influido las decisiones de los gobiernos para la implementación de la educación. Una de las teorías que ha sido implementada en muchos países es el constructivismo pedagógico (hay quienes consideran que ni siquiera es una teoría científica, sino una explicación filosófica). No quiero hacer un análisis crítico detallado de esta "teoría". Si partimos de la premisa que el conocimiento científico es perfectible, entonces sería erróneo aceptar dogmáticamente el constructivismo. Pero, sería mezquino no reconocer elementos provechosos en el constructivismo. En esto estoy de acuerdo con Dale H. Shunk (Learning theories: an educational perspective [6a ed.; Boston: Pearson, 2012]), aunque él es un tanto ecléctico con relación a las teorías educativas. A pesar de los elementos provechosos, veo problemas con el subjetivismo (heredado del idealismo modernista). Mi mayor dificultad está en el punto de vista gnoseológico que subyace en el constructivismo. Sin embargo, no debemos como iglesia cerrarnos a las investigaciones pedagógicas porque la educación es parte de la condición humana. Se debe mantener una actitud crítica, como dice Pablo "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21 R60).