martes, 18 de noviembre de 2014

"Instruye [ḥănōk] al niño en su camino" (Proverbios 22:6) y el abuso de usar raíces

Instruye al niño en su camino, 
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6)
Probablemente este es uno de los versículos más usado, y lamentablemente más abusado, con relación a la crianza de los hijos. Por ejemplo, los esposos Pearl (Para entrenar a un niño) lo usan como base bíblica para legitimar su metodología de entrenamiento, o mejor dicho adiestramiento, de niños como si se tratase de animales. Los Pearl al proponer el acondicionamiento ¡están más cerca de Pavlov que de Salomón! Lo preocupante es que muchas personas toman esto como el método correcto, el método bíblico, y los evangélicos que no lo aplican estarían yendo contra Dios.
Una interpretación más sofisticada, pero igual de desorientadora es la que se basa en la raíz hebrea. Puede sonar muy erudita e impresionante, y por eso puede parecer legítima y con autoridad. Sin embargo, es una falacia. El verbo árabe حَنَكَ (ḥanaka) que proviene de حَنَكٌ (ḥanakun), se parece al verbo hebreo חָנַךְ (ḥānak). El verbo árabe se conecta con la costumbre de la partera de mojar su dedo en aceite o jugo de dátiles exprimidos para masajear el paladar y encías del recién nacido con el fin de estimular la succión. Esto se puede encontrar en Arabic-English Lexicon por Edward William Lane (London: Willams & Norgate 1863). Los léxicos hacen referencia a este significado del árabe como un detalle diacrónico (histórico), pero a la hora de presentar el significado sencillamente no toman en cuenta tal significado diacrónico.
Generalmente, la interpretación es más o menos así: “instruir, entonces, significa estimular, inspirar, no obligar ni coaccionar. Hay que aprovechar el instinto del niño para guiarle”.Pero, siempre hay un “pero”. El verbo árabe también se referiría a poner freno en la boca del caballo para mantenerlo sumiso. La segunda supuesta enseñanza sería: “Hay que usar la disciplina para frenar al niño y someterlo, a fin de orientar su fuerza para cumplir con su propósito”.
Lamentablemente, por muy pintoresca que pueda ser esta interpretación ha cometido dos falacias.
  1. Usa el significado de raíz (etimológico), y hasta se remonta al árabe para atribuirle un significado sin considerar el contexto ni el significado usual.
  2. Atribuye selectivamente dos significados cuya única relación es la raíz que significa paladar.
No se ha tomado en cuenta el significado sencillo que está claramente indicado en los léxicos que se reducen a dos: “Instruir, dedicar” [1].
Hay dos alternativas de interpretación:
  1. Instruir, que no se refiere a tratar como caballos salvajes a los niños, o adiestrarlos como animales. Tiene el sentido de educar, de enseñar. 
  2. Dedicar, porque la palabra hebrea ḥānak comparándola en otros contextos se utiliza para dedicar una casa (Dt. 20:5), el templo (1 R. 8:63; 2 Cr. 7:5) o una imagen (Dn. 3:2). El sustantivo ḥănukkâh habla de la dedicación de un altar (Nm. 7:10; 2 Cr. 7:9) y de los muros de Jerusalén (Neh. 12:27). Entonces, este proverbio aconsejaría consagrar al niño.
Para un análisis más extenso, puede revisar el trabajo de Ted Hildebrandt, "Proverbs 22:6a: Train Up a Child?" Grace Theological Journal 9.1 (1988) 3-19.

Actualización:
No había incluido a la exégesis judía. Bueno, prácticamente la pedagogía judía entendió que este texto involucra la enseñanza y la disciplina, y todo este proceso debía estar centrado en la Torah (cf. M. Sukkah 3.15; Tosefta Ḥagigah 1.3; etc.).
Para un estudio con citas de la tradición judía, ver Alan Cooper, “On the Social Role of Biblical Interpretation: The Case of Proverbs 22:6” en With Reverence for the Word: Medieval Scriptural Exegesis in Judaism, Christianity, and Islam (Jane Dammen McAuliffe et al. eds.; Oxford: Oxford University Press, 2003), 180-193. 
 
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[1] Consúltese Francis Brown et al., Hebrew and English Lexicon, 335; Ludwig Koehler et al., The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament, 334; William Lee Holladay et al., A Concise Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament, 110.