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jueves, 7 de agosto de 2014

¿Tenemos Libre Albedrío? ¿Dios es Soberano? ¿Tenemos presuposiciones?

Un tema de reflexión en la Teología cristiana es la relación entre la Soberanía de Dios y la Responsabilidad/Libre Albedrío del ser humano. Como en muchas cuestiones teológicas hay un debate que tiene siglos de antigüedad. Alguien podría protestar diciendo que el debate teológico carece de importancia, lo que realmente importa es la Biblia y no lo que hayan dicho los teólogos a lo largo de la historia. De vez en cuando se oirá otra voz que diga "yo no soy esto ni lo otro, yo soy bíblico". Ciertamente lo que importa es ser bíblico, pero al ir al texto bíblico ya vamos con nuestras presuposiciones. Me gustaría ejemplificar este punto citando un texto del Antiguo Testamento y luego formular preguntas relacionadas con el debate. El texto es Génesis 45:3-8:
3 Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. 4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Este texto afirma que los hermanos de José le vendieron a Egipto, pero luego también afirma que Dios fue el que envió a José a Egipto. Luego, José concluye que no fueron sus hermanos los que le enviaron a Egipto, sino Dios. 
Se pueden plantear muchas preguntas como éstas: ¿Podemos solamente quedarnos con lo que dice el texto? ¿José está afirmando lo que sucedió o está interpretando lo sucedido? Si era el punto de vista de José ¿es posible que estuviera equivocado o es verdad lo que afirmó? ¿José está usando una figura literaria llamada hipérbole, es decir, solo está exagerando? ¿José está dando una interpretación piadosa y bondadosa de los actos perversos de sus hermanos? ¿Los hermanos de José tenían verdaderamente Libre Albedrío o solo fueron actores de un plan predeterminado por Dios? ¿Dios ejerció su Voluntad Soberana en cada acción o solo fue Soberano al decidir acomodarse a las elecciones humanas? Si Dios envió a José a Egipto, ¿José está diciendo que Dios fue la causa de la envidia en el corazón de los hermanos de José que les llevó a venderlo? O, ¿José está diciendo que Dios es el autor en el sentido de que Él sabía de antemano que al ser vendido por sus hermanos, José llegaría a ser el segundo al mando en Egipto, así Dios soberanamente “permitió” que sucedieran las cosas? Y, las preguntas se puede multiplicar...
Tener presuposiciones es tener las respuestas de antemano a estas preguntas. La solución es ser honestos y conscientes de nuestras presuposiciones e ir corrigiéndolas al leer el Texto Sagrado.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Rigor y humildad hermenéutica

Estoy leyendo el libro multiautoral: Four Views on the Warning Passages in Hebrews. Me edifica mucho el diálogo sostenido por los autores. En particular me encanta el ensayo escrito por B. Fanning. En dicho artículo (pág. 174), Fanning cita a William W. Klein ("Exegetical Rigor with Hermeneutical Humility: The Calvinist-Arminian Debate and the New Testament" en New Testament Greek and Exegesis: Essays in Honor of Gerald F. Hawthorne). Dicha cita me ha impresionado, y me ha hecho repensar esto. Con frecuencia, en el mundo evangélico se descalifican los puntos de vista distintos al propio acusando al contrincante teológico de carecer de una metodología correcta, como si los prejuicios sólo afectan negativamente sólo a nuestros oponentes y no a nosotros. Y, pensar que consideramos el amor hacia los enemigos como un imperativo de Jesús el Mesías. Pero, ¡qué poco amor se nota en los intercambios entre calvinistas y arminianos! Creo que podremos establecer un mejor y enriquecedor diálogo cuando dejemos de ver a quienes piensan diferente a nosotros como desorientados o como carentes de habilidad exegética.

viernes, 27 de julio de 2012

Matando al calvinismo

Andy Naselli ha llamado mi atención al citar un mensaje en Twitter de John Piper recomendando la lectura del libro de Greg Dutcher, Killing Calvinism: How to Destroy a Perfectly Good Theology from the Inside ["Matando al calvinismo: cómo destruir una teología perfectamente buena desde el interior"] (Adelphi: Cruciform, 2012). El índice es muy instructivo. Ya sea que uno se incline al calvinismo o no, creo que lo señalado por Greg Dutcher podría aplicarse a cualquier "-ismo". Es de valorar la actitud honesta y autocrítica de alguien dentro del calvinismo como Greg Dutcher. Estos son los ocho títulos (que traduje libremente al español):
  1. Por amar al calvinismo como un fin en sí mismo 
  2. Por convertirse en un teólogo en lugar de un discípulo 
  3. Por amar la soberanía de Dios más que a Dios mismo 
  4. Por perder una urgencia en el evangelismo 
  5. Por aprender solamente de otros calvinistas 
  6. Por tratar de que no queden “cabos sueltos” en la Biblia 
  7. Por ser un sabelotodo arrogante 
  8. Por burlarse de los inconvenientes que tienen otros con el calvinismo
La observación #2 es estupenda, pues es fácil que seamos asaltados por el orgullo y querramos proyectar una imagen en lugar de ser seguidores.
Actualización: He agregado el enlace a esta muestra del libro (30 págs.). Killing Calvinism: How to Destroy A Perfectly Good Theology from the Inside (Sample)

sábado, 23 de junio de 2012

E. Earle Ellis y la Depravación Total

A veces se argumenta usando una distorsionada reconstrucción de la doctrina de la depravación total (sostenida tanto por calvinistas y arminianos):
Correctamente entendida, la depravación total no significa que el hombre caído es tan malvado como sea posible, sino que cada aspecto de su ser –mente, voluntad, emociones- está bajo los efectos del pecado, es decir, del Pecado Original en el Jardín. Así ‘todos [corporalmente] murieron en Adán’ (1Co 15:22). ‘Por tanto, tal como el pecado entró (εἰσῆλθεν) en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió (διῆλθεν) a todos los hombres, porque (ἐφ᾽ ᾧ) todos pecaron (ἥμαρτον)’, i.e. en el Jardín. Esto es, todos los descendientes de Adán fueron participantes corporativamente en su pecado y así en sus efectos. Por tanto, aún los bebés son ‘impuros’ y mueren aunque no tengan pecado personal.[1]
______________ 
[1] E. Earle Ellis, The Sovereignty of God in Salvation (New York: T&T Clark, 2009), 3.

John Piper y Brian J. Abasciano sobre Romanos 9

En 1979 apareció publicado el brillante artículo de John Piper "Prolegomena to Understanding Romans 9:14-15: An Interpretation of Exodus 33:19" JETS 22 (1979) 203-316. Luego, en 1983 Piper publicó una obra erudita, a mi juicio muy convincente, The Justification of God: An Exegetical and Theological Study of Romans 9:1-23.
Del lado arminiano, Brian J. Abasciano publicó en 2004 su tesis doctoral "Paul’s Use of the Old Testament in Romans 9:1-9: An Intertextual and Theological Exegesis" que debe leerse en un espíritu irénico. Abasciano interactúa con la obra de Piper (es aludido o citado más de 140 veces), y por ello merece nuestra atención.

Roger T. Forster y V. Paul Marston: La estrategia de Dios en la Historia Humana [God's Strategy in Human History]

 
Este libro presenta una interpretación alternativa a la calvinista de Romanos 9-11. Pero, no se restringe a esto. En palabras de los autores (p. 3):
Este es un estudio de lo que la Biblia dice acerca de la estrategia de Dios a través de la historia humana. En lo concerniente al conflicto entre el bien y el mal, pero no es una serie de homilías sobre cómo esforzarse en la vida cristiana. Un conflicto, por supuesto, tiene batallas individuales, pero también maniobras y campañas que pueden durar más de un periodo considerable. Es este alcance y estrategia general de la acción de Dios a través de la historia que este libro busca describir desde la Biblia.
Mi impresión es que, tomando las advertencias de James Barr, hay un exceso en el estudio de palabras. Y su argumentación de ciertos detalles me parecen inéditos, pero no convincentes. Quizá, quien lea este libro no será convencido de sus argumentos como el propio F. F. Bruce (agustiniano y calvinista) quien amablemente, como muestra de su actitud irénica, accedió prologar esta obra (p. vii-viii): 
Esto no significa que estoy convencido por todos sus argumentos; ¡quizá mi corazón, como el de Faraón, ha sido “fortalecido”! Sin embargo, eso no es importante, lo importante es que se provee evidencia al lector con la cual puede formar su propio juicio.
Roger T. Foster es líder de Ichthus Christian Fellowship (Comunidad Cristiana Ichthus, que es una iglesia neocarismática).V. Paul Marston es un ministro en la Iglesia Evangélica Metodista Libre. Forster tiene una posición un tanto diferente a los esquemas agustiniano, pues afirma derivar su postura de la enseñanza de la iglesia en sus primeros tres siglos (la salvación es por medio de las obras de la fe en contraste con las obras de la ley, cf. Anthony Daniel Forster O'Sullivan, "Reconciliation and Renewal in Roger T. Forster: the Doctrine of Atonement in the Teaching and Practice of a Restoration Theology", 114-115).