domingo, 30 de junio de 2013

En otras actividades

Durante las pasadas semanas estuve realizando varias cosas. Ahora, frente al computador me siento un tanto extraño, luego de varias semanas sin escribir en este espacio. En la iglesia continúo con la exposición del libro de los Jueces. Sigo aprendiendo más de Dios y de la naturaleza humana.

domingo, 31 de marzo de 2013

Feliz domingo de resurrección

Νυνὶ δὲ Χριστὸς ἐγήγερται ἐκ νεκρῶν ἀπαρχὴ τῶν κεκοιμημένων. (1Co 15:20 BGT) 
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. (1Co 15:20 R60) 
But now is Christ risen from the dead, and become the firstfruits of them that slept. (1Co 15:20 KJV) 
Mais maintenant, Christ est ressuscité des morts, il est les prémices de ceux qui sont morts. (1Co 15:20 LSG) 
Mas, agora, Cristo ressuscitou dos mortos e foi feito as primícias dos que dormem. (1Co 15:20 ARC) 
Ma ora Cristo è stato risuscitato dai morti, ed è la primizia di coloro che dormono. (1Co 15:20 LND) 
Nun aber ist Christus von den Toten auferstanden, als Erstling der Entschlafenen. (1Co 15:20 SCH)
 אֲבָל עַתָּה הַמָּשִׁיחַ הוּקַם מִן־הַמֵּתִים רֵאשִׁית הַיְשֵׁנִים׃
 (1Co 15:20 DLZ)
 وَلكِنِ الآنَ قَدْ قَامَ الْمَسِيحُ مِنَ الأَمْوَاتِ وَصَارَ بَاكُورَةَ الرَّاقِدِينَ.
  (1Co 15:20 AVD)

sábado, 30 de marzo de 2013

Semi-pelagiano ¿yo?

Existe una expresión humonrística que se le ha denominado "la prueba del pato" (en inglés duck test) que es una forma de inducción. Dice así, "Si camina como pato; tiene pico de pato y hace 'cua, cua', sin duda es un pato…" De dónde surgió esta prueba es algo desconocido. Si se me permite algo de humor, podemos decir: "Si rechaza el monergismo agustiniano, si acepta el sinergismo al incluir la parte humana en la decisión (aceptar o rechazar) para la vida eterna basado en el libre albedrío, si no acepta que la fe sea un don de Dios (o se origina en Dios), si niega la gracia pre-viniente, si rechaza considerar al hombre natural como totalmente incapaz de hacer el bien (rechaza la depravación total), si hace de la cooperación espontánea del hombre una condición a la operación de la gracia, si presume que la gracia sea impartida a consecuencia de 'algún mérito', sin duda es un semi-pelagiano".[1]
En lugar de admitir lo evidente, hay quienes rechazan ser identificados como semipelagianos la razón es muy obvia: los semipelagianos fueron condenados como herejes en el segundo Sínodo de Orange en el año 529. Los giros que tiene la historia me llevan a pensar que algunas veces la ortodoxia de hoy es la herejía de ayer.
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[1] Cf. New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, 10:347-349; R.C. Sproul, Willing to Believe: The Controversy Over Free Will (Grand Rapids: Baker,  1997), 69-84.

viernes, 29 de marzo de 2013

Pelagio y Romanos 9:22: κατηρτισμένα ¿voz media o voz pasiva?

¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados [κατηρτισμένα] para destrucción… (Ro. 9:22) 
Ro. 9:22-24 son considerados por Barclay y Nida como los versículos más difíciles del libro de Romanos.[1] Uno de los problemas es determinar la voz del participio κατηρτισμένα. ¿Está en voz media o en voz pasiva? Entender el participio en voz media significaría que estos vasos se prepararon a sí mismos para destrucción. Resulta muy interesante la interpretación que le dio el conocido heresiarca Pelagio. La intepretación pelagiana es: Implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata.[2] Como se sabe, Pelagio era un defensor acérrimo de la libertad humana. Juan B. Valero ha hecho una apropiada presentación del pensamiento pelagiano: 
Aun en casos tope, como en el de la induración de faraón, la libertad ha de quedar a salvo. Para Pelagio todo atentado contra la libertad y la responsabilidad humana se convertía en un atentado contra la justicia de Dios. Dios en su misma naturaleza es no sólo el creador de la libertad del hombre, sino también el garante de esta libertad. 
El resto del comentario pelagiano a este capítulo IX de la carta a los Romanos discurrirá sobre las mismas premisas. Así lo hace, por ejemplo, en la interpretación de la imagen del alfarero y la masa (v. 21). Es el hombre con su libertad quien se hace a sí mismo “vaso de ira” o “vaso de honor”. Necesariamente Pelagio había de oír aquí un eco de su concepción del libre arbitrio como elección entre la vida y la muerte (cfr. supra). Así, el pasaje paulino “in vasis irae praeparatis in interitum” (v. 22) suscitará en Pelagio el comentario: 
“implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata”. 
Es el hombre mismo quien por sus pecados, “implendo peccata”, se constituye en “vaso de ira”. Situación que en nada se diferencia del estado de “induración”, y procede, como ella, de una opción libre del hombre. En este caso el hombre elige el extremo “muerte”: “a semet ipsis ad interitum praeperata”. 
En suma, Pelagio admite sin dificultad la idea de una elección divina previa, pero la enmarca en el ámbito de la presciencia, que conoce de antemano la respuesta libre del hombre. Tal elección no puede ser arbitraria por parte de Dios, que llama, ni puede ser un acontecimiento pasivo por parte del hombre, que responde. En Rom 11,5 Pelagio dirá: “ceterum quae electio, ubi nulla diversitas meritorum?”. Dios elige porque prevé la respuesta del hombre. La presciencia es la primera clave de interpretación en toda elección divina. 
La elección motivada por parte de Dios es siempre el tema del judía objetante, mientras que Pablo está por la libertad en todo caso: “non enim apostolus [tollit] quod in propia voluntate habemus”. 
Como última clave introduce Pelagio la naturaleza misma de la justicia divina. A la luz de la justicia de Dios, toda afirmación de elección divina arbitraria sería no sólo destrucción de la libertad humana, sino a la vez autodestrucción de la propia justicia divina.[3] 
Quizá algún lector encuentre sorprendentemente familiar esta manera de explicar la elección divina y la libertad humana, además del versículo de Ro. 9:22. La verdad es que muchos evangélicos son pelagianos (o semi-pelagianos) en ciertos sentidos, aunque no quieran admitirlo debido al epíteto de “hereje” que tiene Pelagio en la historia del cristianismo. 
La cuestión aquí es el significado del participio κατηρτισμένα. Considero que hay buenas razones contextuales para entender el participio en voz pasiva y no en voz media. En esto estoy en deuda con Daniel B. Wallace quien ha señalado estos puntos en contra de tomar el participio κατηρτισμένα en voz media: 
  1. Gramaticalmente la voz media es muy rara y se usaba casi exclusivamente en ciertas expresiones idiomáticas, especialmente donde el verbo es usado consistentemente con tal noción (como en los verbos para ponerse vestido). Esto decididamente no es el caso con κατηρτισμένα: en ningún otro lugar en el NT ocurre como una voz media directa. [El verbo ocurre 13 veces en el NT, 7 veces en la forma media o pasiva. De las 7, 2 veces son definitivamente en voz media en aoristo y en ambos casos están obviamente en voz media indirecta (Mt. 21:16; He. 10:5). Las otras 4 veces (Ro. 9:22 queda excluida) todas están en voz pasiva (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; 2 Co. 13:11; He. 11:3).]. 
  2. En el tiempo perfecto, la forma media-pasiva siempre se debe tomar como una pasiva en el NT (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; He. 11:3) –un hecho que, al menos, arguye en contra de un uso idiomático de este verbo como una media directa. 
  3. El matiz léxico de καταρτίζω, sumado al tiempo perfecto, sugiere algo de un “trato hecho”. Aunque algunos comentaristas sugieren que el verbo significa que los vasos están listos para destrucción, tanto el matiz léxico de preparación completa y el matiz gramatical del tiempo perfecto están en contra de esto. 
  4. El contexto arguye fuertemente a favor de una noción pasiva y completa. En el v. 20 los vasos son moldeados por la voluntad de Dios, no por su propia voluntad. En el v. 21, Pablo formula una pregunta con οὐκ (de este modo esperando una respuesta positiva): ¿No es el destino de los vasos (uno de honra y otro de deshonra) totalmente predeterminado por su Creador? El v. 22 es la respuesta a esa pregunta.[4] 
Una cuestión que generalmente surge y con la cual muchos lidian es la denominada doble predestinación. Por ahora, mi interés preliminar es la justificación gramatical, lexical y contextual para decidir si κατηρτισμένα está en voz media o pasiva, y parece que hay más probabilidad que sea pasiva. 
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[1] Barclay Moon Newman y Eugene Albert Nida, A Handbook on Paul's Letter to the Romans (New York: United Bible Societies, 1994), 188. 
[2] Joseph Armitage Robinson, Texts and Studies Contributions to Biblical and Patristic Literature, Volumen 9 (Cambridge: University Press, 1922), 78. 
[3] Juan B. Valero, Las Bases Antropológicas de Pelagio en Su Tratado de Las Exposiciones (Universidad Pontifica Comillas, 1980), 336-337. 
[4] Daniel B. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basics: Exegetical Syntax of the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 417.

viernes, 22 de marzo de 2013

Amar el evangelio sin amar a la iglesia de Cristo

Una vez oí que alguien había acusado de "eclesiolatría" a quienes afirman amar a la iglesia de Cristo. Yo mismo he sido objeto de crítica porque habemos quienes priorizamos en nuestras agendas nuestro servicio a los creyentes que son la iglesia de Nuestro Señor. En todo caso, aquellos que acusan de "eclesiolatría" también estarían acusando al mismo Salvador porque las Sagradas Escrituras dicen: "así como Cristo amó a la iglesia [ἠγάπησεν τὴν ἐκκλησίαν], y se entregó a sí mismo por ella" (Ef. 5:25). David A. Black (aparece en la fecha 18 de marzo de 2013 a las 8:37 AM) nos hace recordar que amar el evangelio está inseparablemente unido a amar a la iglesia del Señor Jesucristo:
He empezado a esbozar un artículo relativo a la imposibilidad de amar el Evangelio sin amar a la Iglesia que el Evangelio crea. Parece que Pablo fue intencional cuando en un mismo lugar en Colosenses dice que es un siervo (diakonos) del Evangelio y luego dos versículos después dice que él es un siervo (diakonos) de la iglesia. Qué interesante es el mundo en que vivimos - en el que hombres y mujeres puede presumir de ser predicadores de la verdad, repartir folletos y stickers para el parachoques del automóvil de sus vecinos, pero entonces no tienen nada que ver con la comunión con otros creyentes. Veo esa mentalidad todo el tiempo. Pero, Pablo se dedicó por igual a la palabra de la cruz y al pueblo de la cruz - incluso a los cristianos mal pensados, poco nutridos e inmaduros. Lo que he intentado hacer con mis amigos evangélicos es  recordarles que no deben olvidar que Cristo murió por la iglesia y que, como el arca de Noé, el olor puede ser insoportable en el interior, pero los horrores en el exterior son mucho peores.
Francamente no podría haberlo dicho mejor.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Apocalipsis: oír a Jesucristo vs. oír a los expertos en escatología

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, (Ap. 1:1) 
Uno de los libros de la Biblia que me apasionaba leer en mi adolescencia era Apocalipsis. Pero, con tantas controversias acerca de la interpretación de este libro aquella promesa de ser bienaventurado (Ap. 1:3) por oír esta profecía la sentía diluirse en el mar del debate escatológico. Esto siempre me pareció injusto, pues sentía que la mente humana me estaba robando el gozo de oír a Jesucristo. Por eso, luego de un breve desencanto retomé mi lectura del Apocalipsis. 
Me agrada releer este precioso libro, pero en voz alta porque fue redactado para ser oído (οἱ ἀκούοντες, Ap. 1:3). Una vez prediqué este libro sin enfrascarme en el debate escatológico. Tan sólo lo expuse tratando de leer el texto tal como está ahí, e hice aplicaciones pastorales, porque creo que ese es el punto. No suelo expresar mis opiniones exegéticas acerca del Apocalipsis porque es Jesucristo quien debe ser oído, no tanto el predicador o el experto en escatología. Me adhiero, no sin reservas, a una forma de entender este texto. La escuela de interpretación a la que me refiero se conoce como premilenarismo en su versión dispensacional. Sin embargo, mi entendimiento del Apocalipsis es quizá un dispensacionalismo “heterodoxo” para algunos que consideran como dogma la forma cómo John F. Walvoord, Charles C. Ryrie o Robert L. Thomas estructuran e interpretan este libro. Respeto profundamente a tales maestros de las Sagradas Escrituras y agradezco a Dios por ellos, pero no les atribuyo infalibilidad. Al releer una y otra vez el Apocalipsis no quiero ser fiel a un sistema de interpretación, sólo quiero cual María la hermana de Lázaro, escuchar al Divino Maestro a sus pies. 
Ahora quiero resaltar algunos detalles poco advertidos. Considero afortunado que R. Bauckham me haya hecho reparar en el primer versículo de este libro para apreciar la “cadena de revelación”[1] o “cadena de comunicación de la revelación”[2], como él le llama: Dios, Jesucristo, el ángel, Juan y los cristianos. Algo que sobresale en esta cadena es la trascendencia de los dadores de la revelación. El ángel se niega a recibir adoración (22:8-9), pero Jesús sí es adorado (5:8-12) lo cual indica claramente que Juan considera a Jesucristo como trascendente en contraste con los intermediarios. Otra feliz observación de Bauckham es que Jesucristo no es visto por Juan como un intermediario. Dios y Jesucristo son para Juan los dadores de la revelación, y el ángel con Juan son los instrumentos para comunicar a los cristianos tal revelación.[3] 
La realidad intermediaria del ángel es digna de resaltar, al menos en una sociedad occidental tan secularizada y poco consciente del mundo angelical. Robert L. Thomas considera que el ángel es una referencia a los ángeles como en 17:1 y 21:9, y posiblemente incluye a los cuatro seres vivientes (cap. 4) como seres angelicales.[4] Me parece más acertada la observación de Bauckham quien, además de notar el acuerdo verbal entre 1:1 y 22:6 (probablemente con una relevancia estructural)[5], considera que el ángel de 1:1 es el mismo de 22:6,16, y considera que es el mismo ángel del cap. 10 porque ningún ángel aparece como mediador a Juan hasta el cap. 10.[6] Estas afirmaciones evidentemente son debatibles, pero tiene a su favor la presencia del artículo definido con ἄγγελος que indicaría que Juan tiene en mente a un ángel específico. Como observa David Aune un ángel único sólo se menciona en el prólogo (1:1–8) y en el epílogo (22:6–21).[7] Nuevamente, en ambos pasajes se exalta a Jesucristo como el dador de la revelación. 
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[1] Richard Bauckham, The Climax of the Prophecy: Studies on the Book of Revelation (Edinburgh: T&T Clark, 1993), 85. 
[2] Ibid., 135. 
[3] Ibid. 
[4] Robert L. Thomas, Revelation 1-7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody, 1992), 56. Carballosa sigue a Thomas en esta interpretación (Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios [Grand Rapids: Portavoz, 1997], 42). 
[5] Bauckham, op. cit., 23.
[6] Ibid., 255-256. 
[7] David E. Aune, Revelation 1-5:14 (WBC 52A; Dallas: Word, 2002), 16.

sábado, 16 de marzo de 2013

Cuando el pastor reclama que le digan "pastor": Jesús, los Rabinos y el uso de títulos en el ministerio (revisión)

Esta es la revisión de un artículo que publiqué en el año 2011, y creo conveniente recordar algunas cosas que mencioné en aquella ocasión. A quienes están cumpliendo funciones pastorales en la iglesia de Cristo les invito a examinarnos a la luz de las Sagradas Escrituras. Craig Blomberg publicó en diciembre del 2011 un muy apropiado artículo en su blog acerca del uso de títulos en el ministerio: “Oh Yes, He’s the Right Reverend Professor Doctor So-and-So!” (¡Oh sí, es el Reverendísimo Profesor Doctor Fulano de Tal!). Craig (como prefiere que le llamen) formula varias preguntas: 
¿Puedes llamar a tu pastor sólo por su primer nombre y te sientes cómodo de hacerlo? ¿El pastor se siente igual de cómodo contigo? Si no, ¿por qué no? ¿Las respuestas a esta pregunta son bíblicas o sólo tradicionales? Más importante aún, ¿puedes amablemente cuestionar y estar en desacuerdo con las decisiones de tu pastor y continuar valorándose entre sí, o es que alguien tiene que "ganar"? 
En cada contexto cultural hay formas del habla que sirven para expresar respeto a las personas, y esto tiene peculiaridades asociadas a la época, región, etc. Pero, también es cierto que existen personas que aman capturar la atención y el ser llenos de deferencia. En lo personal, no tengo problemas que me llamen “pastor Manuel” o “pastor Rojas”. Con frecuencia me han llamado “hermano Manuel”, y este trato lo aprecio mucho porque antes de ser pastor de alguien, soy su hermano en Cristo. Cuando ministraba en Ica, una hermana muy anciana a quien tengo mucho aprecio me trataba como “hermano pastor”. A pesar de mi juventud, ella me trató con respeto y genuino amor fraternal. Sé de quienes no tolerarían que alguien les llamase “hermano”, pues estarían prestos a reclamar no sólo el título de “pastor” sino también los miramientos que corresponderían al cargo o la posición. Nuestro Divino Redentor no era muy benevolente con los títulos y consideraciones de acuerdo a Mateo 23:5-12: 
5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. 8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. 
5 πάντα δὲ τὰ ἔργα αὐτῶν ποιοῦσιν πρὸς τὸ θεαθῆναι τοῖς ἀνθρώποις· πλατύνουσιν γὰρ τὰ φυλακτήρια αὐτῶν καὶ μεγαλύνουσιν τὰ κράσπεδα, 6 φιλοῦσιν δὲ τὴν πρωτοκλισίαν ἐν τοῖς δείπνοις καὶ τὰς πρωτοκαθεδρίας ἐν ταῖς συναγωγαῖς 7 καὶ τοὺς ἀσπασμοὺς ἐν ταῖς ἀγοραῖς καὶ καλεῖσθαι ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων ῥαββί. 8 ὑμεῖς δὲ μὴ κληθῆτε ῥαββί· εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ διδάσκαλος, πάντες δὲ ὑμεῖς ἀδελφοί ἐστε. 9 καὶ πατέρα μὴ καλέσητε ὑμῶν ἐπὶ τῆς γῆς, εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ πατὴρ ὁ οὐράνιος. 10 μηδὲ κληθῆτε καθηγηταί, ὅτι καθηγητὴς ὑμῶν ἐστιν εἷς ὁ Χριστός. 11 ὁ δὲ μείζων ὑμῶν ἔσται ὑμῶν διάκονος. 12 ὅστις δὲ ὑψώσει ἑαυτὸν ταπεινωθήσεται καὶ ὅστις ταπεινώσει ἑαυτὸν ὑψωθήσεται. 
Lo que me parece desconcertante es que aun la palabra "siervo" (y su acompañante "consiervo") se usa como título, paradójicamente desprovista de su significado, pues muchas veces quienes usan estos términos no dudan en reclamar deferencias hacia ellos. Las sociedades en medio-oriente durante la antigüedad eran sociedades muy jerarquizadas y estratificadas. Es conveniente releer la información que nos proporciona Joachim Jeremías acerca de los escribas y su estatus en el primer siglo: 
El alumno estaba en relación personal con su maestro y escuchaba su enseñanza. Cuando había llegado a dominar toda la materia tradicional y el método de la halaká, hasta el punto de estar capacitado para tomar decisiones personales en las cuestiones de legislación religiosa y de derecho penal, era “doctor no ordenado” (talmîd hakam). Pero sólo cuando había alcanzado la edad canónica, para la ordenación, fijada en cuarenta años según una noticia postannaítica, podía ser recibido por la ordenación (semikah), en 1a corporación de escribas, como miembro de pleno derecho, como “doctor ordenado” (hakam). A partir de entonces estaba autorizado a zanjar por sí mismo las cuestiones de legislación religiosa y ritual, a ser juez en 1os procesos criminales y a tomar decisiones en los civiles, bien como miembro de una corte de justicia, bien individualmente.
Tenía derecho a ser llamado Rabbí, pues este título estaba ya ciertamente en uso entre los escribas del tiempo de Jesús. Además otras personas que no habían recorrido el ciclo regular de formación terminado con la ordenación eran llamadas también Rabbí: Jesús de Nazaret es un ejemplo. Se explica por el hecho de que este título, al comienzo del siglo I de nuestra Era, estaba sufriendo una evolución; siendo primero un título honorífico general, iba a quedar reservado exclusivamente para los escribas. De todos modos, un hombre desprovisto de la formación rabínica completa pasaba por grammata mē memathēkōs (Jn 7,15); no tenía derecho a los privilegios del doctor ordenado.[1] 
Y, más adelante J. Jeremías añade: 
Nuestras fuentes suministran gran cantidad de pequeños detalles que evidencian el prestigio de los escribas a los ojos del hombre de la calle. Lo vemos levantarse respetuosamente al paso de un escriba; sólo estaban excusados de hacerlo los obreros durante su trabajo. Lo oímos saludar solícitamente al escriba, llamándole “rabbí”, “padre”, “maestro” cuando éste pasa ante él con su túnica de escriba, que tenía forma de manto que caía hasta los pies y estaba adornada de largas franjas (Mt 23,5). Cuando los notables de Jerusalén dan una comida, es un ornato de la fiesta ver aparecer, por ejemplo, dos alumnos y futuros doctores como Eliezer ben Hirkanos y Yoshuá ben Jananya. Los primeros puestos están reservados a los escribas (Mt 12,39 y par.) y el rabbí precede en honor al hombre de edad, incluso a sus padres. En la sinagoga ocupaba también el puesto de honor; se sentaba de espaldas al armario de la Torá, mirando a los asistentes y visible de todos (ibid.), Los escribas, finalmente, no se casaban más que excepcionalmente con hijas de gentes no peritas en la Ley.[2] 
El respeto por las personas que están al servicio de Dios es legítimo, pero creo desafortunado pensar que el cargo per se otorga tal prerrogativa. Es decir, la gente debe respetar al pastor porque tiene el cargo y título de "pastor". Esto se acerca más al comportamiento de Diótrefes que al de los ministros de Jesucristo (3 Jn. 9-10):
9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia.
Un anciano siervo de Jesucristo exhortaba a sus compañeros de ministerio mucho más jóvenes que él a que ejercieran su autoridad por medio del ejemplo. El anciano era Pablo, quien él mismo practicaba este método de ejercer autoridad espiritual con el ejemplo.
2 Tesalonicenses 3:9: no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
1 Timoteo 4:12: Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Tito 2:7: presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 
Pedro también enseñó lo mismo:
1 Pedro 5:3: no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 
El respeto se gana por medio de un testimonio ejemplar. 
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[1] Joachim Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús (2ª ed.; Madrid: Cristiandad, 1980), 251-252. 
[2] Ibíd., 259-260.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Hans Küng, John Piper y el nuevo Papa Francisco I

El siempre polémico sacerdote y teólogo suizo Hans Küng manifestó que está gratamente sorprendido porque el nuevo Papa es latinoamericano y jesuita, y además porque no fueron elegidos los candidatos conservadores favoritos. Por otro lado, el ministerio de John Piper republicó un artículo en donde habla acerca de si tuviera dos minutos con el Papa le pediría que en un minuto explique su punto de vista sobre la doctrina de la justificación. La razón para formular esa pregunta es a causa del lugar central que tiene la doctrina de la justificación por la fe. Coincido en que ésta seguirá siendo una pregunta fundamental no sólo hacia el Papa, sino a la iglesia católico romana. Otra cuestión central es la autoridad de la Biblia frente a la triple fuente de autoridad en el catolicismo (la Tradición, el Magisterio y la Biblia). Estos no son asuntos secundarios, son centrales a la fe. Por eso, nuestro compromiso en América Latina debe seguir siendo el de evangelización.
Quiero comentar otra cosa a propósito de papados. El papado no es visto favorablemente por la mayoría de evangélicos. Las críticas hacia esta elección no se hacen esperar. Pero, siguiendo el mandato de Cristo, no seamos hipócritas queriendo ver la paja en el ojo ajeno sin sacar nuestra viga. Hay en el mundo evangélico líderes que en lugar de ser ejemplos de la grey y amar la iglesia de Cristo se aprovechan de la congregación. Los evangélicos saben tener a sus "ungidos", "intocables", "infalibles", "soberanos", "insustituibles", los "voceros" divinos que ostentan autoridad absoluta sobre las congregaciones, que se adueñan de las vidas y las conciencias. Si se ve como amenazante un Papa latinoamericano, hace tiempo que en latinoamérica tenemos a la iglesia evangélica engangrenada de líderes usurpadores de la soberanía de Cristo.
Actualización:
Rick Warren, por su parte, hizo un llamada ayer para orar y ayunar por los 115 cardenales buscando la voluntad de Dios para un nuevo líder. Más tarde sostuvo que no todo lo que es diferente es demoníaco, que aprendamos a aceptar las diferencias pues a Dios le gusta la variedad. Hoy Warren le dio la bienvenida al nuevo Papa. Como mencioné, la doctrina de la justificación está en el corazón del evangelio, y no podemos como quiere Warren celebrar diferencias en una enseñanza tan fundamental.
Actualización:
John Piper ha publicado un artículo aclarando su uso de la palabra herejía para referirse a la forma cómo se entiende la justificación en el catolicismo.

jueves, 7 de marzo de 2013

La costilla de Adán

Es muy famosa la explicación que Matthew Henry dio acerca de la costilla de Adán:
Que la mujer fue formada de una costilla (es decir, del costado) de Adán; no fue hecha de su cabeza, como para tener dominio sobre él; ni de sus pies, como para ser pisoteada por él; sino de su costado, para ser igual a él, de debajo de su brazo para ser protegida, y de junto al corazón para ser amada.[1]
Igual de poética es la explicación que nos proporciona el erudito bíblico, el rabino Umberto Cassuto: 
Tal como la costilla se encuentra al lado del hombre y está unida a él, aun así la buena esposa, la costilla de su esposo, se encuentra a su lado para ser su ayudante-contraparte, y el alma de ella está ligada a él.[2] 
Dios no extrajo a la mujer de un miembro que podría haber dejado discapacitado al hombre. La palabra hebrea צֵלָע ha sido traducida como "costilla", pero también significa "costado". Esto indica que se trataba no sólo de hueso, sino de hueso con tejido muscular, por eso dice Adán "hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Gn. 2:23). El hueso que es lo fuerte del cuerpo, y la carne que es lo blando del cuerpo. Adán considera su relación con Eva en ambos aspectos lo fuerte y lo débil.

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[1] Matthew Henry, Comentario Bíblico De Matthew Henry (trad. Francisco Lacueva; Barcelona: CLIE, 1999), 20. 
[2] Umberto Cassuto, A Commentary on the Book of Genesis: Part I, From Adam to Noah (Genesis I-VI 8) (trad. Israel Abrahams; Jerusalem: The Magnes Press, The Hebrew University, 1998), 134.