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lunes, 21 de mayo de 2012

Calvino, Agustín y la presciencia

Luego de una pausa apunto algunas citas de Calvino y Agustín. Calvino es consciente que esta relación de dependencia de la predestinación basada en la presciencia está presente en los escritores eclesiásticos:
Mas alguno dirá que san Ambrosio, Jerónimo y Orígenes han escrito que Dios distribuye su gracia entre los hombres según Él sabe que cada uno ha de usar bien de ella.[1]
Y, Calvino admitió que este entendimiento estuvo presente en Agustín quien posteriormente se retractó de esta interpretación[2]:
Yo voy aún más allá, y afirmo que san Agustín también tuvo la misma opinión; pero después de haber aprovechado más en la Escritura, no solamente la retractó como evidentemente falsa, sino incluso la refutó con todo su poder y fuerza.[3]
Calvino sigue en este punto a Agustín. La razón por la cual Calvino se opone a considerar la presciencia como la base de la predestinación es que considera que esto implicaría justificación por obras:
…pues decir, que porque Dios ha previsto que seríamos santos, por eso nos ha escogido, es trastornar el orden que guarda san Pablo.
Podemos, pues, concluir con toda seguridad: Si Dios nos ha escogido para que fuésemos santos, entonces no nos ha escogido por haber previsto que lo seríamos; pues son dos cosas contrarias, que los fieles tengan su santidad por la elección, y que por esta santidad de sus obras hayan sido elegidos.[4]
Calvino concluye que Dios conoce de antemano porque él lo ha decretado así:
Si Dios solamente hubiera previsto lo que había de acontecer a los hombres, y no lo ordenase según su gusto, entonces con toda razón se plantearía la cuestión de saber qué necesidad pondría en los hombres la divina presciencia; pero como quiera que Él no ve las cosas futuras en ninguna otra razón, sino porque Él ha determinado que así sean, es una locura rompernos la cabeza disputando acerca de lo que causa y obra su presciencia, cuando es evidente, que todo se hace por ordenación y disposición divina.[5]
Agustín hablando de la presciencia escribió:
Pero tal vez estos hermanos nuestros con quienes ahora trato y para quienes escribo digan que los pelagianos son refutados ciertamente por el testimonio del Apóstol en que asegura que hemos sido elegidos en Cristo y predestinados antes de la creación del mundo para que fuésemos santos e inmaculados en su presencia por medio de la caridad. Porque juzgan que, una vez aceptados los mandamientos, nosotros mismos, por obra de nuestro libre albedrío, nos hacemos santos e inmaculados en su presencia mediante la caridad; “lo cual—dicen—, como conoció Dios en su presciencia que habría de suceder así, por eso nos eligió y predestinó en Cristo antes de la creación del mundo”. Mas he aquí las palabras del Apóstol: No porque conoció Dios en su presciencia que habíamos de ser santos e inmaculados, sino para que lo fuésemos por la elección de su gracia, por la cual nos hizo agradables en su amado Hijo. Al predestinarnos, pues, tuvo Dios presciencia de su obra, por la cual nos hace santos e inmaculados. Luego legítimamente se refuta por este testimonio el pelagianismo.[6]
Creo que las preocupaciones de Agustín, y posteriormente de Calvino, tienen que ver con atribuir la elección a una bondad prevista.


[1] Institución de la Religión Cristiana, III, xxii, 8.
[2] Agustín más adelante rechazó que la presciencia sea la base de la predestinación, cf. De Praedestinatione Sanctorum, XIX, 38.
[3] Inst., III, xxii, 8.
[4] Ibid., III, xxii, 3. 
[5] Ibid., III, xxiii, 6.
[6] De la Predestinación de los Santos, XIX, 38.

martes, 3 de abril de 2012

Calvino y la presciencia


En un post anterior inicié citando la postura de Calvino con respecto a la relación entre la presciencia y la elección. Para ser precisos, Calvino no negaba la presciencia o conocimiento anticipado de Dios:
Cuando atribuimos a Dios la presciencia queremos decir que todas las cosas han estado y estarán siempre delante de sus ojos, de manera que en su conocimiento no hay pretérito ni futuro, sino que todas las cosas le están presentes; y de tal manera presentes, que no las imagina con una especie de ideas o formas –a la manera que nos imaginamos nosotros las cosas cuyo recuerdo retiene nuestro entendimiento-, sino que las ve y contempla como si verdaderamente estuviesen delante de Él. Y esta presciencia se extiende por toda la redondez de la tierra, y sobre todas las criaturas.[1]
Pero, Calvino rechaza que la presciencia sea la base de la elección:
Nadie que quiera ser tenido por hombre de bien y temeroso de Dios se atreverá a negar simplemente la predestinación, por la cual Dios ha adoptado a los unos para salvación, y ha destinado a los otros a la muerte eterna; pero muchos la rodean de numerosas sutilezas; sobre todo los que quieren que la presciencia sea causa de la predestinación. Nosotros admitimos ambas cosas en Dios, pero lo que ahora afirmamos es que es del todo infundado hacer depender la una de la otra, como si la presciencia fuese la causa y la predestinación el efecto.[2]
Como se indicó, la razón en la cual se basa Calvino es teológica. En esto, Calvino depende de la obra de otro teólogo: Agustín de Hipona. A este autor nos remitiremos luego.


[1] Institución de la Religión Cristiana, III, xxi, 5.
[2] Ibid.

sábado, 31 de marzo de 2012

Calvino y la presciencia en Romanos 8:29


 Se atribuye al teólogo luterano Petrus Meiderlinus más conocido como Rupertus Meldenius la máxima In necessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas “en lo necesario, unidad; en lo dudoso, libertad; pero en todas las cosas caridad”[1]. Sin embargo, no siempre se ha tenido esa actitud irénica cuando se ha debatido. Pero, antes de juzgar la historia debemos entender que las expresiones usadas en un punto del debate antaño ocurrieron en circunstancias históricas distintas a las nuestras. Digo esto debido al tema de algunas de los posts en este blog. Algunas de mis publicaciones tendrán que ver con el tema de la presciencia que a veces ocasiona polémica. Comenzaré citando al reformador Calvino. Comentando Romanos 8:29 escribe acerca de la presciencia:
Este conocimiento procedente de Dios, al que San Pablo se refiere, no es una presciencia vacía, como algunos por absurda ignorancia creen, sino que es la adopción por la cual Dios distingue a sus hijos de los réprobos. Según esta opinión, San Pedro dice (1 Pedro 1:2) que los creyentes han sido elegidos en santificación de Espíritu, según el anterior conocimiento de Dios. Deducen mal quienes creen que Dios no ha elegido más que a aquellos dignos de su gracia, porque San Pedro no alaba a los creyentes como si cada uno por derecho propio hubiera sido elegido por sus méritos personales, sino que al acercarles al consejo eterno de Dios les despoja de toda dignidad. San Pablo afirma también, ahora, lo que ya dijo sobre el propósito de Dios. Se deduce que este conocimiento atribuido a Dios depende de su voluntad, porque al adoptarlos no ha extendido su presciencia a lo que estuviera fuera de su majestad, sino que ha señalado solamente a quienes deseaba elegir.[2]
Hay una razón teológica que le lleva a oponerse a la idea de elección sobre la base de la presciencia. Eso atribuye cierto mérito en el ser humano. Por ello, la presciencia debe depender de la voluntad Divina. Para Calvino quienes no interpretan la presciencia como él es a causa de una “absurda ignorancia”. Aunque esto pueda parecer desafortunado y poco irénico, se debe leer en su contexto histórico.


[1] Apareció en una obra publicada en 1626 con el título Paraenesis votiva pro Pace Ecclesiae ad Theologos Augustanae Confessionis.
[2] Juan Calvino, Comentario a La Epístola a Los Romanos (Grand Rapids: Libros Desafío, 2005), 220.

viernes, 10 de julio de 2009

Ediciones en latín y francés de la Institución

Foto: archive.org




Para quienes están interesados, existen ediciones en latín y francés de la obra de Calvino Institución de la Religión Cristiana. Estas son ediciones que se pueden descargar:
  1. Institutio Christianae religionis, esta es una edición en latín (1569).
  2. Institution de la religion chrestienne I y II, esta es una edición en francés (1859).
Casi toda la suma de nuestra sabiduría, que de veras se deba tener por verdadera y sólida sabiduría, consiste en dos puntos: a saber, en el conocimiento que el hombre debe tener de Dios, y en el conocimiento que debe tener de sí mismo.



Calvino

Institución de la Religión Cristiana por Juan Calvino






En el anterior artículo coloqué algunos vínculos para descargar en formato PDF el libro Institución de la Religión Cristiana de Juan Calvino. Este es probablemente el libro más importante para comprender la teología de Calvino. Nick ha escrito un artículo de homenaje a este libro (en inglés). Pero, en realidad no es comparable a poseer un ejemplar real, en papel y tinta. Recomiendo que se compre los dos tomos de la edición en español. Y, es que amo los libros. Al parecer, mi hijo ama los tomos de la Institución de Calvino ;-).


La edición española que tengo es la 4a Edición Inalterada de 1994 (dos volúmenes). Basada en la traducción de Cipriano de Valera en 1597, reeditada por Luis de Usoz y Río en 1858, Nueva Edición Revisada en 1967, 2a Edición Inalterada 1981, 3a Edición Inalterada 1986.




500 años del nacimiento de Juan Calvino


Foto: Retrato de Juan Calvino (faculty.etsu.edu)

Un día como hoy, el 10 de julio de 1509, nació Jean Cauvin (lat. Calvinus) en Noyon, Francia. De acuerdo o no, sencillamente Juan Calvino no puede ser ignorado. Una buena lectura es el libro de Calvino titulado Institución de la Religión Cristiana, que se puede descargar en formato PDF desde la página de Fundación Editorial de Literatura Reformada (FELiRe).


Este vídeo es un interesante resumen de la vida de Calvino.
Enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=xPPWJUZ1zRI






Actualización: otra versión en PDF Tomo I y Tomo II (del libro Institución)