Oscar Cullmann considera la prioridad de la cristología entre los primeros cristianos. Cullmann basa su tesis en observaciones que merecen prestarse atención:
______________________________________Si la teo-logía es la ciencia que tiene por objeto a Dios (θεός), la cristología es la ciencia que tiene por objeto a Cristo, su persona y su obra. Normalmente se considera la cristología como una subdivisión de la teología en sentido etimológico. Esta costumbre ha influido a menudo en la imagen que historiadores y teólogos ofrecen de la fe de los primeros cristianos: comienzan exponiendo su idea sobre Dios y sólo en segundo lugar hablan de sus convicciones cristológicas. Este es el orden que siguen generalmente los antiguos tratados de teología del nuevo testamento.En esta forma de plantear el problema ha influido el orden que han seguido las confesiones de fe posteriores: da la impresión de que la Iglesia primitiva se ha interesado en primer lugar por Dios y sólo en segundo lugar por Cristo. Pues bien, eso no es cierto: la misma extensión de cada uno de los artículos (el de Cristo es mucho más largo que el de Dios) bastaría ya para ponerlo en evidencia. Por otra parte, puede demostrarse que las fórmulas de fe cristiana más antiguas desconocen el orden trinitario de las confesiones posteriores (Dios, Cristo, Espíritu santo). Estas antiguas confesiones tienen más bien una tendencia exclusivamente cristológica: no había entonces, como ocurrirá en las confesiones de fe más tardías, una separación entre los
artículos primero y segundo.De esta división posterior surgió la idea equivocada de que, para los primeros cristianos, la obra de Cristo no tenía nada que ver con la creación, sino tan sólo con la redención (Cristo sólo sería redentor, no creador). Pues bien, contra eso, debemos afirmar que los primeros cristianos no podían concebir el mundo sin relacionarlo con su fe en Jesucristo. Además, casi todas las primeras confesiones constan de un solo artículo: el cristológico. Una de las raras confesiones de fe del nuevo testamento que mencionan a la vez a Cristo y a Dios Padre es la de 1 Cor 8, 6 y, significativamente, ignora la distinción entre Dios Creador y Cristo Redentor. Se centra, más bien, en la creación, conforme a estos dos artículos: “Un solo Dios, el Padre, de quien vienen todas las cosas y por quien somos, y un solo Señor Jesucristo, por quien todas las cosas son, y por quien nosotros también somos”. Tanto Dios como Cristo tienen que ver con la creación. [1]
[1] Oscar Cullmann, Cristología del Nuevo Testamento (Salamanca: Sígueme, 1998), 53-54.