Mostrando entradas con la etiqueta romanos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta romanos. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de septiembre de 2011

El aoristo παραστῆσαι (Ro 12:1): ¿“presentar una vez y por todas”? (Revisado)


Esta es una revisión de un artículo que escribí el año 2008. He modificado y he agregado información que puede ser relevante.
Παρακαλῶ οὖν ὑμᾶς, ἀδελφοί, διὰ τῶν οἰκτιρμῶν τοῦ θεοῦ παραστῆσαι τὰ σώματα ὑμῶν θυσίαν ζῶσαν ἁγίαν εὐάρεστον τῷ θεῷ, τὴν λογικὴν λατρείαν ὑμῶν· (NA27).
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (RV60)
En esta nota nos enfocamos en la palabra παραστῆσαι que es infinitivo aoristo activo de παρίστημι/παραστῆναι, y se usa como un terminus technicus [palabra técnica] “en el lenguaje del sacrificio ofrecer, traer, presentar[1]. La cuestión es si παραστῆσαι indica que la consagración se realiza “una vez por todas” debido a que se trata de un aoristo. Varios autores no comentan este detalle gramatical.[2] Juan Calvino escribió:
Sobre este fundamento comprenderemos que la santidad debiera ser para nosotros un ejercicio continuo, de tanta duración como nuestra vida, y que, por el contrario, sería una especie de sacrilegio caer en la impureza, porque tal cosa equivaldría a profanar algo ya santificado [negritas mías].[3]
John Murray no comenta el aoristo παραστῆσαι, pero favorece la idea de dedicación constante:
Es posible que la palabra “vivo” también refleje la permanencia de esta ofrenda, que debe ser una dedicación constante [negritas mías].[4]
James D. G. Dunn no comenta el aoristo, pero entiende que se trata de una acción cotidiana:
El sacrificio que Dios busca no es más el de bestias o aves en el templo, sino el compromiso diario de una vida vivida dentro de las restricciones y relaciones de este mundo corpóreo [negritas mías].[5]
Robert H. Mounce no comenta el aoristo[6], pero considera que éste está conectado con los dos imperativos presentes del v. 2 los cuales señalan una conducta continua:
Si el v. 1 habla de un acto específico en el cual nosotros nos ofrecemos a Dios, v. 2 nos habla de dos actividades en curso.[7]
C. E. B. Cranfield tentativamente considera que hay un sentido de definitivo en el acto de ofrecer, aunque no rechaza la naturaleza cotidiana de la auto-entrega:
Es interesante contrastar con 16:17. Uno podría quizá sugerir que la elección del presente infinitivo, fue natural allí, en vista del carácter esencialmente continuo de la acción contemplada, y –muy tentativamente- que un sentido de lo definitivo que caracteriza el acto de auto-entrega (aún aunque tenga que ser repetido una y otra vez) puede haber contribuido a la elección de Pablo del aoristo aquí [negritas mías].[8]
Por otro lado, de acuerdo a Frédéric Louis Godet nuestra consagración es “realizada una vez por todas (el aoristo παραστῆσαι, v. 1)” [negritas mías][9]. Godet contrasta este aoristo con los imperativos en tiempo presente del v. 2 (μὴ συσχηματίζεσθε… μεταμορφοῦσθε).
Al parecer, puesto que los gramáticos han descrito el aoristo como el tiempo puntual, algunos han deducido que el aoristo presenta la acción “una vez y por todas”[10]. Veamos lo que dicen dos gramáticos conocidos. William H. Davis describe así el tiempo aoristo (§ 179):
El tiempo aoristo expresa acción en su forma más simple –indefinida; no distingue entre acción completa o incompleta. El tiempo aoristo trata la acción como un punto; -esta clase de acción es llamada puntual… [negritas mías][11].
Dana-Mantey, por su parte, escriben (§ 179):
Nos acercamos ahora al más prevaleciente y más importante de los tiempos griegos. Es también el tiempo más característico del idioma griego. El significado fundamental del aoristo es denotar acción simplemente como ocurriendo, sin referencia a su progreso. Es el tiempo indefinido (ἀοριστος, ilimitado). No tiene esencial significación temporal, hallándose sus relaciones de tiempo únicamente en el indicativo, donde se le usa como pasado y por lo mismo aumentado. Su función verdadera se le puede ver mejor en los modos potenciales, y debiera ser cuidadosamente considerada en interpretación. El aoristo no significa nada en cuanto a conclusión, sino que simplemente presenta la acción como alcanzada. El establece el hecho de la acción o evento sin consideración de su duración. […] Él presenta la acción o el evento como un “punto”, y, de aquí que se le llame “puntual[negritas mías].[12]
Asumir que una acción ocurrió “una vez y por todas” sobre la base de la forma-verbal aoristo debido a que es descrito como puntual, sería “abusar” del aoristo.[13] “Si el aoristo significa que una acción que ocurre sólo una vez, se indica por medio de otros factores contextuales” [negritas mías][14]. Por tanto, como dice D. J. Moo:
Pero el tiempo aoristo en sí mismo no indica esto [un acto “una vez y por todas”]; y no hay razón en el contexto para pensar que Pablo viera esta presentación como una ofrenda que hacemos sólo una vez. Pablo simplemente nos ordena realizar esta ofrenda, sin decir nada acerca de cuán a menudo se necesita hacer [negritas mías].[15]
La razón para usar el aoristo παραστῆσαι sería probablemente la imaginería sacrificial y, como dice David Peterson, esta presentación de nosotros mismos a Dios se considera de una manera holística.[16] El versículo 2 describe cómo debe producirse esa presentación en sacrificio con dos imperativos en tiempo presente indicando que nuestra consagración debe ser constante.


[1] BDAG, 778; cf. M-M, 494-495; W. Sanday y Arthur C. Headlam, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle of the Romans (3a ed.; New York: C. Scribner's sons, 1897), 352..
[2] Así, por ejemplo, F. F. Bruce, Romans: An Introduction and Commentary (ed. rev.; TNTC 6; Nottingham: Inter-Varsity Press, 1985), 223; Leon Morris, The Epistle to the Romans (PNTC; Grand Rapids-Leicester: Eerdmans; Inter-Varsity Press, 1988), 433; C. K. Barrett, The Epistle to the Romans (ed. rev.; BNTC; Peabody: Hendrickson, 1991), 212; Joseph A. Fitzmyer, S. J., Romans: A New Translation With Introduction and Commentary (New Haven; London: Yale University Press, 2008), 639.
[3]Juan Calvino, Comentario a La Epístola a Los Romanos (Grand Rapids: Libros Desafío, 2005), 317.
[4] John Murray, The Epistle to the Romans (NICNT; Grand Rapids: Eerdmans, 1968), 2:111.
[5] James D. G. Dunn, Romans 9-16 (WBC 38B; Dallas: Word, 2002), 717.
[6] Robert H. Mounce, Romans (NAC 27; Nashville: Broadman & Holman, 1995), 230-231.
[7] Mounce, Romans, 232.
[8] C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans (London; New York: T&T Clark International, 2004), 598, n 4.
[9] F. L. Godet, Commentary on Paul’s Epistle of the Romans, Volume 2 (trad. Alexander Cusin; Edinburgh: T&T Clark, 1881), 283.
[10] Para una discusión de este asunto cf. D. A. Carson, Exegetical Fallacies (2a ed.; Grand Rapids: Baker, 1996), 68-73.
[11] William Hersey Davis, Beginner's Grammar Of The Greek New Testament (Eugene: Wipf and Stock, 1999), 78.
[12] H. E. Dana & Julius R. Mantey, Manual de Gramática del Nuevo Testamento Griego (trad. Stanley Clark; Bs. As.: CBP, 1975), 186-187.
[13] Para una crítica de este “abuso” del aoristo cf. Frank Stagg, “The AbusedAorist”, JBL (1972) 222-231; C. R. Smith, “Errant Aorist Interpreters”, GTJ 2 (1980) 205-226.
[14] Thomas R. Schreiner, Romans (BECNT; Grand Rapids: Baker, 1998), 643.
[15] Douglas J. Moo, The Epistle to the Romans (NICNT; Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 750.
[16] David Peterson, “Worship And Ethics In Romans 12”, TynBull 44 (1993): 281, n 26.

viernes, 22 de julio de 2011

Romanos 10.9: "confesar" ¿réplica durante la persecución?

ὅτι ἐὰν ὁμολογήσῃς ἐν τῷ στόματί σου κύριον Ἰησοῦν καὶ πιστεύσῃς ἐν τῇ καρδίᾳ σου ὅτι ὁ θεὸς αὐτὸν ἤγειρεν ἐκ νεκρῶν, σωθήσῃ· (NA27)
que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. (NVI)
La falacia del anacronismo semántico consiste en atribuir un significado posterior a la literatura primitiva. Esto suele suceder cuando, por ejemplo, se lee a los padres de la iglesia que escribieron en griego. El uso de una palabra por parte de los padres de la iglesia no era necesariamente el uso que le dieron los escritores del NT.[1]
En el texto de Romanos 10.9 el verbo griego ὁμολογήσῃς subjuntivo aoristo activo 2a persona singular de ὁμολογέω (“confesar”) ha sido interpretado como refiriéndose a la confesión de los mártires cristianos ante las autoridades romanas surgida en la época de persecución. Se argumenta que se trata de la réplica cristiana ante la insistencia de la religión estatal que pregonaba “César es el Señor”.[2]
La base para esta interpretación es la literatura del segundo siglo, por ejemplo, una cita en el Martirio de Policarpo 8.2:
καὶ ὑπήντα αὐτῷ ὁ εἰρήναρχος Ἡρώδης καὶ ὁ πατὴρ αὐτοῦ Νικήτης οἳ καὶ μεταθέντες αὐτὸν ἐπὶ τὴν καροῦχαν ἔπειθον παρακαθεζόμενοι καὶ λέγοντες Τί γὰρ κακόν ἐστιν εἰπεῖν Κύριος καῖσαρ καὶ ἐπιθῦσαι καὶ τὰ τούτοις ἀκόλουθα καὶ διασώζεσθαι ὁ δὲ τὰ μὲν πρῶτα οὐκ ἀπεκρίνατο αὐτοῖς ἐπιμενόντων δὲ αὐτῶν ἔφη Οὐ μέλλω ποιεῖν ὃ συμβουλεύετέ μοι

Y se encontró con él Herodes, el capitán de la policía, y el padre de éste Nicetes, los cuales le trasladaron al carruaje y le persuadían sentándose ellos a su lado y diciéndole: “¿Qué hay de malo en decir César es Señor y en ofrecer sacrificio y las demás cosas, y ser salvo?” Pero, él al principio no les respondió, y al persistir, él les afirmaba: “No haré lo que me aconsejáis”(traducción mía)
El problema con esto es el anacronismo con respecto al texto de Romanos 10.9, y además, el contexto lógico hace improbable esta interpretación. Como ha argüido convincentemente Larry Hurtado, esta confesión se originó no durante la persecución romana posterior, sino en la fase más antigua del cristianismo judío en Jerusalén.[3] La iglesia en Palestina que hablaba arameo ya tenía como fórmula de fe la expresión aramea: mārēh Yēšûʿ (cf. la expresión μαράνα θά marana tha “el Señor viene” en 1 Co 16.22). Por tanto, debido a la evidencia es muy probable que esta fórmula sea pre-paulina.[4] En consecuencia, es mejor entender este texto como refiriéndose a una confesión de fe[5], como dice Douglas J. Moo: “La confesión es la manifestación externa de esta crítica respuesta interna” refiriéndose a la fe.[6]


[1] D. A. Carson, Exegetical Fallacies (2a ed.; Grand Rapids: Paternoster-Baker, 1996), 33.
[2] C. K. Barrett, The Epistle to the Romans (BNTC; ed. rev.; Peabody: Hendrickson, 1991), 187.
[3] Larry W. Hurtado, Lord Jesus Christ: Devotion to Jesus in Earliest Christianity (Grand Rapids: Eerdmans, 2003), 197-200.
[4] Cf. Barrett, op. cit., 187; C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans (London: T&T Clark, 2004), 527; James D. G. Dunn, Romans 9-16 (WBC 38B; Dallas: Word, 2002), 607; Joseph A. Fitzmyer, S.J., Romans: A New Translation With Introduction and Commentary (New Haven: Yale University Press, 2008), 591.
[5] Cf. V. H. Neufeld, The Earliest Christian Confessions (NTTS 5; Grand Rapids: Eerdmans, 1963), 13-20, 42-43.
[6] Moo, op. cit., 657.

jueves, 21 de abril de 2011

"...resucitado para [διά ] nuestra justificación" Romanos 4.25

Esta cláusula está construida como un parallelismus membrorum:

ὃς
παρεδόθη   διὰ       τὰ        παραπτώματα     ἡμῶν
καὶ
ἠγέρθη       διὰ      τὴν        δικαίωσιν           ἡμῶν.

El paralelismo podría sugerir prima facie que la preposición διά en ambas cláusulas debería tener el mismo sentido. Sin embargo, debido a que en la segunda cláusula el sentido causal difícilmente encaja con la expresión, debe haber otra forma de entender el uso de las preposiciones. De acuerdo al Dr. Murray J. Harris habría tres probables soluciones: (1) διά tiene un sentido final en ambas cláusulas; (2) διά es causal en la primera cláusula y final en la segunda; (3) διά es causal en ambas cláusulas: v. 25a “a causa de (la necesidad de expiar)” y v. 25b “a causa de (la necesidad de lograr o confirmar)”.[1] A mi juicio, este paralelismo contiene ideas contrapuestas. Hay un contraste entre los pasivos (1) παρεδόθη implica muerte y (2) ἠγέρθη implica vida; entre los sustantivos en acusativo (1) παραπτώματα, en plural, implica culpabilidad y (2) δικαίωσιν, en singular, implica inocencia. Si es así, entonces habría distinción en el uso de διά en cada una de las frases preposicionales. Esto no quiere decir que διά tenga varios significados, sino que el contexto nos ayuda a determinar la dirección causal de esta preposición. Si esto es correcto, διά en la primera cláusula es restrospectivo pudiéndose traducir como “a causa de”, y διά en la segunda cláusula es prospectivo pudiéndose traducir como “para”.[2] La resurrección es el sello de la aprobación divina de la obra de Cristo.[3]

________________
[1] Cf. Murray J. Harris. “Appendix: Prepositions and Theology in the Greek New Testament”, en NIDNTT, 1184.
[2] Cf. E. H. Gifford, The Epistle of St. Paul to the Romans (Londres: John Murray, 1886), 109; Sanday-Headlam, 116.
[3] Cf. Harris, op. cit., 1184.