martes, 26 de julio de 2011

"Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe" (2Co 13.5)

En el contexto general de la segunda carta a los corintios, el apóstol Pablo ahora usando la ironía al estilo socrático retorna hacia los corintios el desafío. Ellos han cuestionado su autoridad. Ahora Pablo que les predicó el evangelio les desafía a que comprueben si son verdaderamente creyentes. Evidentemente, si su respuesta era positiva (algo que el apóstol espera que suceda), entonces los corintios mismos constituirían la evidencia contundente que certificaba el ministerio de Pablo. Me parece muy afortunada la explicación que nos da David K. Lowery:


13:5–7. A lo largo de la carta, Pablo se sujetó a escrutinio, a sí mismo y a su ministerio. Ahora, le pasaba la lupa a los corintios, con el reto de que ellos consideraran su conducta (vosotros está en posición enfática en gr.). La pregunta de Pablo se interpreta normalmente con relación a la justificación posicional: ¿Eran cristianos o no? Pero con mayor probabilidad tenía que ver con la santificación práctica: ¿Demostraban que estaban en la fe (cf. 1 Co. 16:13), y que Jesucristo estaba en ellos al obedecer su voluntad? Pasar la prueba era hacer lo correcto. Ser reprobado, era ser desobediente y por tanto, estar sujeto a la disciplina de Dios. La palabra reprobado (2 Co. 13:5–6) y reprobados (v. 7) es trad. de la palabra gr. adokimoi (“desaprobado”; cf. adokimos en 1 Co. 9:27).
Cualesquiera que hayan sido las dudas que los corintios pudieran haber tenido acerca de la conducta de Pablo (e.g., 2 Co. 1:17; 2:17; 7:2), él creía que una evaluación sobria los conduciría a reivindicarlo. Tenía la esperanza de que no serían desaprobados por Dios; y de que se dieran cuenta de que él no había sido desaprobado por Dios. Nuevamente, era la reputación o situación de ellos, no la suya, la que le preocupaba.[1]

Un problema con este texto es que se suele usar fuera de su contexto como un versículo garrote para cuestionar a diestra y siniestra la fe de las personas. El autoexamen no es ajeno a la enseñanza de Pablo, pero hay que ubicarlo en su debido contexto.


[1] David K. Lowery, “2 Corintios” en John F. Walvoord y Roy B. Zuck (eds.), El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo: Nuevo Testamento (tomo 3; Puebla: Las Américas, 1996), 113.

Gordon D. Fee y los "cristianos carnales" (1Co 3.1-4)

Luego de su exégesis acerca de 1Co 3.1-4, Gordon D. Fee manifiesta sus impresiones con relación a usar este texto para defender la idea de que puede existir un estado de carnalidad permanente en la vida de un cristiano:
Al igual que 2:6–16, este párrafo ha tenido su propia historia de desafortunada aplicación. Muy a menudo se ha usado este texto en el debate acerca de la salvación eterna, o acerca de si los que son salvos pueden o no condenarse. Se insinúa con frecuencia que, puesto que estas personas son creyentes pero son “carnales”, por consiguiente es permisible ser “cristianos carnales”. Y, desde luego, esa es precisamente la aplicación incorrecta. No hay duda de que Pablo considera que sus amigos corintios son creyentes, ni de que de hecho ellos están actuando contrariamente a esa realidad. Pero el interés de Pablo es precisamente lograr que cambien, y no conceder que ese tipo de conducta es permisible porque no todos los cristianos son todavía maduros. El lenguaje de Pablo es irónico, no permisivo. El destino eterno de esas personas, si persisten en su proceder “meramente humano”, depende de cómo considere uno los diversos textos de advertencia que hay en esta carta (p.ej., 6:9–11; 10:1–13). Pero este texto no toca esa cuestión. Haríamos bien en dejarlo transmitir el interés propio de Pablo, y no usarlo para una preocupación teológica de nuestra propia fabricación. Las personas espirituales deben andar en el Espíritu. Si hacen lo contrario, serán “carnales” y se les pide que desistan de ello. El seguir siendo carnales no es una de las opciones.[1]


Considero muy apropiado que el Dr. Fee resalte esto, pues no se pueden leer estos versículos del capítulo 3 de 1Corintios y hacer a un lado lo que el mismo apóstol Pablo asevera en el capítulo 6. 


[1] Gordon D. Fee, Primera Epístola a Los Corintios (Grand Rapids: Nueva Creación, 1994), 145.

viernes, 22 de julio de 2011

Romanos 10.9: "confesar" ¿réplica durante la persecución?

ὅτι ἐὰν ὁμολογήσῃς ἐν τῷ στόματί σου κύριον Ἰησοῦν καὶ πιστεύσῃς ἐν τῇ καρδίᾳ σου ὅτι ὁ θεὸς αὐτὸν ἤγειρεν ἐκ νεκρῶν, σωθήσῃ· (NA27)
que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. (NVI)
La falacia del anacronismo semántico consiste en atribuir un significado posterior a la literatura primitiva. Esto suele suceder cuando, por ejemplo, se lee a los padres de la iglesia que escribieron en griego. El uso de una palabra por parte de los padres de la iglesia no era necesariamente el uso que le dieron los escritores del NT.[1]
En el texto de Romanos 10.9 el verbo griego ὁμολογήσῃς subjuntivo aoristo activo 2a persona singular de ὁμολογέω (“confesar”) ha sido interpretado como refiriéndose a la confesión de los mártires cristianos ante las autoridades romanas surgida en la época de persecución. Se argumenta que se trata de la réplica cristiana ante la insistencia de la religión estatal que pregonaba “César es el Señor”.[2]
La base para esta interpretación es la literatura del segundo siglo, por ejemplo, una cita en el Martirio de Policarpo 8.2:
καὶ ὑπήντα αὐτῷ ὁ εἰρήναρχος Ἡρώδης καὶ ὁ πατὴρ αὐτοῦ Νικήτης οἳ καὶ μεταθέντες αὐτὸν ἐπὶ τὴν καροῦχαν ἔπειθον παρακαθεζόμενοι καὶ λέγοντες Τί γὰρ κακόν ἐστιν εἰπεῖν Κύριος καῖσαρ καὶ ἐπιθῦσαι καὶ τὰ τούτοις ἀκόλουθα καὶ διασώζεσθαι ὁ δὲ τὰ μὲν πρῶτα οὐκ ἀπεκρίνατο αὐτοῖς ἐπιμενόντων δὲ αὐτῶν ἔφη Οὐ μέλλω ποιεῖν ὃ συμβουλεύετέ μοι

Y se encontró con él Herodes, el capitán de la policía, y el padre de éste Nicetes, los cuales le trasladaron al carruaje y le persuadían sentándose ellos a su lado y diciéndole: “¿Qué hay de malo en decir César es Señor y en ofrecer sacrificio y las demás cosas, y ser salvo?” Pero, él al principio no les respondió, y al persistir, él les afirmaba: “No haré lo que me aconsejáis”(traducción mía)
El problema con esto es el anacronismo con respecto al texto de Romanos 10.9, y además, el contexto lógico hace improbable esta interpretación. Como ha argüido convincentemente Larry Hurtado, esta confesión se originó no durante la persecución romana posterior, sino en la fase más antigua del cristianismo judío en Jerusalén.[3] La iglesia en Palestina que hablaba arameo ya tenía como fórmula de fe la expresión aramea: mārēh Yēšûʿ (cf. la expresión μαράνα θά marana tha “el Señor viene” en 1 Co 16.22). Por tanto, debido a la evidencia es muy probable que esta fórmula sea pre-paulina.[4] En consecuencia, es mejor entender este texto como refiriéndose a una confesión de fe[5], como dice Douglas J. Moo: “La confesión es la manifestación externa de esta crítica respuesta interna” refiriéndose a la fe.[6]


[1] D. A. Carson, Exegetical Fallacies (2a ed.; Grand Rapids: Paternoster-Baker, 1996), 33.
[2] C. K. Barrett, The Epistle to the Romans (BNTC; ed. rev.; Peabody: Hendrickson, 1991), 187.
[3] Larry W. Hurtado, Lord Jesus Christ: Devotion to Jesus in Earliest Christianity (Grand Rapids: Eerdmans, 2003), 197-200.
[4] Cf. Barrett, op. cit., 187; C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans (London: T&T Clark, 2004), 527; James D. G. Dunn, Romans 9-16 (WBC 38B; Dallas: Word, 2002), 607; Joseph A. Fitzmyer, S.J., Romans: A New Translation With Introduction and Commentary (New Haven: Yale University Press, 2008), 591.
[5] Cf. V. H. Neufeld, The Earliest Christian Confessions (NTTS 5; Grand Rapids: Eerdmans, 1963), 13-20, 42-43.
[6] Moo, op. cit., 657.

sábado, 25 de junio de 2011

Hermes, Hermenéutica y Hch 14.12


He mencionado que hay un vínculo etimológico entre el nombre del dios Hermes y la palabra Hermenéutica. En la mitología griega, Hermes era considerado como el dios de la oratoria y el “mensajero” (γγελός anyelós) de los dioses.[1] Esto explica el incidente en Listra en donde la gente creyó que Pablo era el dios Mercurio (i.e. Hermes) “porque éste era el que llevaba la palabra” (πειδ ατς ν ἡγούμενος το λόγου epidí avtós in o igúmenos tu lógu, Hch 14.12).
El apologista cristiano Arístides al denunciar el paganismo menciona la conexión mitológica del dios Hermes como el mensajero (intérprete) de los dioses.[2]


[1] Cf. Homero, Odisea 5.28-29.
[2] Cf. Apología 10.3.

Etimología de Hermenéutica

Al parecer, como lo señala Louis Berkhof[1], el filósofo griego Platón fue el primero en usar la palabra ρμηνευτική herminevtikí como un término técnico para referirse al arte de interpretar.[2] Bruce Corley nos detalla la explicación que Platón proporciona de esta palabra:
Según Platón, un hermēneutēs sería un “intérprete” de la ley sagrada (Leges 907d) o un poeta que expone los discursos divinos como un “vocero” para los dioses (Ion 534e; Politicus 290c), alguien que practica el “arte de la interpretación” (cf. Symposium 202e; Theaetetus 209a; Politicus 260d).[3]
Es probable que la palabra ἑρμηνεία herminía se derivase etimológicamente del nombre del dios griego Hermes (Mercurio de los romanos).[4] De acuerdo a Platón, Hermes (Ἑρμῆς Hermés) significaría “intérprete” (ρμηνεύς hermenéus), concluyendo que Ἑρμῆς Hermés es una forma embellecida de Ερέμης Eirémes que a su vez se deriva de la expresión ερειν μήσατο eírein emésato que significa “imagino el hablar”.[5]


[1] Cf. Louis Berkhof, Principios de Interpretación Bíblica (Grand Rapids: Desafío, 2005), 9.
[2] Cf. Platón, Politicus 260d-e: Τί ον; ες τατν μείξομεν βασιλικν ρμηνευτικ, κελευστικ, μαντικ, κηρυκικ, κα πολλας τέραις τούτων τέχναις συγγενέσιν, α σύμπασαι τό γ' πιτάττειν χουσιν; “Pues ¿qué?: ¿refundiremos en uno el arte del rey con el del intérprete, del cómitre, del adivino, del heraldo, y otras muchas congéneres con estas todas las cuales tienen que ver con dirigir?” (trad. Juan David García Bacca).
[3] Bruce Corley, “A Student’s Primer for Exegesis” en Biblical Hermeneutics: A Comprehensive Introduction to Interpreting Scripture (2a ed.; Nashville: Broadman & Holman, 2002), 3.
[4] Cf. Milton S. Terry, Biblical Hermeneutics (New York: Eaton & Mains, 1890), 17; J. Edwin Hartill, Manual de Interpretación Bíblica (Puebla: Las Américas, 1974), 9; Emerich Coreth, Cuestiones Fundamentales de Hermenéutica (Barcelona: Herder, 1972), 7-8; José M. Martínez, Hermenéutica Bíblica (Terrassa: CLIE, 1984), 16; Henry A. Virkler, Hermenéutica: Principios y procedimientos de interpretación bíblica (Miami: Vida, 1994), 13.
[5] Así lo explica Socrates a Hermógenes en el diálogo de Platón, Cratylus 407e-408a.

martes, 7 de junio de 2011

Génesis 3.15 ¿Protoevangelium ("Primer evangelio")?

Esta designación a este texto como el Protoevangelium viene desde la época de la Reforma, cuando Lutero puso una glosa en la edición de 1522 de la Biblia que tradujo. Una profecía que hacía referencia a Jesucristo. Desde los tárgumes se vislumbra una interpretación mesiánica.
Sorprendentemente, Juan Calvino no tenía una interpretación mesiánica de este texto. Probablemente algunos amigos calvinistas (especialmente los de seis solas: Sola scriptura; Sola fide; Sola gratia; Solus Christus; Soli Deo gloria; + Solus Calvinus) podrían extrañarse al conocer esto. Calvino asume que esta profecía tiene una interpretación colectiva no individual. Es decir, se referiría a la iglesia (ver aquí).
Recomiendo revisar el comentario de Calvino acerca del Libro del Génesis (inglés).

Cuatro manuscritos del NT "descubiertos" por el equipo de CSNTM

Rory P. Crowley Coordinador Interno para el Center for the Study of New Testament Manuscripts (CSNTM: "Centro para el Estudio de Manuscritos del Nuevo Testamento") y estudiante de Maestría en el Seminario Teológico de Dallas informó el redescubrimiento de cuatro manuscritos del Nuevo Testamento en Atenas. Un minúsculo del siglo XII conteniendo los evangelios, luego Daniel Wallace con un colaborador encontraron otros dos manuscritos de los evangelios, J. D. Lemming y Paul hallaron fragmentos de un manuscrito de los Hechos en la parte posterior de un manuscrito de los evangelios. ¡Esto sí que es fascinante!
Gracias a los amigos de Evangelical Textual Criticism por resaltar esta noticia.

Camping contraataca: Nueva fecha para el Rapto y el Juicio

Marcos 13:32-33
Περὶ δὲ τῆς ἡμέρας ἐκείνης ἢ τῆς ὥρας οὐδεὶς οἶδεν, οὐδὲ οἱ ἄγγελοι ἐν οὐρανῷ οὐδὲ ὁ υἱός, εἰ μὴ ὁ πατήρ. Βλέπετε, ἀγρυπνεῖτε• οὐκ οἴδατε γὰρ πότε ὁ καιρός ἐστιν.

32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. (RVR)

En cuanto al día y la hora, no los conoce nadie, ni los ángeles en el cielo, ni el hijo; sólo los conoce el Padre. ¡Atención, estad despiertos, porque no conocéis el día ni la hora! (BP)

La primera vuelta electoral en Perú nos dejó un escenario desalentador: dos candidatos, Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Muchos, al mejor estilo de Harold Camping, presagiaron el inminente día del juicio ya no para el 21 de mayo, sino para el 5 de junio, fecha de la segunda vuelta electoral en Perú. La elección fue parangonada con tener que decidir entre el cáncer o el SIDA.
Este cuadro en la política peruana animó las especulaciones escatológicas sin ninguna timidez, al estilo del pseudo-profeta norteamericano. Camping, luego de su titánico fiasco, re-calculó la fecha del Rapto para el 21 de Octubre del 2011. Tales noticias satisfacen la avidez de los medios de comunicación, los cuales no están interesados en conocer el cristianismo, pero este tipo de noticias sacia los apetitos de quienes quieren desacreditar el Evangelio.
Supongo que muchos futurólogos evangélicos peruanos post-electorales corregirían a Camping sosteniendo que la fecha del inicio de la Gran Tribulación será el 28 de julio del 2011 (fecha en que Ollanta Humala asumiría la Presidencia del Perú). Pues, ya han visto la elección de Humala como señal de mal agüero, como juicio divino, haciendo caso omiso a Marcos 13.32-33.