Mi preferencia por la pronunciación moderna para el griego κοινή en mi lectura del Nuevo Testamento griego, a mi juicio, está justificada. Basta con leer el documentado artículo del Dr. Caragounis para repensar seriamente en seguir usando la denominada pronunciación erasmiana. Este es el sumario del artículo escrito por el Dr. Chrys C. Caragounis, "The error of Erasmus and un-Greek pronunciations of Greek", Filología Neotestamentaria 8 (1995): 151-185.
El artículo del Dr. Caragounis es demoledor. Personalmente en otro artículo he expresado mi rechazo por la pronunciación erasmiana que hasta ahora no deja de ser enseñada en los seminarios.
Al estudiante de NT se le enseña a pronunciar el griego de modo distinto del del griego moderno, pero no son generalmente conocidos los factores y circunstancias que dieron origen a esta llamada pronunciación "científica" del griego, introducida por Erasmo de Rotterdam.
El autor expone en primer lugar cómo el origen de la pronunciación erasmiana se debió a que el estudioso suizo Lorituus de Glarus le informó de que habían llegado a París unos estudiosos griegos que pronunciaban el griego de modo diferente al acostumbrado en Europa (que entonces coincidía con el usado en Grecia). Como consecuencia, Erasmo publicó inmediatamente el Dialogus. Aunque más tarde descubrió que se trataba de un fraude y volvió a la antigua pronunciación, la "novedad" se extendió rápidamente y acabó por desbancar en Occidente la pronunciación griega del griego.
El artículo señala a continuación las circunstancias históricas que hicieron posible el error de Erasmo, expone la pronunciación histórica del griego y sus diferencias con la erasmiana y estudia la evolución de la pronunciación y de la grafía de la lengua griega desde sus orígenes.
Aduciendo una copiosa documentación, establece los criterios para la pronunciación del griego, en primer lugar, de las vocales y diptongos, luego de las consonantes. Se refiere a continuación a los acentos, espíritus y otros elementos de prosodia. Entre los corolarios de estudio resaltan tres: 1) La pretensión erasmiana de pronunciar el griego "científicamente", es decir, según el modo antiguo, encuentra dificultades insuperables. 2) La pronunciación griega del griego es una condición sine qua non para la crítica textual. 3) Desde el punto de vista pragmático, la pronunciación griega facilitaría el contacto científico con Grecia y abriría el camino a la riqueza del griego bizantino y del moderno. Se vería así el NT griego como parte de una unidad viva mayor, la lengua, el pensamiento y la literatura griegas como un todo.
El artículo del Dr. Caragounis es demoledor. Personalmente en otro artículo he expresado mi rechazo por la pronunciación erasmiana que hasta ahora no deja de ser enseñada en los seminarios.