No creo que alguien acusará
a Vincent Cheung de “decisionista” por afirmar que aunque en el ordo salutis (“orden de la salvación”)
la regeneración viene primero, sin embargo el elegido tiene que decidir (palabra deleznable, despreciable y herética para algunos), pues
la fe es asentimiento voluntario. Cheung trata así la cuestión del aspecto volitivo de la fe:
Dado que la naturaleza de la fe es asentimiento al conocimiento, puesto que este conocimiento denota una retención y el entendimiento de ciertas proposiciones, y puesto que la fuente de estas proposiciones es la revelación, o la Biblia, la fe es el asentimiento voluntario e inteligente a las proposiciones reveladas o bíblicas, y el asentimiento implica la obediencia a las demandas presentes en las proposiciones inherentemente [cursivas del autor].[1]
Y más abajo, continua diciendo:
Sin la obra de regeneración por parte de Dios en la cual Él cambia la disposición y la volición del hombre, nadie puede o desea verdaderamente asentir las proposiciones bíblicas acerca de Dios y de Cristo. Nuestra definición indica que la fe tiene un elemento volitivo, ya que se trata de un asentimiento voluntario del evangelio. La voluntad del hombre no regenerado no puede asentir al Evangelio, pero una persona que ha sido regenerada por Dios también ha sido hecha dispuesta a creer en Jesucristo; Dios ha cambiado su voluntad. Por lo tanto, Dios no "compele" a una persona a la fe en el sentido de forzarle a creer lo que conscientemente se niega a aceptar, pero Dios "compele" un cambio en la voluntad de la persona por medio de la regeneración, para que su asentimiento al Evangelio sea realmente voluntario. Es decir, la fe es voluntaria en el sentido de que la persona elegida de hecho decide aceptar el evangelio, pero él sólo lo hace porque Dios le causa que así lo decida. Sin el poder de Dios para "compeler" o para cambiar la voluntad, nadie se decidiría a aceptar el Evangelio de Jesucristo [cursivas del autor].[2]
El elegido cree, no Dios. La fe, aunque de origen Divino, llega a ser genuinamente un acto humano como Dios en Su gracia lo permite.[3]
[1] Vincent Cheung: “Since the nature of faith is assent to knowledge,
since this knowledge denotes a retention and understanding of certain
propositions, and since the source of these propositions is revelation, or the Bible,
faith is voluntary and intelligent assent to biblical or revealed
propositions, and assent implies obedience to the demands inherently
present in the propositions” (Systematic Theology
[Boston: 2010], 199-200). En
línea: http://www.vincentcheung.com/books/theology2010.pdf
[2] Cheung: “Without God's work of regeneration in which he changes
the disposition and volition of man, no one can or will truly assent to the
biblical propositions about God and Christ. Our definition indicates that faith
has a volitional element, in that it is a voluntary assent to the
gospel. The will of the unregenerate man cannot assent to the gospel, but a
person who has been regenerated by God has also been made willing to
believe in Jesus Christ; God has changed his will. Therefore, God does not
"compel" a person to faith in the sense of forcing him to believe
what he consciously refuses to accept, but God "compels" a change in
the person's will by regeneration so that his assent to the gospel is indeed voluntary.
That is, faith is voluntary in the sense that the elect person indeed decides
to accept the gospel, but he only does this because God causes him to so
decide. Without God's power to "compel" or to change the will, no one
would decide to accept the gospel of Jesus Christ” (Ibid., 200).
[3] Cf. Simon J. Gathercole, "Justified by Faith, Justified by his Blood: The Evidence of Romans 3:21-4:25" en Justification and Variegated Nomism II (Tübingen: Mohr Siebeck, 2004), 162.