miércoles, 2 de octubre de 2013

Recordando algo del hebreo: El Artículo Definido

Me he topado con muchas personas que después de haber pasado por un centro de capacitación teológica, aparte de las clases introductorias al hebreo, nunca más tuvieron contacto con el hebreo. A pesar que Pablo reconoce la inspiración del Antiguo Testamento, y a pesar también que suscribimos la denominada inspiración plenaria y verbal, para todos los usos prácticos el hebreo sólo queda como un vago recuerdo (a veces como un mal recuerdo). Pero, no pensemos que este es un problema en Perú o Latinoamérica. El Dr. Robert B. Chisholm (From Exegesis to Exposition: A Practical Guide to Using Biblical Hebrew) observa la misma problemática en norteamérica. No tenemos que ser parte de esa tendencia, tratemos de recordar algo del hebreo.
Entre los rudimentos del hebreo, se encuentra el artículo. En el hebreo no tenemos artículo indefinido (o indeterminado) como en el español. Cuando nosotros en español nos referimos a una entidad nueva en el discurso decimos "una carta", "un libro". Así, la palabra hebrea אָח se puede traducir como "hermano" o "un hermano", depende del contexto.
Por otro lado, el artículo definido en hebreo no es una palabra separada como sí lo es en español. Además, en español el artículo sufre variación formal para expresar género (masculino, femenino y neutro): "el caballo, la mesa, lo bueno"; y número (singular y plural): "los caballos, las mesas". El artículo definido en el hebreo se coloca siempre al inicio de una palabra, y se compone de tres partes:
  1. La letra ה
  2. Un pataḥ que es una rayita horizontal debajo de la letra: ַ sería así: הַ
  3. Un dageš fuerte (un punto colocado en el interior de una consonante) en la primera letra de la palabra
Por ejemplo:
הַסּוּס "el caballo"
הַדָּבָר "la palabra"
הַמֶּלֶךְ "el rey"
Mis mejores deseos para el estudio del hebreo. Espero poder compartir algunas píldoras hebraicas.




martes, 1 de octubre de 2013

Leyendo a David Sobrevilla

Estoy leyendo el libro Repensando la tradición de Nuestra América: Estudios sobre la Filosofía en América Latina, escrito por David Sobrevilla. No he estado escribiendo mucho acerca de mis lecturas filosóficas, pero esta lectura en particular es desafiante.
David Sobrevilla tiene un tono calmado cuando expone puntos de vista con los cuales está en desacuerdo, pero es muy directo para decir algo que a veces no nos atrevemos (pág. 265):
En el fondo, nuestro conocimiento de esta tradición es muy débil: autores básicos como los presocráticos, Platón, Aristóteles, Descartes, Leibniz, Kierkegaard, Comte todavía son muy mal conocidos entre nosotros -para nombrar sólo a algunos filósofos hasta el siglo XIX.
De seguro muchos protestarán. ¡Quizá haya algún catedrático que cree entender los escritos de Habermas mejor que el propio Habermas! Pero, concuerdo con David Sobrevilla. En los pasillos universitarios se conversa mucho de nada pensando que se habla de todo.
Lo que sucede con la filosofía también se puede decir de la teología y otros campos del conocimiento.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Enseñando el libro de Hechos, acerca del título

En la iglesia bautista de Fe estoy siguiendo una serie de exposiciones del libro de Hechos. Estoy agradecido a Dios porque me concede el privilegio de ser un comunicador de las Sagradas Escrituras.
Una cuestión que me parece singular es el título de este libro. Por ejemplo, Irving L. Jensen en su "Panorama del Nuevo Testamento" escribió lo siguiente (Survey of the New Testament: Search and Discover [Chicago: Moody, 1981], 203):
Se reconoce que el libro registra los actos del Espíritu Santo en cuanto obró a través de los apóstoles. En ese sentido, el libro podría llamarse Los Hechos del Espíritu Santo. El nombre del Espíritu Santo aparece aproximadamente setenta veces en el libro.
Aunque parezca atractiva la sugerencia de Jensen, permítanme estar en desacuerdo con este autor. El problema con la afirmación de Jensen es su inexactitud. Es innegable el despliegue del Espíritu Santo en el libro de los Hechos, pero Jensen arguye apoyándose en datos inexactos. En realidad, en la traducción Reina-Valera 1960 el Nombre del "Espíritu Santo" aparece sólo 41 veces en Hechos, el Nombre "Espíritu" aparece 9 veces en Hechos, y el Nombre "Espíritu del Señor" aparece 2 veces en Hechos haciendo un total de 52 referencias al Espíritu Santo en el libro de los Hechos y no las 70 veces que señala Jensen. Si se trata de estadísticas, Jensen debió proponer el título "Los Hechos del Señor Jesús" porque en la traducción Reina-Valera 1960 el Nombre "Jesucristo" aparece 16 veces en Hechos, el Nombre "Jesús" aparece 54 veces en Hechos, y el Nombre "Cristo" aparece 13 veces en Hechos haciendo un total de 83 referencias a Jesucristo en el libro de los Hechos, y esto sin contar las numerosas referencias que usan el título "Señor". Por otras razones, creo que tanto en el evangelio de Lucas como en el libro de los Hechos, Nuestro Señor Jesucristo es el personaje central. 
 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Ocupaciones...

No estuve publicando debido a que estuve atendiendo varios asuntos. Trabajo en Radio Integridad, y las últimas semanas tuvimos problemas ocasionados por la avería de dos computadoras. Ya las hemos sustituido, pero luego he tenido que trabajar en la instalación de los programas y el software necesarios para la emisión. Además de esto, hemos diseñado la nueva página web de Radio Integridad, la cual les invito a visitar:
Por otro lado, en el colegio donde enseño estamos esta semana finalizando la cuarta unidad y el segundo trimestre con evaluaciones. La próxima semana en nuestro colegio estaremos celebrando nuestro aniversario. Espero seguir publicando en la medida de mis posibilidades.

viernes, 2 de agosto de 2013

Libera: Eternal Light

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12 R60)

Mazzaferri, Bauckham y los rollos de Apocalipsis caps. 5 y 10

Estudiar la Biblia, y en especial el libro del Apocalipsis, es fascinante. Debido a la consulta hecha por un estudiante de la Biblia acerca de los rollos del Apocalipsis caps. 5 y 10, le envié unas observaciones. Escribo estas breves líneas con el deseo de que puedan servir para un diálogo acerca de esta cuestión.
En 1989 Frederick David Mazzaferri publicó su obra The Genre of the Book of Revelation from a Source-critical Perspective (Berlin-New York: Walter de Gruyter), donde propone (págs. 265-279), entre otras interpretaciones, que el rollo del cap. 10 es el mismo rollo del cap. 5. Mazzaferri escribe: “Por lo tanto, propongo que el peso sólido de la evidencia exige la conclusión segura que τὸ βιβλίον de 5 es idéntico a τὸ βιβλαρίδιον/βιβλίον de 10” (op. cit., 278, negritas mías).
A juicio de Richard Bauckham (The Climax of Prophecy: Studies on the Book of Revelation [Edinburgh: T&T Clark, 1993], 243), Mazzaferri ha establecido la identidad de los rollos de un modo concluyente.
 Aprecio mucho la labor académica de R. Bauckham, es muy enriquecedor leer sus trabajos que destacan por su formidable erudición, también es encomiable el trabajo minucioso de F. D. Mazzaferri. Sin embargo, en cuanto a la tesis de identificar los rollos de caps. 5 y 10, tengo reparos para considerarla tan concluyente.
Mazzaferri se esfuerza en establecer la identidad semántica de βιβλαρίδιον con βιβλίον. Hace bien en tratar los problemas textuales con relación a estas palabras (Mazzaferri, op. cit., 67). El orden de aparición de las palabras de acuerdo a las conclusiones de Mazzaferri es: 10:2: βιβλαρίδιον; 10:8: βιβλίον. El orden de apariciones de los sustantivos es diferente para quienes defienden el texto mayoritario (10:2: βιβλίον; 10:8,9,10: βιβλαρίδιον) como Maurice A. Robinson y William G. Pierpont en su The New Testament in the Original Greek: Byzantine Textform 2005 (Southborough: Chilton, 2005) y Zane Clark Hodges y Arthur L. Farstad en su The Greek New Testament According to the Majority Text (2ª ed.; Nashville: T. Nelson, 1985), 753.
Como 10:8 usa βιβλίον para referirse a βιβλαρίδιον del 10:2 entonces Mazzaferri concluye la identidad semántica de estos sustantivos. Llama nuestra atención que Mazzaferri pase por alto las otras referencias a βιβλαρίδιον en 10:9 y 10. Si βιβλίον es idéntico a βιβλαρίδιον, ¿por qué el escritor se empeña en seguir usando βιβλαρίδιον en 10:9 y 10?
Por su parte, Bauckham apoya su punto citando a Hermas, Visiones 2.1.3 y 2.4.3 en donde se usa βιβλαρίδιον, βιβλίδιον y βιβλίον concluyendo que βιβλαρίδιον y βιβλίον son sinónimos. La pertinencia del Pastor de Hermas se debe a que es el único documento dentro de la literatura griega en donde ocurre βιβλαρίδιον. Bauckham siguiendo a Mazzaferri arguye que en Apocalipsis hay diminutivos en forma pero no en significado.
El punto a demostrar es que βιβλαρίδιον no es un diminutivo real y que se trata de τὸ βιβλίον del cap. 5. Que βιβλαρίδιον no sea diminutivo en significado es debatible, pues βιβλίον tiene dominios semánticos sin referencia necesaria al tamaño (cf. Johannes P. Louw y Eugene Albert Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains [2ª ed.; New York: UBS, 1989], 6.64; 33.52; 33.8), en cambio el dominio semántico de βιβλαρίδιον como diminutivo incluye la dimensión del documento. Otro problema con el cual se debe lidiar es que virtualmente todos los léxicos consideran βιβλαρίδιον como un diminutivo (cf. Pierre Chantraine, Dictionnaire Étymologique de la Langue Grecque [Paris: Klincksieck, 1968], 1:200; BDAG, 176; EDNT 1:217; TDNT 1:619; LSJ, 315).
Un detalle gramatical que no toma en cuenta Mazzaferri es que el escritor de Apocalipsis conoce y usa el artículo anafórico. Con respecto a esto, Blass nos informa que tenemos “el uso 'anafórico' (desde Apolonio Díscolo s. II a.C.) porque hay una referencia hacia atrás (ἀναφορά) a lo que se conoce o se supone que se conoce” (A Greek Grammar of the New Testament and Other Early Christian Literature [Chicago: University of Chicago Press, 1961], §252). Nuestro escritor de Apocalipsis precisamente usa el artículo anafórico en 10:8 (τὸ βιβλίον) y en 10:9,10 (τὸ βιβλαρίδιον) para referirse a βιβλαρίδιον de 10:2. Por otro lado, si el βιβλίον del cap. 5 cuya apertura de sellos es tan importante, ¿por qué el autor de Apocalipsis no usa el artículo anafórico con βιβλαρίδιον en el cap. 10 para referirse al mismo glorioso βιβλίον del cap. 5? Lo más sorprendente es que βιβλαρίδιον es anarticular, es decir, aparece sin artículo.
Estas observaciones en ninguna manera desmerecen el enorme trabajo de estos autores. A pesar de disentir con la tesis de Mazzaferri, saludo el esfuerzo invertido a fin de clarificar el mensaje del Apocalipsis.

lunes, 29 de julio de 2013

Libera: Song of Life

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Jn. 1:4 R60)
La vida es un milagro, es un don de Dios, está en Jesucristo. Libera, como es característico, hace una extraordinaria interpretación. Les comparto este vídeo Pueden visitar el canal oficial de Libera en esta dirección:
http://www.youtube.com/OfficialLibera

domingo, 21 de julio de 2013

La Ley ¿por medio de ángeles?

Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución (He. 2:2 R60)
εἰ γὰρ ὁ δι᾽ ἀγγέλων λαληθεὶς λόγος ἐγένετο βέβαιος καὶ πᾶσα παράβασις καὶ παρακοὴ ἔλαβεν ἔνδικον μισθαποδοσίαν 
De lo relatado en Éx. 19 y 20 no tenemos indicación de la presencia de ángeles cuando Moisés recibió la ley. Pero, como señala W. L. Lane (Hebrews 1-8 [WBC 47A, Dallas: Word, 2002], 37.), el pasaje de Dt. 33:2 nos declara:
Dijo: Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos,
Con la ley de fuego a su mano derecha
Aquellos "diez millares de santos", la LXX dice ἐκ δεξιῶν αὐτοῦ ἄγγελοι μετʼ αὐτοῦ ("ángeles estuvieron con él a su mano derecha"). Antes del primer siglo hubo la convicción de que los ángeles cumplieron una labor mediadora en la transmisión de la ley. Es por esa razón que encontramos eco de esta convicción en el NT en el discurso de Esteban (Hch. 7:38,53), en Pablo (Gá. 3:19) y en nuestro autor de la epístola a los Hebreos. Por tales citas del NT podemos concluir que la creencia en ángeles mediadores de la ley es correcta.
En la literatura extra-bíblica, en el período de los Macabeos, en el libro de los Jubileos se nos narra que la ley fue comunicada a Moisés por el "ángel de la Presencia". Jub. 1:27: "Y [Dios] dijo al ángel de la presencia: Escribe para Moisés desde el principio de la creación hasta que mi santuario fue construido entre ellos por toda la eternidad"; 2:1: "Y el ángel de la presencia habló a Moisés conforme a la palabra del Señor, que decía: Escribe la historia completa de la creación, cómo en seis días el Señor Dios terminó todas sus obras y todo lo que creó, y guardó reposo en el séptimo día y lo santificó para todas las edades, y lo designó como una señal para todas sus obras". A fines del primer siglo, Josefo escribió en Antigüedades 15:136: ἐν τοῖς νόμοις δι᾽ ἀγγέλων ("en la ley por medio de ángeles").

viernes, 5 de julio de 2013

אֹהֶל מוֹעֵד "tabernáculo de reunión"

Significa "tienda para la asamblea, reunión". Se usa con mucha frecuencia. Éx. 30:36; en Éx 27:21-40:35 se usa unas 33 veces; en Lv. 11:1-19:21 aparece 39 veces; en Nm. 11:1-31:54 unas 55 veces. La palabra hebrea מוֹעֵד significa “reunión/asamblea”. El tabernáculo es el punto de encuentro entre Dios y la congregación de Israel.

Levítico 1:1, algunas reflexiones

וַיִּקְרָ֖א אֶל־מֹשֶׁ֑ה וַיְדַבֵּ֤ר יְהוָה֙ אֵלָ֔יו מֵאֹ֥הֶל מוֹעֵ֖ד לֵאמֹֽר׃ 
wayyiqrāʾ ʾel-mōše waydabbēr yhwh ʾēlāyw mēʾōhel môʿēd lēʾmōr
Estas palabras abren la primera sección de Levítico que va desde el cap. 1 hasta el cap. 7. Esta sección trata acerca de las regulaciones de los sacrificios y ofrendas. El tema de la santidad es fundamental no sólo en Levítico, sino para Dios y para Su pueblo, tanto en el AT como en el NT. Es cierto que el tema de la santidad no es muy popular en el mundo contemporáneo supuestamente tolerante con ciertos criterios e intolerante con otros. Pero, eso es de esperarse pues la Biblia va a contrapelo de la cultura pagana. Lo desconcertante es la inconsistencia de ciertos sectores cristianos en donde el tema de la santidad se ha vuelto no sólo impopular sino ausente.
Los primeros 7 capítulos de Levítico nos recuerdan una verdad sencilla y urgente: una vida santa es imposible sin la expiación por el pecado. La santidad no puede sustituir nuestra pecaminosidad, tiene que haber expiación sustitutoria. וַיִּקְרָא waw consecutivo + verbo Qal imperfecto 3a persona masculino singular "y llamó". Como lo he señalado, el waw consecutivo conecta esta narrativa con Éx. 40:24-38. Existe, pues, unidad entre la revelación sinaítica y el código de santidad. Hay tres verbos usados, dos imperfectos "llamó... habló..." y uno en infinitivo "diciendo...". Esto no es muy usual. La fórmula más común es וַיְדַבֵּ֤ר יְהוָה֙ אֶל־מֹשֶׁ֔ה "y habló YHWH a Moisés" que se usa 33 veces (Lv. 4:1; 5:14, 20; 6:1,12,17; 7:22,28; 8:1; 11:1; 12:1; 13:1; 14:1,33; 15:1; 16:1; 17:1; 18:1; 19:1; 20:1; 21:16; 22:1,17,26; 23:1,9,23,26,33; 24:1,13; 25:1; 27:1). En cambio esta fórmula es reservada para situaciones excepcionales y muy solemnes (cf. Éx. 3:4; 19:3; 24:16). אֶל־מֹשֶׁה preposición + nombre propio "a Moisés", señala al mediador que es humano (cf. 1 Ti. 2:5-6) por medio del cual nos llega la revelación, la voz de Dios. וַיְדַבֵּר waw consecutivo + verbo Pi’el imperfecto 3a persona masculino singular "y habló". יהוה nombre propio "YHWH". Es el mismo Señor quien habla e instruye acerca de la santidad y los sacrificios, haríamos bien en oír atentamente Su voz. אֵלָיו preposición + sufijo de 3a persona masculino singular "a él", es decir, a Moisés. מֵאֹהֶל מוֹעֵד preposición + nombre masculino singular constructo + nombre masculino singular "desde [el] tabernáculo [de] reunión", el lugar destinado a manifestar la presencia de Dios en medio de Su pueblo. לֵאמֹר preposición + verbo Qal infinitivo constructo "diciendo".

Los niños y el Levítico

Con Levítico sucede lo que decía M. Burrows que muchas áreas del judaísmo como el sistema sacrificial requieren relativamente poca atención porque ya no son importantes para la religión del Nuevo Testamento (M. Burrows, An Outline of Biblical Theology [Philadelphia: Westminster, 1946], 5). Hay muchos creyentes que estarían muy prestos a defender la inspiración plenaria y verbal de las Sagradas Escrituras, pero no tienen la misma pasión para estudiar el también inspirado libro de Levítico, y mucho menos encuentran lecciones para aplicarlas a la vida en el siglo XXI. Si esto sucede con los cristianos adultos, resulta muy inusual que los niños de la iglesia cristiana sean introducidos a la lectura del libro de Levítico. Hace algún tiempo que Víctor Hamilton nos recordó que el primer libro que un niño judío estudiaba era el libro de Levítico (V. P. Hamilton, “Recent Studies in Leviticus and Their Contribution to a Further Understanding of Wesleyan Theology,” en A Spectrum of Thought: Essays in Honor of Dennis F. Kinlaw, ed. M. L. Peterson [Wilmore: Asbury College, 1982], 146). Si Jesucristo citó con autoridad este libro sagrado, cuánto más nosotros. En palabras de G. Wenham, "Si deseamos caminar tras las huellas de Nuestro Señor y tener sus pensamientos, debemos procurar entender el sistema sacrificial de Levítico. Éste fue establecido por el mismo Dios que envió a Su Hijo para morir por nosotros; y al redescubrir los principios de adoración del AT escritos allí, podremos aprender la manera de acercarnos a un Dios Santo" (Gordon J. Wenham, The Book of Leviticus [NICOT; Grand Rapids: Eerdmans, 1979], 37).

Lecturas en Levítico...

El libro de Levítico no es muy popular actualmente entre los lectores de la Biblia. El sistema sacrificial descrito en ese texto resulta extraño a muchos. Me encantaría compartir en este espacio mi encuentro con el texto hebreo de Levítico, pero el tiempo no siempre me lo permitirá. Pero, algo podré comentar. Hay sutilezas gramaticales que parecen ser sólo advertidas por los gramáticos y dudo mucho que los lectores originales reparasen en ellas. Pero, el waw consecutivo inicial de וַיִּקְרָ֖א con el cual comienza el texto hebreo del Levítico no debió quedar inadvertido. Conecta la narrativa siguiente con la precedente de Éx. 40:24-38.

domingo, 30 de junio de 2013

En otras actividades

Durante las pasadas semanas estuve realizando varias cosas. Ahora, frente al computador me siento un tanto extraño, luego de varias semanas sin escribir en este espacio. En la iglesia continúo con la exposición del libro de los Jueces. Sigo aprendiendo más de Dios y de la naturaleza humana.

domingo, 31 de marzo de 2013

Feliz domingo de resurrección

Νυνὶ δὲ Χριστὸς ἐγήγερται ἐκ νεκρῶν ἀπαρχὴ τῶν κεκοιμημένων. (1Co 15:20 BGT) 
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. (1Co 15:20 R60) 
But now is Christ risen from the dead, and become the firstfruits of them that slept. (1Co 15:20 KJV) 
Mais maintenant, Christ est ressuscité des morts, il est les prémices de ceux qui sont morts. (1Co 15:20 LSG) 
Mas, agora, Cristo ressuscitou dos mortos e foi feito as primícias dos que dormem. (1Co 15:20 ARC) 
Ma ora Cristo è stato risuscitato dai morti, ed è la primizia di coloro che dormono. (1Co 15:20 LND) 
Nun aber ist Christus von den Toten auferstanden, als Erstling der Entschlafenen. (1Co 15:20 SCH)
 אֲבָל עַתָּה הַמָּשִׁיחַ הוּקַם מִן־הַמֵּתִים רֵאשִׁית הַיְשֵׁנִים׃
 (1Co 15:20 DLZ)
 وَلكِنِ الآنَ قَدْ قَامَ الْمَسِيحُ مِنَ الأَمْوَاتِ وَصَارَ بَاكُورَةَ الرَّاقِدِينَ.
  (1Co 15:20 AVD)

sábado, 30 de marzo de 2013

Semi-pelagiano ¿yo?

Existe una expresión humonrística que se le ha denominado "la prueba del pato" (en inglés duck test) que es una forma de inducción. Dice así, "Si camina como pato; tiene pico de pato y hace 'cua, cua', sin duda es un pato…" De dónde surgió esta prueba es algo desconocido. Si se me permite algo de humor, podemos decir: "Si rechaza el monergismo agustiniano, si acepta el sinergismo al incluir la parte humana en la decisión (aceptar o rechazar) para la vida eterna basado en el libre albedrío, si no acepta que la fe sea un don de Dios (o se origina en Dios), si niega la gracia pre-viniente, si rechaza considerar al hombre natural como totalmente incapaz de hacer el bien (rechaza la depravación total), si hace de la cooperación espontánea del hombre una condición a la operación de la gracia, si presume que la gracia sea impartida a consecuencia de 'algún mérito', sin duda es un semi-pelagiano".[1]
En lugar de admitir lo evidente, hay quienes rechazan ser identificados como semipelagianos la razón es muy obvia: los semipelagianos fueron condenados como herejes en el segundo Sínodo de Orange en el año 529. Los giros que tiene la historia me llevan a pensar que algunas veces la ortodoxia de hoy es la herejía de ayer.
___________________
[1] Cf. New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, 10:347-349; R.C. Sproul, Willing to Believe: The Controversy Over Free Will (Grand Rapids: Baker,  1997), 69-84.

viernes, 29 de marzo de 2013

Pelagio y Romanos 9:22: κατηρτισμένα ¿voz media o voz pasiva?

¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados [κατηρτισμένα] para destrucción… (Ro. 9:22) 
Ro. 9:22-24 son considerados por Barclay y Nida como los versículos más difíciles del libro de Romanos.[1] Uno de los problemas es determinar la voz del participio κατηρτισμένα. ¿Está en voz media o en voz pasiva? Entender el participio en voz media significaría que estos vasos se prepararon a sí mismos para destrucción. Resulta muy interesante la interpretación que le dio el conocido heresiarca Pelagio. La intepretación pelagiana es: Implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata.[2] Como se sabe, Pelagio era un defensor acérrimo de la libertad humana. Juan B. Valero ha hecho una apropiada presentación del pensamiento pelagiano: 
Aun en casos tope, como en el de la induración de faraón, la libertad ha de quedar a salvo. Para Pelagio todo atentado contra la libertad y la responsabilidad humana se convertía en un atentado contra la justicia de Dios. Dios en su misma naturaleza es no sólo el creador de la libertad del hombre, sino también el garante de esta libertad. 
El resto del comentario pelagiano a este capítulo IX de la carta a los Romanos discurrirá sobre las mismas premisas. Así lo hace, por ejemplo, en la interpretación de la imagen del alfarero y la masa (v. 21). Es el hombre con su libertad quien se hace a sí mismo “vaso de ira” o “vaso de honor”. Necesariamente Pelagio había de oír aquí un eco de su concepción del libre arbitrio como elección entre la vida y la muerte (cfr. supra). Así, el pasaje paulino “in vasis irae praeparatis in interitum” (v. 22) suscitará en Pelagio el comentario: 
“implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata”. 
Es el hombre mismo quien por sus pecados, “implendo peccata”, se constituye en “vaso de ira”. Situación que en nada se diferencia del estado de “induración”, y procede, como ella, de una opción libre del hombre. En este caso el hombre elige el extremo “muerte”: “a semet ipsis ad interitum praeperata”. 
En suma, Pelagio admite sin dificultad la idea de una elección divina previa, pero la enmarca en el ámbito de la presciencia, que conoce de antemano la respuesta libre del hombre. Tal elección no puede ser arbitraria por parte de Dios, que llama, ni puede ser un acontecimiento pasivo por parte del hombre, que responde. En Rom 11,5 Pelagio dirá: “ceterum quae electio, ubi nulla diversitas meritorum?”. Dios elige porque prevé la respuesta del hombre. La presciencia es la primera clave de interpretación en toda elección divina. 
La elección motivada por parte de Dios es siempre el tema del judía objetante, mientras que Pablo está por la libertad en todo caso: “non enim apostolus [tollit] quod in propia voluntate habemus”. 
Como última clave introduce Pelagio la naturaleza misma de la justicia divina. A la luz de la justicia de Dios, toda afirmación de elección divina arbitraria sería no sólo destrucción de la libertad humana, sino a la vez autodestrucción de la propia justicia divina.[3] 
Quizá algún lector encuentre sorprendentemente familiar esta manera de explicar la elección divina y la libertad humana, además del versículo de Ro. 9:22. La verdad es que muchos evangélicos son pelagianos (o semi-pelagianos) en ciertos sentidos, aunque no quieran admitirlo debido al epíteto de “hereje” que tiene Pelagio en la historia del cristianismo. 
La cuestión aquí es el significado del participio κατηρτισμένα. Considero que hay buenas razones contextuales para entender el participio en voz pasiva y no en voz media. En esto estoy en deuda con Daniel B. Wallace quien ha señalado estos puntos en contra de tomar el participio κατηρτισμένα en voz media: 
  1. Gramaticalmente la voz media es muy rara y se usaba casi exclusivamente en ciertas expresiones idiomáticas, especialmente donde el verbo es usado consistentemente con tal noción (como en los verbos para ponerse vestido). Esto decididamente no es el caso con κατηρτισμένα: en ningún otro lugar en el NT ocurre como una voz media directa. [El verbo ocurre 13 veces en el NT, 7 veces en la forma media o pasiva. De las 7, 2 veces son definitivamente en voz media en aoristo y en ambos casos están obviamente en voz media indirecta (Mt. 21:16; He. 10:5). Las otras 4 veces (Ro. 9:22 queda excluida) todas están en voz pasiva (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; 2 Co. 13:11; He. 11:3).]. 
  2. En el tiempo perfecto, la forma media-pasiva siempre se debe tomar como una pasiva en el NT (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; He. 11:3) –un hecho que, al menos, arguye en contra de un uso idiomático de este verbo como una media directa. 
  3. El matiz léxico de καταρτίζω, sumado al tiempo perfecto, sugiere algo de un “trato hecho”. Aunque algunos comentaristas sugieren que el verbo significa que los vasos están listos para destrucción, tanto el matiz léxico de preparación completa y el matiz gramatical del tiempo perfecto están en contra de esto. 
  4. El contexto arguye fuertemente a favor de una noción pasiva y completa. En el v. 20 los vasos son moldeados por la voluntad de Dios, no por su propia voluntad. En el v. 21, Pablo formula una pregunta con οὐκ (de este modo esperando una respuesta positiva): ¿No es el destino de los vasos (uno de honra y otro de deshonra) totalmente predeterminado por su Creador? El v. 22 es la respuesta a esa pregunta.[4] 
Una cuestión que generalmente surge y con la cual muchos lidian es la denominada doble predestinación. Por ahora, mi interés preliminar es la justificación gramatical, lexical y contextual para decidir si κατηρτισμένα está en voz media o pasiva, y parece que hay más probabilidad que sea pasiva. 
________________ 
[1] Barclay Moon Newman y Eugene Albert Nida, A Handbook on Paul's Letter to the Romans (New York: United Bible Societies, 1994), 188. 
[2] Joseph Armitage Robinson, Texts and Studies Contributions to Biblical and Patristic Literature, Volumen 9 (Cambridge: University Press, 1922), 78. 
[3] Juan B. Valero, Las Bases Antropológicas de Pelagio en Su Tratado de Las Exposiciones (Universidad Pontifica Comillas, 1980), 336-337. 
[4] Daniel B. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basics: Exegetical Syntax of the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 417.

viernes, 22 de marzo de 2013

Amar el evangelio sin amar a la iglesia de Cristo

Una vez oí que alguien había acusado de "eclesiolatría" a quienes afirman amar a la iglesia de Cristo. Yo mismo he sido objeto de crítica porque habemos quienes priorizamos en nuestras agendas nuestro servicio a los creyentes que son la iglesia de Nuestro Señor. En todo caso, aquellos que acusan de "eclesiolatría" también estarían acusando al mismo Salvador porque las Sagradas Escrituras dicen: "así como Cristo amó a la iglesia [ἠγάπησεν τὴν ἐκκλησίαν], y se entregó a sí mismo por ella" (Ef. 5:25). David A. Black (aparece en la fecha 18 de marzo de 2013 a las 8:37 AM) nos hace recordar que amar el evangelio está inseparablemente unido a amar a la iglesia del Señor Jesucristo:
He empezado a esbozar un artículo relativo a la imposibilidad de amar el Evangelio sin amar a la Iglesia que el Evangelio crea. Parece que Pablo fue intencional cuando en un mismo lugar en Colosenses dice que es un siervo (diakonos) del Evangelio y luego dos versículos después dice que él es un siervo (diakonos) de la iglesia. Qué interesante es el mundo en que vivimos - en el que hombres y mujeres puede presumir de ser predicadores de la verdad, repartir folletos y stickers para el parachoques del automóvil de sus vecinos, pero entonces no tienen nada que ver con la comunión con otros creyentes. Veo esa mentalidad todo el tiempo. Pero, Pablo se dedicó por igual a la palabra de la cruz y al pueblo de la cruz - incluso a los cristianos mal pensados, poco nutridos e inmaduros. Lo que he intentado hacer con mis amigos evangélicos es  recordarles que no deben olvidar que Cristo murió por la iglesia y que, como el arca de Noé, el olor puede ser insoportable en el interior, pero los horrores en el exterior son mucho peores.
Francamente no podría haberlo dicho mejor.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Apocalipsis: oír a Jesucristo vs. oír a los expertos en escatología

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, (Ap. 1:1) 
Uno de los libros de la Biblia que me apasionaba leer en mi adolescencia era Apocalipsis. Pero, con tantas controversias acerca de la interpretación de este libro aquella promesa de ser bienaventurado (Ap. 1:3) por oír esta profecía la sentía diluirse en el mar del debate escatológico. Esto siempre me pareció injusto, pues sentía que la mente humana me estaba robando el gozo de oír a Jesucristo. Por eso, luego de un breve desencanto retomé mi lectura del Apocalipsis. 
Me agrada releer este precioso libro, pero en voz alta porque fue redactado para ser oído (οἱ ἀκούοντες, Ap. 1:3). Una vez prediqué este libro sin enfrascarme en el debate escatológico. Tan sólo lo expuse tratando de leer el texto tal como está ahí, e hice aplicaciones pastorales, porque creo que ese es el punto. No suelo expresar mis opiniones exegéticas acerca del Apocalipsis porque es Jesucristo quien debe ser oído, no tanto el predicador o el experto en escatología. Me adhiero, no sin reservas, a una forma de entender este texto. La escuela de interpretación a la que me refiero se conoce como premilenarismo en su versión dispensacional. Sin embargo, mi entendimiento del Apocalipsis es quizá un dispensacionalismo “heterodoxo” para algunos que consideran como dogma la forma cómo John F. Walvoord, Charles C. Ryrie o Robert L. Thomas estructuran e interpretan este libro. Respeto profundamente a tales maestros de las Sagradas Escrituras y agradezco a Dios por ellos, pero no les atribuyo infalibilidad. Al releer una y otra vez el Apocalipsis no quiero ser fiel a un sistema de interpretación, sólo quiero cual María la hermana de Lázaro, escuchar al Divino Maestro a sus pies. 
Ahora quiero resaltar algunos detalles poco advertidos. Considero afortunado que R. Bauckham me haya hecho reparar en el primer versículo de este libro para apreciar la “cadena de revelación”[1] o “cadena de comunicación de la revelación”[2], como él le llama: Dios, Jesucristo, el ángel, Juan y los cristianos. Algo que sobresale en esta cadena es la trascendencia de los dadores de la revelación. El ángel se niega a recibir adoración (22:8-9), pero Jesús sí es adorado (5:8-12) lo cual indica claramente que Juan considera a Jesucristo como trascendente en contraste con los intermediarios. Otra feliz observación de Bauckham es que Jesucristo no es visto por Juan como un intermediario. Dios y Jesucristo son para Juan los dadores de la revelación, y el ángel con Juan son los instrumentos para comunicar a los cristianos tal revelación.[3] 
La realidad intermediaria del ángel es digna de resaltar, al menos en una sociedad occidental tan secularizada y poco consciente del mundo angelical. Robert L. Thomas considera que el ángel es una referencia a los ángeles como en 17:1 y 21:9, y posiblemente incluye a los cuatro seres vivientes (cap. 4) como seres angelicales.[4] Me parece más acertada la observación de Bauckham quien, además de notar el acuerdo verbal entre 1:1 y 22:6 (probablemente con una relevancia estructural)[5], considera que el ángel de 1:1 es el mismo de 22:6,16, y considera que es el mismo ángel del cap. 10 porque ningún ángel aparece como mediador a Juan hasta el cap. 10.[6] Estas afirmaciones evidentemente son debatibles, pero tiene a su favor la presencia del artículo definido con ἄγγελος que indicaría que Juan tiene en mente a un ángel específico. Como observa David Aune un ángel único sólo se menciona en el prólogo (1:1–8) y en el epílogo (22:6–21).[7] Nuevamente, en ambos pasajes se exalta a Jesucristo como el dador de la revelación. 
_________________ 
[1] Richard Bauckham, The Climax of the Prophecy: Studies on the Book of Revelation (Edinburgh: T&T Clark, 1993), 85. 
[2] Ibid., 135. 
[3] Ibid. 
[4] Robert L. Thomas, Revelation 1-7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody, 1992), 56. Carballosa sigue a Thomas en esta interpretación (Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios [Grand Rapids: Portavoz, 1997], 42). 
[5] Bauckham, op. cit., 23.
[6] Ibid., 255-256. 
[7] David E. Aune, Revelation 1-5:14 (WBC 52A; Dallas: Word, 2002), 16.

sábado, 16 de marzo de 2013

Cuando el pastor reclama que le digan "pastor": Jesús, los Rabinos y el uso de títulos en el ministerio (revisión)

Esta es la revisión de un artículo que publiqué en el año 2011, y creo conveniente recordar algunas cosas que mencioné en aquella ocasión. A quienes están cumpliendo funciones pastorales en la iglesia de Cristo les invito a examinarnos a la luz de las Sagradas Escrituras. Craig Blomberg publicó en diciembre del 2011 un muy apropiado artículo en su blog acerca del uso de títulos en el ministerio: “Oh Yes, He’s the Right Reverend Professor Doctor So-and-So!” (¡Oh sí, es el Reverendísimo Profesor Doctor Fulano de Tal!). Craig (como prefiere que le llamen) formula varias preguntas: 
¿Puedes llamar a tu pastor sólo por su primer nombre y te sientes cómodo de hacerlo? ¿El pastor se siente igual de cómodo contigo? Si no, ¿por qué no? ¿Las respuestas a esta pregunta son bíblicas o sólo tradicionales? Más importante aún, ¿puedes amablemente cuestionar y estar en desacuerdo con las decisiones de tu pastor y continuar valorándose entre sí, o es que alguien tiene que "ganar"? 
En cada contexto cultural hay formas del habla que sirven para expresar respeto a las personas, y esto tiene peculiaridades asociadas a la época, región, etc. Pero, también es cierto que existen personas que aman capturar la atención y el ser llenos de deferencia. En lo personal, no tengo problemas que me llamen “pastor Manuel” o “pastor Rojas”. Con frecuencia me han llamado “hermano Manuel”, y este trato lo aprecio mucho porque antes de ser pastor de alguien, soy su hermano en Cristo. Cuando ministraba en Ica, una hermana muy anciana a quien tengo mucho aprecio me trataba como “hermano pastor”. A pesar de mi juventud, ella me trató con respeto y genuino amor fraternal. Sé de quienes no tolerarían que alguien les llamase “hermano”, pues estarían prestos a reclamar no sólo el título de “pastor” sino también los miramientos que corresponderían al cargo o la posición. Nuestro Divino Redentor no era muy benevolente con los títulos y consideraciones de acuerdo a Mateo 23:5-12: 
5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. 8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. 
5 πάντα δὲ τὰ ἔργα αὐτῶν ποιοῦσιν πρὸς τὸ θεαθῆναι τοῖς ἀνθρώποις· πλατύνουσιν γὰρ τὰ φυλακτήρια αὐτῶν καὶ μεγαλύνουσιν τὰ κράσπεδα, 6 φιλοῦσιν δὲ τὴν πρωτοκλισίαν ἐν τοῖς δείπνοις καὶ τὰς πρωτοκαθεδρίας ἐν ταῖς συναγωγαῖς 7 καὶ τοὺς ἀσπασμοὺς ἐν ταῖς ἀγοραῖς καὶ καλεῖσθαι ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων ῥαββί. 8 ὑμεῖς δὲ μὴ κληθῆτε ῥαββί· εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ διδάσκαλος, πάντες δὲ ὑμεῖς ἀδελφοί ἐστε. 9 καὶ πατέρα μὴ καλέσητε ὑμῶν ἐπὶ τῆς γῆς, εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ πατὴρ ὁ οὐράνιος. 10 μηδὲ κληθῆτε καθηγηταί, ὅτι καθηγητὴς ὑμῶν ἐστιν εἷς ὁ Χριστός. 11 ὁ δὲ μείζων ὑμῶν ἔσται ὑμῶν διάκονος. 12 ὅστις δὲ ὑψώσει ἑαυτὸν ταπεινωθήσεται καὶ ὅστις ταπεινώσει ἑαυτὸν ὑψωθήσεται. 
Lo que me parece desconcertante es que aun la palabra "siervo" (y su acompañante "consiervo") se usa como título, paradójicamente desprovista de su significado, pues muchas veces quienes usan estos términos no dudan en reclamar deferencias hacia ellos. Las sociedades en medio-oriente durante la antigüedad eran sociedades muy jerarquizadas y estratificadas. Es conveniente releer la información que nos proporciona Joachim Jeremías acerca de los escribas y su estatus en el primer siglo: 
El alumno estaba en relación personal con su maestro y escuchaba su enseñanza. Cuando había llegado a dominar toda la materia tradicional y el método de la halaká, hasta el punto de estar capacitado para tomar decisiones personales en las cuestiones de legislación religiosa y de derecho penal, era “doctor no ordenado” (talmîd hakam). Pero sólo cuando había alcanzado la edad canónica, para la ordenación, fijada en cuarenta años según una noticia postannaítica, podía ser recibido por la ordenación (semikah), en 1a corporación de escribas, como miembro de pleno derecho, como “doctor ordenado” (hakam). A partir de entonces estaba autorizado a zanjar por sí mismo las cuestiones de legislación religiosa y ritual, a ser juez en 1os procesos criminales y a tomar decisiones en los civiles, bien como miembro de una corte de justicia, bien individualmente.
Tenía derecho a ser llamado Rabbí, pues este título estaba ya ciertamente en uso entre los escribas del tiempo de Jesús. Además otras personas que no habían recorrido el ciclo regular de formación terminado con la ordenación eran llamadas también Rabbí: Jesús de Nazaret es un ejemplo. Se explica por el hecho de que este título, al comienzo del siglo I de nuestra Era, estaba sufriendo una evolución; siendo primero un título honorífico general, iba a quedar reservado exclusivamente para los escribas. De todos modos, un hombre desprovisto de la formación rabínica completa pasaba por grammata mē memathēkōs (Jn 7,15); no tenía derecho a los privilegios del doctor ordenado.[1] 
Y, más adelante J. Jeremías añade: 
Nuestras fuentes suministran gran cantidad de pequeños detalles que evidencian el prestigio de los escribas a los ojos del hombre de la calle. Lo vemos levantarse respetuosamente al paso de un escriba; sólo estaban excusados de hacerlo los obreros durante su trabajo. Lo oímos saludar solícitamente al escriba, llamándole “rabbí”, “padre”, “maestro” cuando éste pasa ante él con su túnica de escriba, que tenía forma de manto que caía hasta los pies y estaba adornada de largas franjas (Mt 23,5). Cuando los notables de Jerusalén dan una comida, es un ornato de la fiesta ver aparecer, por ejemplo, dos alumnos y futuros doctores como Eliezer ben Hirkanos y Yoshuá ben Jananya. Los primeros puestos están reservados a los escribas (Mt 12,39 y par.) y el rabbí precede en honor al hombre de edad, incluso a sus padres. En la sinagoga ocupaba también el puesto de honor; se sentaba de espaldas al armario de la Torá, mirando a los asistentes y visible de todos (ibid.), Los escribas, finalmente, no se casaban más que excepcionalmente con hijas de gentes no peritas en la Ley.[2] 
El respeto por las personas que están al servicio de Dios es legítimo, pero creo desafortunado pensar que el cargo per se otorga tal prerrogativa. Es decir, la gente debe respetar al pastor porque tiene el cargo y título de "pastor". Esto se acerca más al comportamiento de Diótrefes que al de los ministros de Jesucristo (3 Jn. 9-10):
9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia.
Un anciano siervo de Jesucristo exhortaba a sus compañeros de ministerio mucho más jóvenes que él a que ejercieran su autoridad por medio del ejemplo. El anciano era Pablo, quien él mismo practicaba este método de ejercer autoridad espiritual con el ejemplo.
2 Tesalonicenses 3:9: no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
1 Timoteo 4:12: Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Tito 2:7: presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 
Pedro también enseñó lo mismo:
1 Pedro 5:3: no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 
El respeto se gana por medio de un testimonio ejemplar. 
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[1] Joachim Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús (2ª ed.; Madrid: Cristiandad, 1980), 251-252. 
[2] Ibíd., 259-260.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Hans Küng, John Piper y el nuevo Papa Francisco I

El siempre polémico sacerdote y teólogo suizo Hans Küng manifestó que está gratamente sorprendido porque el nuevo Papa es latinoamericano y jesuita, y además porque no fueron elegidos los candidatos conservadores favoritos. Por otro lado, el ministerio de John Piper republicó un artículo en donde habla acerca de si tuviera dos minutos con el Papa le pediría que en un minuto explique su punto de vista sobre la doctrina de la justificación. La razón para formular esa pregunta es a causa del lugar central que tiene la doctrina de la justificación por la fe. Coincido en que ésta seguirá siendo una pregunta fundamental no sólo hacia el Papa, sino a la iglesia católico romana. Otra cuestión central es la autoridad de la Biblia frente a la triple fuente de autoridad en el catolicismo (la Tradición, el Magisterio y la Biblia). Estos no son asuntos secundarios, son centrales a la fe. Por eso, nuestro compromiso en América Latina debe seguir siendo el de evangelización.
Quiero comentar otra cosa a propósito de papados. El papado no es visto favorablemente por la mayoría de evangélicos. Las críticas hacia esta elección no se hacen esperar. Pero, siguiendo el mandato de Cristo, no seamos hipócritas queriendo ver la paja en el ojo ajeno sin sacar nuestra viga. Hay en el mundo evangélico líderes que en lugar de ser ejemplos de la grey y amar la iglesia de Cristo se aprovechan de la congregación. Los evangélicos saben tener a sus "ungidos", "intocables", "infalibles", "soberanos", "insustituibles", los "voceros" divinos que ostentan autoridad absoluta sobre las congregaciones, que se adueñan de las vidas y las conciencias. Si se ve como amenazante un Papa latinoamericano, hace tiempo que en latinoamérica tenemos a la iglesia evangélica engangrenada de líderes usurpadores de la soberanía de Cristo.
Actualización:
Rick Warren, por su parte, hizo un llamada ayer para orar y ayunar por los 115 cardenales buscando la voluntad de Dios para un nuevo líder. Más tarde sostuvo que no todo lo que es diferente es demoníaco, que aprendamos a aceptar las diferencias pues a Dios le gusta la variedad. Hoy Warren le dio la bienvenida al nuevo Papa. Como mencioné, la doctrina de la justificación está en el corazón del evangelio, y no podemos como quiere Warren celebrar diferencias en una enseñanza tan fundamental.
Actualización:
John Piper ha publicado un artículo aclarando su uso de la palabra herejía para referirse a la forma cómo se entiende la justificación en el catolicismo.

jueves, 7 de marzo de 2013

La costilla de Adán

Es muy famosa la explicación que Matthew Henry dio acerca de la costilla de Adán:
Que la mujer fue formada de una costilla (es decir, del costado) de Adán; no fue hecha de su cabeza, como para tener dominio sobre él; ni de sus pies, como para ser pisoteada por él; sino de su costado, para ser igual a él, de debajo de su brazo para ser protegida, y de junto al corazón para ser amada.[1]
Igual de poética es la explicación que nos proporciona el erudito bíblico, el rabino Umberto Cassuto: 
Tal como la costilla se encuentra al lado del hombre y está unida a él, aun así la buena esposa, la costilla de su esposo, se encuentra a su lado para ser su ayudante-contraparte, y el alma de ella está ligada a él.[2] 
Dios no extrajo a la mujer de un miembro que podría haber dejado discapacitado al hombre. La palabra hebrea צֵלָע ha sido traducida como "costilla", pero también significa "costado". Esto indica que se trataba no sólo de hueso, sino de hueso con tejido muscular, por eso dice Adán "hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Gn. 2:23). El hueso que es lo fuerte del cuerpo, y la carne que es lo blando del cuerpo. Adán considera su relación con Eva en ambos aspectos lo fuerte y lo débil.

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[1] Matthew Henry, Comentario Bíblico De Matthew Henry (trad. Francisco Lacueva; Barcelona: CLIE, 1999), 20. 
[2] Umberto Cassuto, A Commentary on the Book of Genesis: Part I, From Adam to Noah (Genesis I-VI 8) (trad. Israel Abrahams; Jerusalem: The Magnes Press, The Hebrew University, 1998), 134.

lunes, 4 de marzo de 2013

Ralph P. Martin (1925-2013)


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El lunes 25 de febrero, partió a la presencia del Señor el distinguido erudito bíblico Ralph P. Martin, en Southport, Inglaterra. El Dr. Martin fue profesor de Nuevo Testamento en el Fuller Theological Seminary, donde trabajo por muchos años. El hermano Martin era reconocido por su conocimiento enciclopédico del Nuevo Testamento. Dios le tenga ahora en gloria. Nuestras plegarias por la familia.

sábado, 2 de marzo de 2013

Howard Hendricks (1924-2013)

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Esta semana estuve exponiendo las Escrituras en un campamento de jóvenes en Chiclayo, al norte de Trujillo y las semanas anteriores las ocupé en varios asuntos. Hoy me enteré que nuestro hermano H. Hendricks ahora está con el Señor. Agradezco a Dios por el ministerio docente del hermano Hendricks, quien fue profesor en el Dallas Theological Seminary donde enseñó "Exposición bíblica y Hermenéutica". Un libro del profesor Hendricks que ha sido difundido en español es Enseñando para Cambiar Vidas, que es una inmejorable manera para referirse a la pedagogía en general, y dentro de la iglesia en particular. Mis plegarias a favor de los familiares del hermano Hendricks.
Actualización: El hermano Hendricks partió a estar con el Señor el 20 de febrero.

domingo, 10 de febrero de 2013

El constructivismo pedagógico y la iglesia

La educación no es patrimonio de alguna confesión religiosa, es patrimonio del hombre. Esta es una verdad "auto-evidente". Y, esta actividad es muy propia del hombre porque Dios le creó así, porque Dios es educador. Los cristianos por fe "entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (He. 11:3 R60). Si el hombre educa es porque Dios educa. La tradición judeo-cristiana considera central en el proceso educativo aquel otro proceso de enseñanza-aprendizaje (véase por ejemplo el uso de διδάσκω). La iglesia por su misma naturaleza es docente, la iglesia ha estado educando, y por ende enseñando, por muchos siglos. La iglesia ha considerado ciertos métodos como más convenientes para el logro de sus objetivos educacionales. Y, a veces se ha optado por mantenerse cerrada a cualquier "innovación" (esta es una palabra que fascina a algunos pedagogos). Pero, no sólo la iglesia enseña, el hombre ha venido haciendo esto por milenios. La pedagogía nos ha informado de distintas teorías del aprendizaje que han influido las decisiones de los gobiernos para la implementación de la educación. Una de las teorías que ha sido implementada en muchos países es el constructivismo pedagógico (hay quienes consideran que ni siquiera es una teoría científica, sino una explicación filosófica). No quiero hacer un análisis crítico detallado de esta "teoría". Si partimos de la premisa que el conocimiento científico es perfectible, entonces sería erróneo aceptar dogmáticamente el constructivismo. Pero, sería mezquino no reconocer elementos provechosos en el constructivismo. En esto estoy de acuerdo con Dale H. Shunk (Learning theories: an educational perspective [6a ed.; Boston: Pearson, 2012]), aunque él es un tanto ecléctico con relación a las teorías educativas. A pesar de los elementos provechosos, veo problemas con el subjetivismo (heredado del idealismo modernista). Mi mayor dificultad está en el punto de vista gnoseológico que subyace en el constructivismo. Sin embargo, no debemos como iglesia cerrarnos a las investigaciones pedagógicas porque la educación es parte de la condición humana. Se debe mantener una actitud crítica, como dice Pablo "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21 R60).

martes, 22 de enero de 2013

La iglesia y el narcisismo

El mito de Narciso vino a designar dentro de la psiquiatría un trastorno de la personalidad, que según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) el trastorno narcisista de la personalidad es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. Es sorprendente la similitud que hay entre esta definición y la conducta de muchos líderes evangélicos. El Manual continúa su descripción de este trastorno así (mis comentarios describiendo hipotéticamente la conducta del líder narcisista evangélico los he puesto entre corchetes [cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia]): 
... empieza al comienzo de la edad adulta y que se da en diversos contextos [como la iglesia]. 
... Es habitual en ellos el sobrevalorar sus capacidades [son infalibles o se creen las voces autorizadas de una denominación, hablan a nombre de todos] y exagerar sus conocimientos [no hay otros como ellos, defensores oficiales de la doctrina tal como ellos la conciben] y cualidades [son insustituibles ¡qué sería de la iglesia sin ellos!], con lo que frecuentemente dan la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos [algo proscrito entre evangélicos y por lo mismo muy bien disimulado fácilmente con una falsa modestia, pues son humildemente infalibles]. Pueden asumir alegremente el que otros otorguen un valor exagerado a sus actos [pregonan la mucha bendición que otros reciben de sus ministerios o acciones y cuentan las alabanzas recibidas, o los "likes" a sus comentarios en sus cuentas de facebook] y sorprenderse cuando no reciben las alabanzas que esperan y que creen merecer [son incomprendidos, mártires de la fe]. Es frecuente que de forma implícita en la exageración de sus logros se dé una infravaloración (devaluación) de la contribución de los demás [a los "otros" les falta más estudio exegético, los "demás" se dejan llevar por sus prejuicios teológicos]. A menudo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios [tienen el proyecto internacional que salvará a la iglesia y todos tienen que adherirse a la agenda de ellos, a su visión]. Pueden entregarse a rumiaciones sobre la admiración y los privilegios que "hace tiempo que les deben" [son los "ungidos" o los "iluminados" con autoridad teológica] y compararse favorablemente con gente famosa o privilegiada [como esto también es proscrito en el mundo evangélico, vale compararse con Pablo, el gran Apóstol].
Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales [obviamente no lo dirán, pero cuando afirman algo lo hacen con la autoridad del magister dixit-"el maestro lo dijo"-y su palabra es inapelable, además gustan de epítetos antepuestos a su nombres o apellidos]. Piensan que sólo les pueden comprender o sólo pueden relacionarse con otras personas que son especiales o de alto status [sólo otros "ungidos", "iluminados" o pastores con gran experiencia los entenderían] y atribuyen a aquellos con quienes tienen relación las cualidades de ser "únicos", "perfectos" o de tener "talento" [proclaman su amistad con grandes teólogos, doctores, reverendos, "ungidos", "apóstoles"]. Los sujetos con este trastorno creen que sus necesidades son especiales y fuera del alcance de la gente corriente [nunca consultarían o buscarían consejo con un cristiano de a pie pues ellos necesitan a otros líderes que sí les entiendan a su nivel]. Su propia autoestima está aumentada (por reflejo) por el valor idealizado que asignan a aquellos con quienes se relacionan [ellos valoran mucho a sus "consiervos" por encima de los miembros de iglesias que sólo son "laicos"]. Es probable que insistan en que sólo quieren a la persona "más importante" (médico, abogado, peluquero, profesor [pastor, apóstol, teólogo]) o pertenecer a las "mejores" instituciones [institutos bíblicos, seminarios], pero pueden devaluar las credenciales de quienes les contrarían [quienes les cuestionan es porque carecen de entrenamiento, iluminación o alguna entidad del mal les ha oscurecido el entendimiento].
Generalmente, los sujetos con este trastorno demandan una admiración excesiva. Su autoestima es casi siempre muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas suficientemente bien y por cómo son vistos por los demás [luego de un sermón les encanta escuchar halagos]. Esto suele manifestarse por una necesidad constante de atención y admiración. Esperan que su llegada sea recibida con un toque de fanfarrias y se sorprenden si los demás no envidian lo que ellos poseen. Intentan recibir halagos constantemente, desplegando un gran encanto. Las pretensiones de estos sujetos se demuestran en las expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial [quieren que se les trate como la mujer de Sunem lo hizo con Eliseo]. Esperan ser atendidos y están confundidos o furiosos si esto no sucede [son intolerantes a la frustración, no aceptan un "no" por respuesta]. Por ejemplo, pueden asumir que ellos no tienen por qué hacer cola y que sus prioridades son tan importantes que los demás deberían ser condescendientes con ellos [se les debe tolerar sus faltas y "errores" -a veces llamados pecados], por lo que se irritan si los otros no les ayudan en su trabajo "que es tan importante" [condenan vehementemente la falta de cooperación]. Esta pretenciosidad, combinada con la falta de sensibilidad para los deseos y necesidades de los demás, puede acarrear la explotación consciente o inconsciente del prójimo. Esperan que se les dé todo lo que deseen o crean necesitar, sin importarles lo que les pueda representar a los demás. Por ejemplo, estos sujetos pueden esperar una gran dedicación por parte de los demás y pueden hacerles trabajar en exceso sin tener en cuenta el impacto que esto pueda tener en sus vidas [les ordenan a quienes están bajo su autoridad que hagan las cosas a la manera de ellos pues esto es lo "mejor" sin importarles el costo]. 
La psiquiatría denomina "trastorno" a este tipo de conducta, pero la fe evangélica clasifica esta conducta en la categoría de "pecado". Cuan distante está este tipo de conducta de la esperada en aquellos que ocupan el liderazgo de la iglesia:
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. (1 P. 5:1-4)

miércoles, 16 de enero de 2013

Ordenar y permitir

He notado que a veces en diferentes exposiciones acerca de la voluntad de Dios y la responsabilidad humana se hacen distinciones difusas. Un teólogo considera que Dios soberanamente ordenó que en el universo creado haya la posibilidad del mal. Otro teólogo dice que esto no es así, sino que Dios permitió el mal, pues decir que ordenó es hacerle autor. (Como si permitir no fuera tan comprometedor como ordenar). ¡Vaya solución! Esta sutileza parece satisfacer a ciertos teólogos. Pero, ¿acaso el verbo "permitir" realmente libera a Dios de cualquier autoría del mal? En rigor, ¿hay diferencia real entre "ordenar" y "permitir"? Estas diferenciaciones sutiles lamentablemente han sido divisivas. Para ilustrar este tipo de razonamiento quiero citar este trozo de este libro católico Institución Christiana (1799, pp. 21-22), traducido del francés por Pedro Joseph: 
P. Que entendeis quanndo decis que Dios lo gobierna todo?
R. Entiendo que Dios arregla todas las cosas con su providencia, y que nada sucede en el mundo sin órden suya ó á lo ménos sin su permision.
P. Que diferencia poneis entre la órden de Dios, y su permision?
R. Que hay unas cosas que Dios ordena y executa, y otras solo permite que sucedan.
P. Que cosas con las que Dios ordena y executa?
R. Dios lo ordena y obra todo, excepto el pecado, del qual no puede ser autor.
P. Que es lo que Dios permite únicamente que suceda, sin mandarlo ni obrarlo?
R. Solo el pecado.
P. Que entendéis quando decis que en órden al pecado Dios solo se ha permitiéndole? Quereis decir que Dios concede al hombre permiso para obrar el mal?
R. No es ese el sentido en que Dios permite el pecado. Estas palabras significan simplemente que siendo el hombre por si mismo capaz de pecar, Dios no le impide el uso de este poder y que obre mal.
P. No pudiera Dios impedir que los hombres pecasen?
R. Seguramente podría si quisiese; porque nada es imposible á Dios.
P. Porque pues permite Dios el pecado?
R. Le permite por una sabiduría profunda é impenetrable á nuestra corta capacidad. Todo quanto podemos saber en la materia es lo siguiente: 1.° Que pertenece al órden de la providencia no impedir que unas criaturas capaces de pecar, pequen en efecto si ellas quieren; y que experimenten en su caída la fragilidad de su naturaleza. 2. ° Si Dios no impide el pecado, es porque su omnipotencia sabe sacar bien del mismo mal, y hacer que el desórden del pecado entre en el órden de su justicia. Se sirve de la malicia de los malos para probar á los buenos para exercitar su paciencia, y para que resplandezca en ellos el poder de su gracia. Hace por una parte que aparezca su misericordia en aquellos que preserva ó libra del pecado; y por otra, la severidad de su justicia en el castigo de los que viven y mueren en el pecado. Enfin sin querer sondear la profundidad de los consejos del Altísimo, nos basta ver sensiblemente que Dios dexa cometer una multitud de pecados y desórdenes que pudiera impedir, para persuadirnos que siendo la misma santidad y justicia, obra en ello con soberana sabiduría; y para adorar con un santo temor la conducta de su providencia; suplicándole nos preserve del pecado, ó nos saque de él si hemos tenido la desgracia de cometerle. 
O esta afirmación más breve, más cercana en el tiempo, y más desconcertante del teólogo bautista arminiano Roger Olson (http://www.patheos.com/blogs/rogereolson/2012/08/john-piper-gods-sovereignty-and-sin/): 
Estas son preguntas separadas. El pecado es una forma del mal y por tanto una condición, no una sustancia. Todos los cristianos, hasta donde conozco, siempre han estado de acuerdo que el mal no es una “cosa”, una sustancia, como un germen. Todos los cristianos también están de acuerdo que aún el mal está bajo el reino de Dios en el sentido que él lo permite y lo limita. (Bueno, eso es, a menos que tú consideres a los teólogos del proceso como cristianos).
En esta lógica de Olson, Dios deja de ser autor del mal al permitirlo y limitarlo, y a la vez ese mal continúa estando bajo el reino de dicho Dios.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie (Stg.1:13).
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, (Ef. 1:11).
Para explicar la soberanía de Dios sin que sea el autor del mal se ha recurrido a estas explicaciones: el decreto y la permisión. La Biblia presenta ambas afirmaciones (la de la soberanía Divina y la presencia del mal) en tensión, y a veces es mejor admitir nuestra incapacidad de explicar satisfactoriamente dicha tensión porque nuestras explicaciones crean más problemas de los que resuelven.