Al acercarnos al Domingo de Resurrección, estoy releyendo los siempre emocionantes relatos bíblicos de la resurrección del Señor Jesús. También, estoy revisando principalmente dos estudios dedicados a ello. El trabajo de George E. Ladd y el voluminoso estudio de N. T. Wright.
El apóstol Pablo destaca la relevancia del hecho de la resurrección de Jesucristo en los siguientes términos:
14 y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe. 15 Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que Él resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Pues si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 17 y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que han dormido en Cristo han perecido.
1 Corintios 15:14-18 (LBLA)
No cabe duda que la resurrección está en el centro de nuestra fe. Y, como dice el profesor Ladd:
Empero si Jesús no resucitó, la historia de la redención termina en el callejón sin salida de una tumba palestina. Entonces resulta que Dios no es el Dios vivo, ni es el Dios de los que viven, como dijo Jesús (Mr. 12:27). La muerte es más poderosa que Dios; la muerte es más poderosa que la palabra de Dios. Se demuestra que los actos de Dios son vanos ante el mayor enemigo del hombre: la muerte. No se puede descartar la resurrección y al tiempo aceptar el testimonio de la Biblia tocante a la historia de la redención.[1]
______________________
[1] George E. Ladd, Creo en la resurrección de Jesús (Miami: Caribe, 1977), 189.
Otros breves artículos que publiqué sobre la resurrección son:
Las mujeres y la resurrección
Martin Hengel y la resurrección de Jesús
Otros breves artículos que publiqué sobre la resurrección son:
Las mujeres y la resurrección
Martin Hengel y la resurrección de Jesús
No hay comentarios:
Publicar un comentario