Martirio de Felipe según José De Ribera
Posible tumba de Felipe
Puede visitar el memorial que está en la siguiente dirección electrónica:El mundialmente conocido evangelista y erudito bíblico John Stott murió el miércoles a las 3:15 pm, hora local en Londres (10.15 GMT), de acuerdo con el Presidente de John Stott Ministries Benjamin Homan.Homan ha informado dque la muerte de Stott ha llegado después de un par de semanas de malestar, y que la muerte estaba relacionada sólo con complicaciones relacionadas con la vejez.Stott, quien murió a los 90, se retiró del ministerio público en 2007, cuando tenía 86 años. Pasó su retiro en el Colegio de San Bernabé, Lingfield, que es una residencia para jubilados del clero anglicano.El líder anglicano Inglés es venerado por su vida ministerial. El evangelista de fama mundial, el reverendo Billy Graham, lo describió como "el clérigo más respetado en el mundo de hoy".Stott, quien fundó el Langham Partnership International, fue confirmado en la Iglesia Anglicana en 1936 y desde entonces ha disfrutado trabajando en una amplia gama de actividades y organizaciones.Ocupó el cargo de presidente de la Iglesia de Inglaterra, Consejo Evangélico 1967 a 1984, y también ha sido presidente de dos organizaciones cristianas de enorme influencia, los poderes de la Unión Bíblica del Reino Unido desde 1965 hasta 1974, y la Alianza Evangélica desde 1973 hasta 1974.Stott combinó su compromiso con la evangelización y la promoción de los futuros líderes cristianos por involucrarse en las universidades y colegios Christian Fellowship, donde fue presidente en cuatro ocasiones entre 1961 y 1982.También se desempeñó como capellán de la Reina desde 1959 hasta 1991 y recibió el raro honor de ser nombrado capellán adicional en 1991.Una de las principales contribuciones de Stott a la evangelización del mundo fue en el Congreso internacional sobre la Evangelización Mundial de 1974 celebrado en Lausana, Suiza, donde fue uno de los principales autores del Pacto de Lausana. El Pacto de Lausana proporciona un fundamento teológico e histórico de las denominaciones, ministerios e individuos comprometidos con compartir el Evangelio de Jesucristo.
ἐποίησέν τε ἐξ ἑνὸς πᾶν ἔθνος ἀνθρώπων κατοικεῖν ἐπὶ παντὸς προσώπου τῆς γῆς, ὁρίσας προστεταγμένους καιροὺς καὶ τὰς ὁροθεσίας τῆς κατοικίας αὐτῶν ζητεῖν τὸν θεόν, εἰ ἄρα γε ψηλαφήσειαν αὐτὸν καὶ εὕροιεν, καί γε οὐ μακρὰν ἀπὸ ἑνὸς ἑκάστου ἡμῶν ὑπάρχοντα. ἐν αὐτῷ γὰρ ζῶμεν καὶ κινούμεθα καὶ ἐσμέν, ὡς καί τινες τῶν καθ᾽ ὑμᾶς ποιητῶν εἰρήκασιν· τοῦ γὰρ καὶ γένος ἐσμέν. (NA27)
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. (RV60)
De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes.” (NVI)
De uno solo formó toda la raza humana, para que poblase la superficie entera de la tierra. Él definió las etapas de la historia y las fronteras de los países. Hizo que buscaran a Dios y que lo encontraran aun a tientas. Pues no está lejos de ninguno de nosotros, ya que en él vivimos, y nos movemos y existimos, como dijeron algunos de vuestros poetas: pues somos de su raza. (Biblia del Peregrino)
13:5–7. A lo largo de la carta, Pablo se sujetó a escrutinio, a sí mismo y a su ministerio. Ahora, le pasaba la lupa a los corintios, con el reto de que ellos consideraran su conducta (vosotros está en posición enfática en gr.). La pregunta de Pablo se interpreta normalmente con relación a la justificación posicional: ¿Eran cristianos o no? Pero con mayor probabilidad tenía que ver con la santificación práctica: ¿Demostraban que estaban en la fe (cf. 1 Co. 16:13), y que Jesucristo estaba en ellos al obedecer su voluntad? Pasar la prueba era hacer lo correcto. Ser reprobado, era ser desobediente y por tanto, estar sujeto a la disciplina de Dios. La palabra reprobado (2 Co. 13:5–6) y reprobados (v. 7) es trad. de la palabra gr. adokimoi (“desaprobado”; cf. adokimos en 1 Co. 9:27).
Cualesquiera que hayan sido las dudas que los corintios pudieran haber tenido acerca de la conducta de Pablo (e.g., 2 Co. 1:17; 2:17; 7:2), él creía que una evaluación sobria los conduciría a reivindicarlo. Tenía la esperanza de que no serían desaprobados por Dios; y de que se dieran cuenta de que él no había sido desaprobado por Dios. Nuevamente, era la reputación o situación de ellos, no la suya, la que le preocupaba.[1]
Al igual que 2:6–16, este párrafo ha tenido su propia historia de desafortunada aplicación. Muy a menudo se ha usado este texto en el debate acerca de la salvación eterna, o acerca de si los que son salvos pueden o no condenarse. Se insinúa con frecuencia que, puesto que estas personas son creyentes pero son “carnales”, por consiguiente es permisible ser “cristianos carnales”. Y, desde luego, esa es precisamente la aplicación incorrecta. No hay duda de que Pablo considera que sus amigos corintios son creyentes, ni de que de hecho ellos están actuando contrariamente a esa realidad. Pero el interés de Pablo es precisamente lograr que cambien, y no conceder que ese tipo de conducta es permisible porque no todos los cristianos son todavía maduros. El lenguaje de Pablo es irónico, no permisivo. El destino eterno de esas personas, si persisten en su proceder “meramente humano”, depende de cómo considere uno los diversos textos de advertencia que hay en esta carta (p.ej., 6:9–11; 10:1–13). Pero este texto no toca esa cuestión. Haríamos bien en dejarlo transmitir el interés propio de Pablo, y no usarlo para una preocupación teológica de nuestra propia fabricación. Las personas espirituales deben andar en el Espíritu. Si hacen lo contrario, serán “carnales” y se les pide que desistan de ello. El seguir siendo carnales no es una de las opciones.[1]
ὅτι ἐὰν ὁμολογήσῃς ἐν τῷ στόματί σου κύριον Ἰησοῦν καὶ πιστεύσῃς ἐν τῇ καρδίᾳ σου ὅτι ὁ θεὸς αὐτὸν ἤγειρεν ἐκ νεκρῶν, σωθήσῃ· (NA27)que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. (NVI)
καὶ ὑπήντα αὐτῷ ὁ εἰρήναρχος Ἡρώδης καὶ ὁ πατὴρ αὐτοῦ Νικήτης οἳ καὶ μεταθέντες αὐτὸν ἐπὶ τὴν καροῦχαν ἔπειθον παρακαθεζόμενοι καὶ λέγοντες Τί γὰρ κακόν ἐστιν εἰπεῖν Κύριος καῖσαρ καὶ ἐπιθῦσαι καὶ τὰ τούτοις ἀκόλουθα καὶ διασώζεσθαι ὁ δὲ τὰ μὲν πρῶτα οὐκ ἀπεκρίνατο αὐτοῖς ἐπιμενόντων δὲ αὐτῶν ἔφη Οὐ μέλλω ποιεῖν ὃ συμβουλεύετέ μοι
Y se encontró con él Herodes, el capitán de la policía, y el padre de éste Nicetes, los cuales le trasladaron al carruaje y le persuadían sentándose ellos a su lado y diciéndole: “¿Qué hay de malo en decir César es Señor y en ofrecer sacrificio y las demás cosas, y ser salvo?” Pero, él al principio no les respondió, y al persistir, él les afirmaba: “No haré lo que me aconsejáis”(traducción mía)
Según Platón, un hermēneutēs sería un “intérprete” de la ley sagrada (Leges 907d) o un poeta que expone los discursos divinos como un “vocero” para los dioses (Ion 534e; Politicus 290c), alguien que practica el “arte de la interpretación” (cf. Symposium 202e; Theaetetus 209a; Politicus 260d).[3]