Παρακαλῶ οὖν ὑμᾶς,
ἀδελφοί, διὰ τῶν οἰκτιρμῶν τοῦ θεοῦ παραστῆσαι
τὰ σώματα ὑμῶν θυσίαν ζῶσαν ἁγίαν εὐάρεστον τῷ θεῷ, τὴν λογικὴν λατρείαν ὑμῶν· (NA27).
Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (RV60)
En esta nota nos enfocamos en la palabra παραστῆσαι que es
infinitivo aoristo activo de παρίστημι/παραστῆναι, y se usa
como un terminus
technicus [palabra técnica] “en el lenguaje del
sacrificio ofrecer, traer, presentar”.
La cuestión es si παραστῆσαι indica que la consagración se realiza “una vez por todas” debido a que
se trata de un aoristo. Varios autores no comentan este detalle
gramatical. Juan
Calvino escribió:
Sobre este fundamento comprenderemos que la
santidad debiera ser para nosotros un ejercicio continuo, de tanta duración
como nuestra vida, y que, por el contrario, sería una especie de sacrilegio
caer en la impureza, porque tal cosa equivaldría a profanar algo ya santificado [negritas mías].[3]
John Murray no comenta el aoristo παραστῆσαι, pero
favorece la idea de dedicación constante:
Es posible que la palabra “vivo” también refleje la permanencia de esta
ofrenda, que debe ser una dedicación constante [negritas mías].
James D. G. Dunn no comenta el aoristo, pero
entiende que se trata de una acción cotidiana:
El sacrificio que Dios busca no es más el de
bestias o aves en el templo, sino el compromiso diario de una vida vivida
dentro de las restricciones y relaciones de este mundo corpóreo [negritas mías].
Robert H. Mounce no comenta el
aoristo, pero considera que
éste está conectado con los dos imperativos presentes del v. 2 los cuales
señalan una conducta continua:
Si el v. 1 habla de
un acto específico en el cual nosotros nos ofrecemos a Dios, v. 2 nos habla de
dos actividades en curso.
C. E. B. Cranfield tentativamente considera
que hay un sentido de definitivo en el acto de ofrecer, aunque no rechaza la
naturaleza cotidiana de la auto-entrega:
Es interesante contrastar con 16:17. Uno podría
quizá sugerir que la elección del presente infinitivo, fue natural allí, en
vista del carácter esencialmente continuo de la acción contemplada, y –muy tentativamente-
que un sentido de lo definitivo que caracteriza el acto de auto-entrega (aún
aunque tenga que ser repetido una y otra vez) puede haber contribuido a la
elección de Pablo del aoristo aquí [negritas mías].
Por otro lado, de acuerdo a Frédéric Louis Godet nuestra
consagración es “realizada una vez por todas (el aoristo
παραστῆσαι, v. 1)” [negritas mías].
Godet contrasta este aoristo con los imperativos en tiempo presente del v. 2 (μὴ συσχηματίζεσθε… μεταμορφοῦσθε).
Al parecer, puesto que los gramáticos han
descrito el aoristo como el tiempo puntual,
algunos han deducido que el aoristo presenta la acción “una
vez y por todas”.
Veamos lo que dicen dos gramáticos conocidos. William H. Davis describe así el
tiempo aoristo (§ 179):
El tiempo aoristo expresa acción en su forma
más simple –indefinida; no distingue entre acción completa o incompleta. El
tiempo aoristo trata la acción como un punto; -esta clase de
acción es llamada puntual… [negritas mías].
Dana-Mantey, por su parte, escriben (§ 179):
Nos acercamos ahora al más prevaleciente y más
importante de los tiempos griegos. Es también el tiempo más característico del
idioma griego. El significado fundamental del aoristo es denotar acción
simplemente como ocurriendo, sin referencia a su progreso. Es el tiempo
indefinido (ἀοριστος, ilimitado). No tiene esencial significación
temporal, hallándose sus relaciones de tiempo únicamente en el indicativo,
donde se le usa como pasado y por lo mismo aumentado. Su función verdadera se
le puede ver mejor en los modos potenciales, y debiera ser cuidadosamente considerada
en interpretación. El aoristo no significa nada en cuanto a conclusión, sino
que simplemente presenta la acción como alcanzada. El establece el hecho
de la acción o evento sin consideración de su duración. […] Él
presenta la acción o el evento como un “punto”, y, de aquí que
se le llame “puntual” [negritas mías].
Asumir que una acción ocurrió “una vez y por
todas” sobre la base de la forma-verbal aoristo debido a que es
descrito como puntual, sería “abusar” del aoristo.
“Si el aoristo significa que una acción que ocurre sólo una vez, se indica por
medio de otros factores contextuales” [negritas mías].
Por tanto, como dice D. J. Moo:
Pero el tiempo aoristo en sí mismo no indica
esto [un acto “una vez y por todas”]; y no hay razón en el contexto para pensar
que Pablo viera esta presentación como una ofrenda que hacemos sólo una vez.
Pablo simplemente nos ordena realizar esta ofrenda, sin decir nada acerca de
cuán a menudo se necesita hacer [negritas mías].
La razón para usar el aoristo παραστῆσαι sería probablemente la imaginería sacrificial y,
como dice David
Peterson, esta presentación de nosotros mismos a Dios se considera de una
manera holística.