Ahora viene la pregunta más importante en cuanto al método de la teología de la liberación: ¿Qué es para esta teología el criterio hermenéutico final? La impresión general que nos queda al leer a los teólogos de la liberación es que para ellos la norma hermenéutica no es la palabra escrita de Dios, o sea la Biblia en sí y por sí. El criterio final puede ser la praxis, o la ideolgía que impulsa esta praxis. Es la supremacía de la acción con respecto a la reflexión. Debemos hacer para saber, y esperar que de la ortopraxis brote la ortodoxia.
No basta decir con Orlando Costas, que "la teología de liberación revela su parcial apoyo a las Escrituras." No busca ningún apoyo de las Escrituras en el sentido clásico. Las Escrituras son historizadas, dejan de ser norma para que sean paradigma, de canon a categoría hermenéutica.
Ya es tiempo de sentarnos a escudriñar exegéticamente la palabra de Dios, no solo para comprobar o defender nuestra teología, sino especialmente para descubrir lo que el texto bíblico tenga que decirnos en esta situación crítica en la cual nos ha tocado vivir.
[Actualización: se puede leer una entrevista hecha a G. Gutiérrez aquí]
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