Como su mismo título lo indica, tiene como objeto hallar el significado de un texto sobre la base de lo que sus palabras expresan un sentido llano y simple a la luz del contexto histórico en que fueron escritas. La interpretación se efectúa de acuerdo con las reglas semánticas y gramaticales comunes a la exégesis de cualquier texto literario, en el marco de la situación del autor y de los lectores de su tiempo [subrayado mío].[2]
Por tanto entender la Biblia literalmente es reconocer que Dios dice exactamente lo que quiere decir y para ello utiliza lenguaje literal y figurado (literario). Esto implica respetar las estructuras literarias. En palabras del Dr. Sproul:
…en la Biblia un verbo es un verbo y un nombre común es un nombre común, igual que en cualquier otro libro.[3]
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[1] Ramm, Bernard, Protestant Biblical Interpretation (Boston: W. A. Wilde, 1956), 53,89-92, citado por Ryrie, Charles C., Dispensacionalismo Hoy (Terrassa: Portavoz, 1974), 99-100, y también por Pentecost, J. Dwight, Eventos del Porvenir (Miami: Vida, 1984), 6-7.
[2] Martinez, José M., Hermenéutica Bíblica (Terrassa: Clie, 1984), 121.
[3] Sproul, R. C., Cómo estudiar e Interpretar la Biblia (Miami: Flet, 1996), 63.
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