viernes, 29 de marzo de 2013

Pelagio y Romanos 9:22: κατηρτισμένα ¿voz media o voz pasiva?

¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados [κατηρτισμένα] para destrucción… (Ro. 9:22) 
Ro. 9:22-24 son considerados por Barclay y Nida como los versículos más difíciles del libro de Romanos.[1] Uno de los problemas es determinar la voz del participio κατηρτισμένα. ¿Está en voz media o en voz pasiva? Entender el participio en voz media significaría que estos vasos se prepararon a sí mismos para destrucción. Resulta muy interesante la interpretación que le dio el conocido heresiarca Pelagio. La intepretación pelagiana es: Implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata.[2] Como se sabe, Pelagio era un defensor acérrimo de la libertad humana. Juan B. Valero ha hecho una apropiada presentación del pensamiento pelagiano: 
Aun en casos tope, como en el de la induración de faraón, la libertad ha de quedar a salvo. Para Pelagio todo atentado contra la libertad y la responsabilidad humana se convertía en un atentado contra la justicia de Dios. Dios en su misma naturaleza es no sólo el creador de la libertad del hombre, sino también el garante de esta libertad. 
El resto del comentario pelagiano a este capítulo IX de la carta a los Romanos discurrirá sobre las mismas premisas. Así lo hace, por ejemplo, en la interpretación de la imagen del alfarero y la masa (v. 21). Es el hombre con su libertad quien se hace a sí mismo “vaso de ira” o “vaso de honor”. Necesariamente Pelagio había de oír aquí un eco de su concepción del libre arbitrio como elección entre la vida y la muerte (cfr. supra). Así, el pasaje paulino “in vasis irae praeparatis in interitum” (v. 22) suscitará en Pelagio el comentario: 
“implendo peccata sua uasa irae digna sunt facti et a semet ipsis ad interitum praeparata”. 
Es el hombre mismo quien por sus pecados, “implendo peccata”, se constituye en “vaso de ira”. Situación que en nada se diferencia del estado de “induración”, y procede, como ella, de una opción libre del hombre. En este caso el hombre elige el extremo “muerte”: “a semet ipsis ad interitum praeperata”. 
En suma, Pelagio admite sin dificultad la idea de una elección divina previa, pero la enmarca en el ámbito de la presciencia, que conoce de antemano la respuesta libre del hombre. Tal elección no puede ser arbitraria por parte de Dios, que llama, ni puede ser un acontecimiento pasivo por parte del hombre, que responde. En Rom 11,5 Pelagio dirá: “ceterum quae electio, ubi nulla diversitas meritorum?”. Dios elige porque prevé la respuesta del hombre. La presciencia es la primera clave de interpretación en toda elección divina. 
La elección motivada por parte de Dios es siempre el tema del judía objetante, mientras que Pablo está por la libertad en todo caso: “non enim apostolus [tollit] quod in propia voluntate habemus”. 
Como última clave introduce Pelagio la naturaleza misma de la justicia divina. A la luz de la justicia de Dios, toda afirmación de elección divina arbitraria sería no sólo destrucción de la libertad humana, sino a la vez autodestrucción de la propia justicia divina.[3] 
Quizá algún lector encuentre sorprendentemente familiar esta manera de explicar la elección divina y la libertad humana, además del versículo de Ro. 9:22. La verdad es que muchos evangélicos son pelagianos (o semi-pelagianos) en ciertos sentidos, aunque no quieran admitirlo debido al epíteto de “hereje” que tiene Pelagio en la historia del cristianismo. 
La cuestión aquí es el significado del participio κατηρτισμένα. Considero que hay buenas razones contextuales para entender el participio en voz pasiva y no en voz media. En esto estoy en deuda con Daniel B. Wallace quien ha señalado estos puntos en contra de tomar el participio κατηρτισμένα en voz media: 
  1. Gramaticalmente la voz media es muy rara y se usaba casi exclusivamente en ciertas expresiones idiomáticas, especialmente donde el verbo es usado consistentemente con tal noción (como en los verbos para ponerse vestido). Esto decididamente no es el caso con κατηρτισμένα: en ningún otro lugar en el NT ocurre como una voz media directa. [El verbo ocurre 13 veces en el NT, 7 veces en la forma media o pasiva. De las 7, 2 veces son definitivamente en voz media en aoristo y en ambos casos están obviamente en voz media indirecta (Mt. 21:16; He. 10:5). Las otras 4 veces (Ro. 9:22 queda excluida) todas están en voz pasiva (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; 2 Co. 13:11; He. 11:3).]. 
  2. En el tiempo perfecto, la forma media-pasiva siempre se debe tomar como una pasiva en el NT (Lc. 6:40; 1 Co. 1:10; He. 11:3) –un hecho que, al menos, arguye en contra de un uso idiomático de este verbo como una media directa. 
  3. El matiz léxico de καταρτίζω, sumado al tiempo perfecto, sugiere algo de un “trato hecho”. Aunque algunos comentaristas sugieren que el verbo significa que los vasos están listos para destrucción, tanto el matiz léxico de preparación completa y el matiz gramatical del tiempo perfecto están en contra de esto. 
  4. El contexto arguye fuertemente a favor de una noción pasiva y completa. En el v. 20 los vasos son moldeados por la voluntad de Dios, no por su propia voluntad. En el v. 21, Pablo formula una pregunta con οὐκ (de este modo esperando una respuesta positiva): ¿No es el destino de los vasos (uno de honra y otro de deshonra) totalmente predeterminado por su Creador? El v. 22 es la respuesta a esa pregunta.[4] 
Una cuestión que generalmente surge y con la cual muchos lidian es la denominada doble predestinación. Por ahora, mi interés preliminar es la justificación gramatical, lexical y contextual para decidir si κατηρτισμένα está en voz media o pasiva, y parece que hay más probabilidad que sea pasiva. 
________________ 
[1] Barclay Moon Newman y Eugene Albert Nida, A Handbook on Paul's Letter to the Romans (New York: United Bible Societies, 1994), 188. 
[2] Joseph Armitage Robinson, Texts and Studies Contributions to Biblical and Patristic Literature, Volumen 9 (Cambridge: University Press, 1922), 78. 
[3] Juan B. Valero, Las Bases Antropológicas de Pelagio en Su Tratado de Las Exposiciones (Universidad Pontifica Comillas, 1980), 336-337. 
[4] Daniel B. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basics: Exegetical Syntax of the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 417.

viernes, 22 de marzo de 2013

Amar el evangelio sin amar a la iglesia de Cristo

Una vez oí que alguien había acusado de "eclesiolatría" a quienes afirman amar a la iglesia de Cristo. Yo mismo he sido objeto de crítica porque habemos quienes priorizamos en nuestras agendas nuestro servicio a los creyentes que son la iglesia de Nuestro Señor. En todo caso, aquellos que acusan de "eclesiolatría" también estarían acusando al mismo Salvador porque las Sagradas Escrituras dicen: "así como Cristo amó a la iglesia [ἠγάπησεν τὴν ἐκκλησίαν], y se entregó a sí mismo por ella" (Ef. 5:25). David A. Black (aparece en la fecha 18 de marzo de 2013 a las 8:37 AM) nos hace recordar que amar el evangelio está inseparablemente unido a amar a la iglesia del Señor Jesucristo:
He empezado a esbozar un artículo relativo a la imposibilidad de amar el Evangelio sin amar a la Iglesia que el Evangelio crea. Parece que Pablo fue intencional cuando en un mismo lugar en Colosenses dice que es un siervo (diakonos) del Evangelio y luego dos versículos después dice que él es un siervo (diakonos) de la iglesia. Qué interesante es el mundo en que vivimos - en el que hombres y mujeres puede presumir de ser predicadores de la verdad, repartir folletos y stickers para el parachoques del automóvil de sus vecinos, pero entonces no tienen nada que ver con la comunión con otros creyentes. Veo esa mentalidad todo el tiempo. Pero, Pablo se dedicó por igual a la palabra de la cruz y al pueblo de la cruz - incluso a los cristianos mal pensados, poco nutridos e inmaduros. Lo que he intentado hacer con mis amigos evangélicos es  recordarles que no deben olvidar que Cristo murió por la iglesia y que, como el arca de Noé, el olor puede ser insoportable en el interior, pero los horrores en el exterior son mucho peores.
Francamente no podría haberlo dicho mejor.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Apocalipsis: oír a Jesucristo vs. oír a los expertos en escatología

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, (Ap. 1:1) 
Uno de los libros de la Biblia que me apasionaba leer en mi adolescencia era Apocalipsis. Pero, con tantas controversias acerca de la interpretación de este libro aquella promesa de ser bienaventurado (Ap. 1:3) por oír esta profecía la sentía diluirse en el mar del debate escatológico. Esto siempre me pareció injusto, pues sentía que la mente humana me estaba robando el gozo de oír a Jesucristo. Por eso, luego de un breve desencanto retomé mi lectura del Apocalipsis. 
Me agrada releer este precioso libro, pero en voz alta porque fue redactado para ser oído (οἱ ἀκούοντες, Ap. 1:3). Una vez prediqué este libro sin enfrascarme en el debate escatológico. Tan sólo lo expuse tratando de leer el texto tal como está ahí, e hice aplicaciones pastorales, porque creo que ese es el punto. No suelo expresar mis opiniones exegéticas acerca del Apocalipsis porque es Jesucristo quien debe ser oído, no tanto el predicador o el experto en escatología. Me adhiero, no sin reservas, a una forma de entender este texto. La escuela de interpretación a la que me refiero se conoce como premilenarismo en su versión dispensacional. Sin embargo, mi entendimiento del Apocalipsis es quizá un dispensacionalismo “heterodoxo” para algunos que consideran como dogma la forma cómo John F. Walvoord, Charles C. Ryrie o Robert L. Thomas estructuran e interpretan este libro. Respeto profundamente a tales maestros de las Sagradas Escrituras y agradezco a Dios por ellos, pero no les atribuyo infalibilidad. Al releer una y otra vez el Apocalipsis no quiero ser fiel a un sistema de interpretación, sólo quiero cual María la hermana de Lázaro, escuchar al Divino Maestro a sus pies. 
Ahora quiero resaltar algunos detalles poco advertidos. Considero afortunado que R. Bauckham me haya hecho reparar en el primer versículo de este libro para apreciar la “cadena de revelación”[1] o “cadena de comunicación de la revelación”[2], como él le llama: Dios, Jesucristo, el ángel, Juan y los cristianos. Algo que sobresale en esta cadena es la trascendencia de los dadores de la revelación. El ángel se niega a recibir adoración (22:8-9), pero Jesús sí es adorado (5:8-12) lo cual indica claramente que Juan considera a Jesucristo como trascendente en contraste con los intermediarios. Otra feliz observación de Bauckham es que Jesucristo no es visto por Juan como un intermediario. Dios y Jesucristo son para Juan los dadores de la revelación, y el ángel con Juan son los instrumentos para comunicar a los cristianos tal revelación.[3] 
La realidad intermediaria del ángel es digna de resaltar, al menos en una sociedad occidental tan secularizada y poco consciente del mundo angelical. Robert L. Thomas considera que el ángel es una referencia a los ángeles como en 17:1 y 21:9, y posiblemente incluye a los cuatro seres vivientes (cap. 4) como seres angelicales.[4] Me parece más acertada la observación de Bauckham quien, además de notar el acuerdo verbal entre 1:1 y 22:6 (probablemente con una relevancia estructural)[5], considera que el ángel de 1:1 es el mismo de 22:6,16, y considera que es el mismo ángel del cap. 10 porque ningún ángel aparece como mediador a Juan hasta el cap. 10.[6] Estas afirmaciones evidentemente son debatibles, pero tiene a su favor la presencia del artículo definido con ἄγγελος que indicaría que Juan tiene en mente a un ángel específico. Como observa David Aune un ángel único sólo se menciona en el prólogo (1:1–8) y en el epílogo (22:6–21).[7] Nuevamente, en ambos pasajes se exalta a Jesucristo como el dador de la revelación. 
_________________ 
[1] Richard Bauckham, The Climax of the Prophecy: Studies on the Book of Revelation (Edinburgh: T&T Clark, 1993), 85. 
[2] Ibid., 135. 
[3] Ibid. 
[4] Robert L. Thomas, Revelation 1-7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody, 1992), 56. Carballosa sigue a Thomas en esta interpretación (Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios [Grand Rapids: Portavoz, 1997], 42). 
[5] Bauckham, op. cit., 23.
[6] Ibid., 255-256. 
[7] David E. Aune, Revelation 1-5:14 (WBC 52A; Dallas: Word, 2002), 16.

sábado, 16 de marzo de 2013

Cuando el pastor reclama que le digan "pastor": Jesús, los Rabinos y el uso de títulos en el ministerio (revisión)

Esta es la revisión de un artículo que publiqué en el año 2011, y creo conveniente recordar algunas cosas que mencioné en aquella ocasión. A quienes están cumpliendo funciones pastorales en la iglesia de Cristo les invito a examinarnos a la luz de las Sagradas Escrituras. Craig Blomberg publicó en diciembre del 2011 un muy apropiado artículo en su blog acerca del uso de títulos en el ministerio: “Oh Yes, He’s the Right Reverend Professor Doctor So-and-So!” (¡Oh sí, es el Reverendísimo Profesor Doctor Fulano de Tal!). Craig (como prefiere que le llamen) formula varias preguntas: 
¿Puedes llamar a tu pastor sólo por su primer nombre y te sientes cómodo de hacerlo? ¿El pastor se siente igual de cómodo contigo? Si no, ¿por qué no? ¿Las respuestas a esta pregunta son bíblicas o sólo tradicionales? Más importante aún, ¿puedes amablemente cuestionar y estar en desacuerdo con las decisiones de tu pastor y continuar valorándose entre sí, o es que alguien tiene que "ganar"? 
En cada contexto cultural hay formas del habla que sirven para expresar respeto a las personas, y esto tiene peculiaridades asociadas a la época, región, etc. Pero, también es cierto que existen personas que aman capturar la atención y el ser llenos de deferencia. En lo personal, no tengo problemas que me llamen “pastor Manuel” o “pastor Rojas”. Con frecuencia me han llamado “hermano Manuel”, y este trato lo aprecio mucho porque antes de ser pastor de alguien, soy su hermano en Cristo. Cuando ministraba en Ica, una hermana muy anciana a quien tengo mucho aprecio me trataba como “hermano pastor”. A pesar de mi juventud, ella me trató con respeto y genuino amor fraternal. Sé de quienes no tolerarían que alguien les llamase “hermano”, pues estarían prestos a reclamar no sólo el título de “pastor” sino también los miramientos que corresponderían al cargo o la posición. Nuestro Divino Redentor no era muy benevolente con los títulos y consideraciones de acuerdo a Mateo 23:5-12: 
5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. 8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. 
5 πάντα δὲ τὰ ἔργα αὐτῶν ποιοῦσιν πρὸς τὸ θεαθῆναι τοῖς ἀνθρώποις· πλατύνουσιν γὰρ τὰ φυλακτήρια αὐτῶν καὶ μεγαλύνουσιν τὰ κράσπεδα, 6 φιλοῦσιν δὲ τὴν πρωτοκλισίαν ἐν τοῖς δείπνοις καὶ τὰς πρωτοκαθεδρίας ἐν ταῖς συναγωγαῖς 7 καὶ τοὺς ἀσπασμοὺς ἐν ταῖς ἀγοραῖς καὶ καλεῖσθαι ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων ῥαββί. 8 ὑμεῖς δὲ μὴ κληθῆτε ῥαββί· εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ διδάσκαλος, πάντες δὲ ὑμεῖς ἀδελφοί ἐστε. 9 καὶ πατέρα μὴ καλέσητε ὑμῶν ἐπὶ τῆς γῆς, εἷς γάρ ἐστιν ὑμῶν ὁ πατὴρ ὁ οὐράνιος. 10 μηδὲ κληθῆτε καθηγηταί, ὅτι καθηγητὴς ὑμῶν ἐστιν εἷς ὁ Χριστός. 11 ὁ δὲ μείζων ὑμῶν ἔσται ὑμῶν διάκονος. 12 ὅστις δὲ ὑψώσει ἑαυτὸν ταπεινωθήσεται καὶ ὅστις ταπεινώσει ἑαυτὸν ὑψωθήσεται. 
Lo que me parece desconcertante es que aun la palabra "siervo" (y su acompañante "consiervo") se usa como título, paradójicamente desprovista de su significado, pues muchas veces quienes usan estos términos no dudan en reclamar deferencias hacia ellos. Las sociedades en medio-oriente durante la antigüedad eran sociedades muy jerarquizadas y estratificadas. Es conveniente releer la información que nos proporciona Joachim Jeremías acerca de los escribas y su estatus en el primer siglo: 
El alumno estaba en relación personal con su maestro y escuchaba su enseñanza. Cuando había llegado a dominar toda la materia tradicional y el método de la halaká, hasta el punto de estar capacitado para tomar decisiones personales en las cuestiones de legislación religiosa y de derecho penal, era “doctor no ordenado” (talmîd hakam). Pero sólo cuando había alcanzado la edad canónica, para la ordenación, fijada en cuarenta años según una noticia postannaítica, podía ser recibido por la ordenación (semikah), en 1a corporación de escribas, como miembro de pleno derecho, como “doctor ordenado” (hakam). A partir de entonces estaba autorizado a zanjar por sí mismo las cuestiones de legislación religiosa y ritual, a ser juez en 1os procesos criminales y a tomar decisiones en los civiles, bien como miembro de una corte de justicia, bien individualmente.
Tenía derecho a ser llamado Rabbí, pues este título estaba ya ciertamente en uso entre los escribas del tiempo de Jesús. Además otras personas que no habían recorrido el ciclo regular de formación terminado con la ordenación eran llamadas también Rabbí: Jesús de Nazaret es un ejemplo. Se explica por el hecho de que este título, al comienzo del siglo I de nuestra Era, estaba sufriendo una evolución; siendo primero un título honorífico general, iba a quedar reservado exclusivamente para los escribas. De todos modos, un hombre desprovisto de la formación rabínica completa pasaba por grammata mē memathēkōs (Jn 7,15); no tenía derecho a los privilegios del doctor ordenado.[1] 
Y, más adelante J. Jeremías añade: 
Nuestras fuentes suministran gran cantidad de pequeños detalles que evidencian el prestigio de los escribas a los ojos del hombre de la calle. Lo vemos levantarse respetuosamente al paso de un escriba; sólo estaban excusados de hacerlo los obreros durante su trabajo. Lo oímos saludar solícitamente al escriba, llamándole “rabbí”, “padre”, “maestro” cuando éste pasa ante él con su túnica de escriba, que tenía forma de manto que caía hasta los pies y estaba adornada de largas franjas (Mt 23,5). Cuando los notables de Jerusalén dan una comida, es un ornato de la fiesta ver aparecer, por ejemplo, dos alumnos y futuros doctores como Eliezer ben Hirkanos y Yoshuá ben Jananya. Los primeros puestos están reservados a los escribas (Mt 12,39 y par.) y el rabbí precede en honor al hombre de edad, incluso a sus padres. En la sinagoga ocupaba también el puesto de honor; se sentaba de espaldas al armario de la Torá, mirando a los asistentes y visible de todos (ibid.), Los escribas, finalmente, no se casaban más que excepcionalmente con hijas de gentes no peritas en la Ley.[2] 
El respeto por las personas que están al servicio de Dios es legítimo, pero creo desafortunado pensar que el cargo per se otorga tal prerrogativa. Es decir, la gente debe respetar al pastor porque tiene el cargo y título de "pastor". Esto se acerca más al comportamiento de Diótrefes que al de los ministros de Jesucristo (3 Jn. 9-10):
9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia.
Un anciano siervo de Jesucristo exhortaba a sus compañeros de ministerio mucho más jóvenes que él a que ejercieran su autoridad por medio del ejemplo. El anciano era Pablo, quien él mismo practicaba este método de ejercer autoridad espiritual con el ejemplo.
2 Tesalonicenses 3:9: no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
1 Timoteo 4:12: Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Tito 2:7: presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 
Pedro también enseñó lo mismo:
1 Pedro 5:3: no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 
El respeto se gana por medio de un testimonio ejemplar. 
______________________
[1] Joachim Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús (2ª ed.; Madrid: Cristiandad, 1980), 251-252. 
[2] Ibíd., 259-260.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Hans Küng, John Piper y el nuevo Papa Francisco I

El siempre polémico sacerdote y teólogo suizo Hans Küng manifestó que está gratamente sorprendido porque el nuevo Papa es latinoamericano y jesuita, y además porque no fueron elegidos los candidatos conservadores favoritos. Por otro lado, el ministerio de John Piper republicó un artículo en donde habla acerca de si tuviera dos minutos con el Papa le pediría que en un minuto explique su punto de vista sobre la doctrina de la justificación. La razón para formular esa pregunta es a causa del lugar central que tiene la doctrina de la justificación por la fe. Coincido en que ésta seguirá siendo una pregunta fundamental no sólo hacia el Papa, sino a la iglesia católico romana. Otra cuestión central es la autoridad de la Biblia frente a la triple fuente de autoridad en el catolicismo (la Tradición, el Magisterio y la Biblia). Estos no son asuntos secundarios, son centrales a la fe. Por eso, nuestro compromiso en América Latina debe seguir siendo el de evangelización.
Quiero comentar otra cosa a propósito de papados. El papado no es visto favorablemente por la mayoría de evangélicos. Las críticas hacia esta elección no se hacen esperar. Pero, siguiendo el mandato de Cristo, no seamos hipócritas queriendo ver la paja en el ojo ajeno sin sacar nuestra viga. Hay en el mundo evangélico líderes que en lugar de ser ejemplos de la grey y amar la iglesia de Cristo se aprovechan de la congregación. Los evangélicos saben tener a sus "ungidos", "intocables", "infalibles", "soberanos", "insustituibles", los "voceros" divinos que ostentan autoridad absoluta sobre las congregaciones, que se adueñan de las vidas y las conciencias. Si se ve como amenazante un Papa latinoamericano, hace tiempo que en latinoamérica tenemos a la iglesia evangélica engangrenada de líderes usurpadores de la soberanía de Cristo.
Actualización:
Rick Warren, por su parte, hizo un llamada ayer para orar y ayunar por los 115 cardenales buscando la voluntad de Dios para un nuevo líder. Más tarde sostuvo que no todo lo que es diferente es demoníaco, que aprendamos a aceptar las diferencias pues a Dios le gusta la variedad. Hoy Warren le dio la bienvenida al nuevo Papa. Como mencioné, la doctrina de la justificación está en el corazón del evangelio, y no podemos como quiere Warren celebrar diferencias en una enseñanza tan fundamental.
Actualización:
John Piper ha publicado un artículo aclarando su uso de la palabra herejía para referirse a la forma cómo se entiende la justificación en el catolicismo.

jueves, 7 de marzo de 2013

La costilla de Adán

Es muy famosa la explicación que Matthew Henry dio acerca de la costilla de Adán:
Que la mujer fue formada de una costilla (es decir, del costado) de Adán; no fue hecha de su cabeza, como para tener dominio sobre él; ni de sus pies, como para ser pisoteada por él; sino de su costado, para ser igual a él, de debajo de su brazo para ser protegida, y de junto al corazón para ser amada.[1]
Igual de poética es la explicación que nos proporciona el erudito bíblico, el rabino Umberto Cassuto: 
Tal como la costilla se encuentra al lado del hombre y está unida a él, aun así la buena esposa, la costilla de su esposo, se encuentra a su lado para ser su ayudante-contraparte, y el alma de ella está ligada a él.[2] 
Dios no extrajo a la mujer de un miembro que podría haber dejado discapacitado al hombre. La palabra hebrea צֵלָע ha sido traducida como "costilla", pero también significa "costado". Esto indica que se trataba no sólo de hueso, sino de hueso con tejido muscular, por eso dice Adán "hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Gn. 2:23). El hueso que es lo fuerte del cuerpo, y la carne que es lo blando del cuerpo. Adán considera su relación con Eva en ambos aspectos lo fuerte y lo débil.

_____________________ 
[1] Matthew Henry, Comentario Bíblico De Matthew Henry (trad. Francisco Lacueva; Barcelona: CLIE, 1999), 20. 
[2] Umberto Cassuto, A Commentary on the Book of Genesis: Part I, From Adam to Noah (Genesis I-VI 8) (trad. Israel Abrahams; Jerusalem: The Magnes Press, The Hebrew University, 1998), 134.

lunes, 4 de marzo de 2013

Ralph P. Martin (1925-2013)


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El lunes 25 de febrero, partió a la presencia del Señor el distinguido erudito bíblico Ralph P. Martin, en Southport, Inglaterra. El Dr. Martin fue profesor de Nuevo Testamento en el Fuller Theological Seminary, donde trabajo por muchos años. El hermano Martin era reconocido por su conocimiento enciclopédico del Nuevo Testamento. Dios le tenga ahora en gloria. Nuestras plegarias por la familia.

sábado, 2 de marzo de 2013

Howard Hendricks (1924-2013)

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Esta semana estuve exponiendo las Escrituras en un campamento de jóvenes en Chiclayo, al norte de Trujillo y las semanas anteriores las ocupé en varios asuntos. Hoy me enteré que nuestro hermano H. Hendricks ahora está con el Señor. Agradezco a Dios por el ministerio docente del hermano Hendricks, quien fue profesor en el Dallas Theological Seminary donde enseñó "Exposición bíblica y Hermenéutica". Un libro del profesor Hendricks que ha sido difundido en español es Enseñando para Cambiar Vidas, que es una inmejorable manera para referirse a la pedagogía en general, y dentro de la iglesia en particular. Mis plegarias a favor de los familiares del hermano Hendricks.
Actualización: El hermano Hendricks partió a estar con el Señor el 20 de febrero.

domingo, 10 de febrero de 2013

El constructivismo pedagógico y la iglesia

La educación no es patrimonio de alguna confesión religiosa, es patrimonio del hombre. Esta es una verdad "auto-evidente". Y, esta actividad es muy propia del hombre porque Dios le creó así, porque Dios es educador. Los cristianos por fe "entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (He. 11:3 R60). Si el hombre educa es porque Dios educa. La tradición judeo-cristiana considera central en el proceso educativo aquel otro proceso de enseñanza-aprendizaje (véase por ejemplo el uso de διδάσκω). La iglesia por su misma naturaleza es docente, la iglesia ha estado educando, y por ende enseñando, por muchos siglos. La iglesia ha considerado ciertos métodos como más convenientes para el logro de sus objetivos educacionales. Y, a veces se ha optado por mantenerse cerrada a cualquier "innovación" (esta es una palabra que fascina a algunos pedagogos). Pero, no sólo la iglesia enseña, el hombre ha venido haciendo esto por milenios. La pedagogía nos ha informado de distintas teorías del aprendizaje que han influido las decisiones de los gobiernos para la implementación de la educación. Una de las teorías que ha sido implementada en muchos países es el constructivismo pedagógico (hay quienes consideran que ni siquiera es una teoría científica, sino una explicación filosófica). No quiero hacer un análisis crítico detallado de esta "teoría". Si partimos de la premisa que el conocimiento científico es perfectible, entonces sería erróneo aceptar dogmáticamente el constructivismo. Pero, sería mezquino no reconocer elementos provechosos en el constructivismo. En esto estoy de acuerdo con Dale H. Shunk (Learning theories: an educational perspective [6a ed.; Boston: Pearson, 2012]), aunque él es un tanto ecléctico con relación a las teorías educativas. A pesar de los elementos provechosos, veo problemas con el subjetivismo (heredado del idealismo modernista). Mi mayor dificultad está en el punto de vista gnoseológico que subyace en el constructivismo. Sin embargo, no debemos como iglesia cerrarnos a las investigaciones pedagógicas porque la educación es parte de la condición humana. Se debe mantener una actitud crítica, como dice Pablo "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21 R60).

martes, 22 de enero de 2013

La iglesia y el narcisismo

El mito de Narciso vino a designar dentro de la psiquiatría un trastorno de la personalidad, que según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) el trastorno narcisista de la personalidad es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. Es sorprendente la similitud que hay entre esta definición y la conducta de muchos líderes evangélicos. El Manual continúa su descripción de este trastorno así (mis comentarios describiendo hipotéticamente la conducta del líder narcisista evangélico los he puesto entre corchetes [cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia]): 
... empieza al comienzo de la edad adulta y que se da en diversos contextos [como la iglesia]. 
... Es habitual en ellos el sobrevalorar sus capacidades [son infalibles o se creen las voces autorizadas de una denominación, hablan a nombre de todos] y exagerar sus conocimientos [no hay otros como ellos, defensores oficiales de la doctrina tal como ellos la conciben] y cualidades [son insustituibles ¡qué sería de la iglesia sin ellos!], con lo que frecuentemente dan la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos [algo proscrito entre evangélicos y por lo mismo muy bien disimulado fácilmente con una falsa modestia, pues son humildemente infalibles]. Pueden asumir alegremente el que otros otorguen un valor exagerado a sus actos [pregonan la mucha bendición que otros reciben de sus ministerios o acciones y cuentan las alabanzas recibidas, o los "likes" a sus comentarios en sus cuentas de facebook] y sorprenderse cuando no reciben las alabanzas que esperan y que creen merecer [son incomprendidos, mártires de la fe]. Es frecuente que de forma implícita en la exageración de sus logros se dé una infravaloración (devaluación) de la contribución de los demás [a los "otros" les falta más estudio exegético, los "demás" se dejan llevar por sus prejuicios teológicos]. A menudo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios [tienen el proyecto internacional que salvará a la iglesia y todos tienen que adherirse a la agenda de ellos, a su visión]. Pueden entregarse a rumiaciones sobre la admiración y los privilegios que "hace tiempo que les deben" [son los "ungidos" o los "iluminados" con autoridad teológica] y compararse favorablemente con gente famosa o privilegiada [como esto también es proscrito en el mundo evangélico, vale compararse con Pablo, el gran Apóstol].
Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales [obviamente no lo dirán, pero cuando afirman algo lo hacen con la autoridad del magister dixit-"el maestro lo dijo"-y su palabra es inapelable, además gustan de epítetos antepuestos a su nombres o apellidos]. Piensan que sólo les pueden comprender o sólo pueden relacionarse con otras personas que son especiales o de alto status [sólo otros "ungidos", "iluminados" o pastores con gran experiencia los entenderían] y atribuyen a aquellos con quienes tienen relación las cualidades de ser "únicos", "perfectos" o de tener "talento" [proclaman su amistad con grandes teólogos, doctores, reverendos, "ungidos", "apóstoles"]. Los sujetos con este trastorno creen que sus necesidades son especiales y fuera del alcance de la gente corriente [nunca consultarían o buscarían consejo con un cristiano de a pie pues ellos necesitan a otros líderes que sí les entiendan a su nivel]. Su propia autoestima está aumentada (por reflejo) por el valor idealizado que asignan a aquellos con quienes se relacionan [ellos valoran mucho a sus "consiervos" por encima de los miembros de iglesias que sólo son "laicos"]. Es probable que insistan en que sólo quieren a la persona "más importante" (médico, abogado, peluquero, profesor [pastor, apóstol, teólogo]) o pertenecer a las "mejores" instituciones [institutos bíblicos, seminarios], pero pueden devaluar las credenciales de quienes les contrarían [quienes les cuestionan es porque carecen de entrenamiento, iluminación o alguna entidad del mal les ha oscurecido el entendimiento].
Generalmente, los sujetos con este trastorno demandan una admiración excesiva. Su autoestima es casi siempre muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas suficientemente bien y por cómo son vistos por los demás [luego de un sermón les encanta escuchar halagos]. Esto suele manifestarse por una necesidad constante de atención y admiración. Esperan que su llegada sea recibida con un toque de fanfarrias y se sorprenden si los demás no envidian lo que ellos poseen. Intentan recibir halagos constantemente, desplegando un gran encanto. Las pretensiones de estos sujetos se demuestran en las expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial [quieren que se les trate como la mujer de Sunem lo hizo con Eliseo]. Esperan ser atendidos y están confundidos o furiosos si esto no sucede [son intolerantes a la frustración, no aceptan un "no" por respuesta]. Por ejemplo, pueden asumir que ellos no tienen por qué hacer cola y que sus prioridades son tan importantes que los demás deberían ser condescendientes con ellos [se les debe tolerar sus faltas y "errores" -a veces llamados pecados], por lo que se irritan si los otros no les ayudan en su trabajo "que es tan importante" [condenan vehementemente la falta de cooperación]. Esta pretenciosidad, combinada con la falta de sensibilidad para los deseos y necesidades de los demás, puede acarrear la explotación consciente o inconsciente del prójimo. Esperan que se les dé todo lo que deseen o crean necesitar, sin importarles lo que les pueda representar a los demás. Por ejemplo, estos sujetos pueden esperar una gran dedicación por parte de los demás y pueden hacerles trabajar en exceso sin tener en cuenta el impacto que esto pueda tener en sus vidas [les ordenan a quienes están bajo su autoridad que hagan las cosas a la manera de ellos pues esto es lo "mejor" sin importarles el costo]. 
La psiquiatría denomina "trastorno" a este tipo de conducta, pero la fe evangélica clasifica esta conducta en la categoría de "pecado". Cuan distante está este tipo de conducta de la esperada en aquellos que ocupan el liderazgo de la iglesia:
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. (1 P. 5:1-4)

miércoles, 16 de enero de 2013

Ordenar y permitir

He notado que a veces en diferentes exposiciones acerca de la voluntad de Dios y la responsabilidad humana se hacen distinciones difusas. Un teólogo considera que Dios soberanamente ordenó que en el universo creado haya la posibilidad del mal. Otro teólogo dice que esto no es así, sino que Dios permitió el mal, pues decir que ordenó es hacerle autor. (Como si permitir no fuera tan comprometedor como ordenar). ¡Vaya solución! Esta sutileza parece satisfacer a ciertos teólogos. Pero, ¿acaso el verbo "permitir" realmente libera a Dios de cualquier autoría del mal? En rigor, ¿hay diferencia real entre "ordenar" y "permitir"? Estas diferenciaciones sutiles lamentablemente han sido divisivas. Para ilustrar este tipo de razonamiento quiero citar este trozo de este libro católico Institución Christiana (1799, pp. 21-22), traducido del francés por Pedro Joseph: 
P. Que entendeis quanndo decis que Dios lo gobierna todo?
R. Entiendo que Dios arregla todas las cosas con su providencia, y que nada sucede en el mundo sin órden suya ó á lo ménos sin su permision.
P. Que diferencia poneis entre la órden de Dios, y su permision?
R. Que hay unas cosas que Dios ordena y executa, y otras solo permite que sucedan.
P. Que cosas con las que Dios ordena y executa?
R. Dios lo ordena y obra todo, excepto el pecado, del qual no puede ser autor.
P. Que es lo que Dios permite únicamente que suceda, sin mandarlo ni obrarlo?
R. Solo el pecado.
P. Que entendéis quando decis que en órden al pecado Dios solo se ha permitiéndole? Quereis decir que Dios concede al hombre permiso para obrar el mal?
R. No es ese el sentido en que Dios permite el pecado. Estas palabras significan simplemente que siendo el hombre por si mismo capaz de pecar, Dios no le impide el uso de este poder y que obre mal.
P. No pudiera Dios impedir que los hombres pecasen?
R. Seguramente podría si quisiese; porque nada es imposible á Dios.
P. Porque pues permite Dios el pecado?
R. Le permite por una sabiduría profunda é impenetrable á nuestra corta capacidad. Todo quanto podemos saber en la materia es lo siguiente: 1.° Que pertenece al órden de la providencia no impedir que unas criaturas capaces de pecar, pequen en efecto si ellas quieren; y que experimenten en su caída la fragilidad de su naturaleza. 2. ° Si Dios no impide el pecado, es porque su omnipotencia sabe sacar bien del mismo mal, y hacer que el desórden del pecado entre en el órden de su justicia. Se sirve de la malicia de los malos para probar á los buenos para exercitar su paciencia, y para que resplandezca en ellos el poder de su gracia. Hace por una parte que aparezca su misericordia en aquellos que preserva ó libra del pecado; y por otra, la severidad de su justicia en el castigo de los que viven y mueren en el pecado. Enfin sin querer sondear la profundidad de los consejos del Altísimo, nos basta ver sensiblemente que Dios dexa cometer una multitud de pecados y desórdenes que pudiera impedir, para persuadirnos que siendo la misma santidad y justicia, obra en ello con soberana sabiduría; y para adorar con un santo temor la conducta de su providencia; suplicándole nos preserve del pecado, ó nos saque de él si hemos tenido la desgracia de cometerle. 
O esta afirmación más breve, más cercana en el tiempo, y más desconcertante del teólogo bautista arminiano Roger Olson (http://www.patheos.com/blogs/rogereolson/2012/08/john-piper-gods-sovereignty-and-sin/): 
Estas son preguntas separadas. El pecado es una forma del mal y por tanto una condición, no una sustancia. Todos los cristianos, hasta donde conozco, siempre han estado de acuerdo que el mal no es una “cosa”, una sustancia, como un germen. Todos los cristianos también están de acuerdo que aún el mal está bajo el reino de Dios en el sentido que él lo permite y lo limita. (Bueno, eso es, a menos que tú consideres a los teólogos del proceso como cristianos).
En esta lógica de Olson, Dios deja de ser autor del mal al permitirlo y limitarlo, y a la vez ese mal continúa estando bajo el reino de dicho Dios.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie (Stg.1:13).
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, (Ef. 1:11).
Para explicar la soberanía de Dios sin que sea el autor del mal se ha recurrido a estas explicaciones: el decreto y la permisión. La Biblia presenta ambas afirmaciones (la de la soberanía Divina y la presencia del mal) en tensión, y a veces es mejor admitir nuestra incapacidad de explicar satisfactoriamente dicha tensión porque nuestras explicaciones crean más problemas de los que resuelven.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Mateo 1:19: ἐβουλήθη λάθρᾳ ἀπολῦσαι αὐτήν ("quiso dejarla secretamente")

En la navidad generalmente se recuerda a los personajes relatados en los evangelios, pero con muy poca frecuencia se resalta la figura de José. La tradición lo ha colocado en un segundo plano en contraste con María, atribuyéndole importancia por su función legal como padre adoptivo de Jesús. Mi intención es releer el texto en su trasfondo histórico y atisbar el carácter de este joven pero muy noble hombre. Un aspecto de su carácter es su actitud compasiva. La justicia de José no radicaba en la observancia irrestricta de la norma del divorcio, sino en el divorcio llevado con discreción, en privado. Aunque el adulterio estaba penalizado con la muerte por apedreamiento, no queda muy claro a la luz de la evidencia histórica que las cortes judías durante el período del Segundo Templo hayan ejecutado sentencias capitales que podían ser objetadas por los procuradores romanos.[1] Sin embargo, el adulterio era un delito que en la lex Iulia de adulterii no fue tomado como un crimen capital en su totalidad.[2] A pesar de que la ley judía prescribía la pena de muerte para la infidelidad sexual (Dt. 22:21-24), sin embargo en el período del Segundo Templo la ejecución era materia de controversia. Es debatible si María corría el peligro legal de ser juzgada y lapidada. Por ejemplo, en el apócrifo Susana se aprueba la pena de muerte para una mujer adúltera (44-45), pero en Enoc eslavo se relata que el hermano de Nir descubrió que su esposa estaba embarazada y el niño no era suyo pero no le condenó a muerte (71.6-7).[3] Lo que no es debatible constituye el estatus de deshonra que ocasionaría a su prometido y a su familia. María al aceptar la voluntad de Dios se exponía a una terrible situación que desde nuestra cultura occidental perdemos de vista. No menos fue la vergüenza que tendría que enfrentar José. En la cultura mediterránea, la ley romana, señaló como proxeneta a un esposo que no se divorció de su esposa infiel.[4] La situación constituía una suma vergüenza para José. Las familias en el mundo mediterráneo antiguo preferían la muerte de su hija a que viviera toda su vida con deshonra. Era manifestación de virtud que una mujer prefiriera morir a vivir con la deshonra, pues cuanto más público fuera el hecho más pública sería la deshonra y la humillación para María, su esposo y su familia.[5] José como era justo no quiso exponer (δειγματίζω) públicamente en desgracia a María.[6] El adverbio λάθρᾳ indica que quería hacerlo en secreto sin que muchos lo sepan[7], es decir, lo menos público posible evitando ir a una corte pública. No quiere decir que era totalmente secreto, pues la carta de divorcio o repudio requería que sea entregada delante de dos testigos.[8] A pesar de la gravedad y la terrible deshonra, José no quiso actuar vengativamente, más bien tenía planeado actuar con misericordia y compasión hacia María. ¡Puede decirse que en la vida de José el texto de Oseas 6:6 era una realidad! “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos”.
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Mateo 1:19: Ἰωσὴφ δὲ ὁ ἀνὴρ αὐτῆς, δίκαιος ὢν ("José su marido, como era justo")
¿Los ángeles cantan?
 ______________________ 
[1] Cf. Josefo, Guerras de los Judíos 2.117. 
[2] Cf. A. N. Sherwin-White, Roman Society and Roman Law in the New Testament (Grand Rapids: Baker, 1978), 42. 
[3] Cf. Tal Ilan, Jewish Women in Greco-Roman Palestine (Tübingen: J. C. B. Mohr; Peabody: Hendrickson, 1996), 136. 
[4] Cf. Pseudo-Fociles, Sentencias 177-178, en James H. Charlesworth, The Old Testament Pseudepigrapha and the New Testament (New Haven; Londres: Yale University Press, 1985), 2:580. 
[5] Cf. Craig S. Keener, The Gospel of Matthew: A Socio-Rhetorical Commentary (Grand Rapids; Cambridge: Eerdmans, 2009), 93. 
[6] Cf. BDAG, 214. 
[7] Cf. BDAG, 581. 
[8] H. Strack y P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch (6 vols.; Munich: Beck, 1926–61), 1:304-305.

martes, 18 de diciembre de 2012

Saludo por navidad de CSNTM

Me pareció muy interesante el saludo de nuestros amigos de CSNTM que traduzco y publico aquí:
El Mesías de Händel es una de las mayores y más conocidas obras corales en la historia de la música occidental, pero son populares muchas ideas equivocadas acerca de esta obra maestra. Por ejemplo, ¿sabía usted que el Mesías se estrenó en Dublín, Irlanda? La mayoría de la gente cree que el Mesías se llevó a cabo por primera vez en Londres. Esta creencia probablemente surgió debido al lugar de residencia de Handel, que era Londres, o por el hecho de que el Mesías ganó popularidad en Londres en lugar de Dublín. Otro mito común es que el Mesías es un oratorio estrictamente de Navidad. Esto también es un error común. El Mesías se compone de tres partes. La primera parte trata del nacimiento de Cristo, la segunda parte de la pasión de Cristo, resurrección y ascensión, y la última parte de los temas del juicio final. Sólo la primera parte del Mesías se ocupa de lo que los cristianos celebramos en Navidad. Un último dato interesante: Handel, aunque nacido en Alemania, vino a vivir a Inglaterra. Pero, recibió gran parte de su formación musical en Halle -el mismo lugar a donde Kurt Aland escapó en 1959 durante la ocupación comunista de Alemania del Este. Aland entonces comenzó el famoso INTF en Münster. A pesar de los mitos que rodean el Mesías, los cristianos han cantado durante siglos esta canción para demostrar su amor y adoración por la persona de Cristo. Tenemos la esperanza para los Amigos de CSNTM que esta temporada de Navidad sea llena de recuerdos no sólo del nacimiento de Cristo, sino también su muerte, sepultura y resurrección.

Regalos textuales

Un anuncio de nuestros amigos de Evangelical Textual Criticism nos comparten el anuncio de la Biblioteca de los Rollos del Mar Muerto On-Line en la siguiente dirección electrónica: 
También anunciaron que el Códice Beza está ahora disponible On-Line, ver las imágenes aquí: 
Y, ahora nos contaron que el Códice Alejandrino On-Line, ver las imágenes aquí: 
Creo que debemos estar muy agradecidos por el acceso a tan valiosa información. Bendiciones a quienes invierten su vida en esta ciencia.

Ya está disponible la 28 edición del Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland

Vía Daniel Wallace, recibo con expectativa la 28 edición del Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland (un excelente regalo por navidad). Esta edición está disponible On-Line: http://www.nestle-aland.com/en/read-na28-online/
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¿Los ángeles cantan?

lunes, 17 de diciembre de 2012

Mateo 1:19: Ἰωσὴφ δὲ ὁ ἀνὴρ αὐτῆς, δίκαιος ὢν ("José su marido, como era justo")

José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. (Mt. 1:19 R60)
Ἰωσὴφ δὲ ὁ ἀνὴρ αὐτῆς, δίκαιος ὢν καὶ μὴ θέλων αὐτὴν δειγματίσαι, ἐβουλήθη λάθρᾳ ἀπολῦσαι αὐτήν. 
Estoy escribiendo algunas reflexiones relacionadas con la navidad, ahora me enfocaré en José. El carácter de José y de María son mejor apreciados sobre su trasfondo cultural. Ellos tuvieron que enfrentar a una sociedad muy estricta. En las sociedades de medio oriente consideraron que una pareja comprometida no podía estar a solas por 20 minutos porque eso significaría que habían tenido cópula sexual.[1] José era justo al planear divorciarse de María y al no querer exponerla, en ambos casos se evidencia como una persona justa (¡y a muy temprana edad!). La palabra δίκαιος designa a una persona justa en el sentido legal y espiritual, y con toda probabilidad José es justo en ambos sentidos. Los esponsales incluían arreglo económico y era un asunto legalmente serio por lo cual era muy raro romper un compromiso salvo alguna causa de suma gravedad. José no tenía opción en el marco de las normas sociales del judaísmo del Segundo Templo. La sociedad en la cual vivió José no daba una segunda oportunidad a los adúlteros. La ley judía exigía que un hombre acuse a su esposa inmediatamente en caso de descubrir que ella no había sido una virgen.[2] El guardián de la virginidad de una desposada era su propio padre, quizá para disminuir la vergüenza pública la familia de María podía haberla enviado lejos. Pero, el texto no dice que María fue llevada a otro lugar. Recordemos que Nazaret no era una gran ciudad, sino una aldea pequeña donde las noticias correrían con mucha rapidez. El embarazo no podía ocultarse, y a pesar de las explicaciones que María hubiera ofrecido a José (que el texto no registra que hizo tal cosa), José no tenía razones suficientes para no divorciarse. Aceptar a María no sería bien visto, pues se consideraría que era un hombre extremadamente débil.[3] Es ahí donde Dios interviene por medio de la Revelación. Una lección es el carácter piadoso de José que se enfoca más en Dios porque finalmente acepta la voluntad de Dios. A José le importa más obedecer a Dios que su propia reputación o imagen pública.
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¿Los ángeles cantan?
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[1] Carol Delaney, “Seeds of Honor, Fields of Shame” en Honor and Shame and the Unity of the Mediterranean (edit. David D. Gilmore; Washington: American Anthropological Association, 1987), 41. 
[2] Cf. p. Ketubot 1.4, §4. 
[3] Craig S. Keener, The Gospel of Matthew: A Socio-Rhetorical Commentary (Grand Rapids; Cambridge: Eerdmans, 2009), 91.

Mateo 1:18: πρὶν ἢ συνελθεῖν αὐτοὺς ("antes que se juntasen")

18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. (Mt. 1:18 R60) 
Τοῦ δὲ Ἰησοῦ Χριστοῦ ἡ γένεσις οὕτως ἦν. μνηστευθείσης τῆς μητρὸς αὐτοῦ Μαρίας τῷ Ἰωσήφ, πρὶν ἢ συνελθεῖν αὐτοὺς εὑρέθη ἐν γαστρὶ ἔχουσα ἐκ πνεύματος ἁγίου. 
Mateo nos relata el origen (navidad) de Yēšû el Mesías, ben Dāwid (hijo de David). Nuestro autor quiere dejar muy en claro a sus lectores que Jesús no tuvo un origen humano. El orden de palabras es inusual, pero se explica por el contexto. Se debe conectar esta perícopa con la genealogía precedente. Se nos informa que María estaba desposada con José. Ya hemos visto que los esponsales (μνηστεύω) se llevaban a cabo a muy temprana edad. Por ejemplo, Agripa I antes de morir en el año 44 d.C. desposó a sus dos hijas Mariamme (nacida el 34/35 d.C.) y Drusila (nacida el 38/39 d.C.) de 10 y 6 años [1]. Para nosotros tal práctica de comprometer a tan temprana edad es inaceptable, pero no así en dicho contexto histórico-cultural. La primera etapa de ’ērûsîn y qîddûšâ (los esponsales o compromiso) era elegir a una esposa. Las familias en medio oriente generalmente comenzaban y efectuaban los arreglos. Los varones contaban con 18 años y las mujeres 12 ó 12½ años.[2] La segunda etapa consistía en el arreglo oficial que era un acuerdo prenupcial delante de testigos, tanto varón como mujer entraban en el estado de compromiso, es decir, desposados. Este acuerdo era legalmente vinculante, era como un contrato que confería derechos legales al hombre sobre la mujer y sólo podía romperse mediante un proceso formal de divorcio.[3] Aunque había casos en que los desposados vivían en la casa del padre del esposo, en Galilea la mujer no dejaba la casa paterna hasta la boda.[4] La norma en cualquier caso era abstenerse de las relaciones maritales manteniendo su pureza sexual hasta la ceremonia de bodas. La infidelidad sexual durante la etapa de los esponsales fue considerada como adulterio cuya pena era la muerte por lapidación (cf. Lv. 20:10; Dt. 22:23–24). La ceremonia de bodas se llevaba a cabo 12 meses después del compromiso o esponsales[5]. Entre los romanos (desde el tiempo de Augusto) la ley requería un plazo de dos años.[6] El texto de Mateo no nos especifica el tiempo que llevaban comprometidos, pero vemos que José y María a pesar de su temprana edad mantenían su pureza sexual ya estando comprometidos.
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[1] Joachim Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús: Estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento (2ª ed.; Madrid: Cristiandad, 1980), 376, n. 54. 
[2] Cf. m. ’Abot. 5:21; b. Qiddushim 29b–30a. 
[3] Cf. m. Ketubot 1:2; 4:2. Se les trataba como “esposo” y “esposa”. 
[4] Cf. m. Ketubot 1:5; b. Ketubot 9b, 12a; Clinton E. Arnold, Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary Volume 1: Matthew, Mark , Luke (Grand Rapids: Zondervan, 2002), 11. 
[5] Cf. m. Ketubot 5:2; m. Nedarim 10:5. 
[6] Cf. Dio Cassius, Roman History 54.16.7

sábado, 15 de diciembre de 2012

Navidad, José, María y la adolescencia

http://uploads5.wikipaintings.org/images/bartolome-esteban-murillo/the-holy-family-with-the-little-bird.jpg

La navidad ha inspirado a los artistas que usando su imaginación han pintado las escenas relatadas en los evangelios. Desde mi infancia imaginé a José como un hombre mayor muy barbudo (casi anciano) y a su esposa, María, como una mujer adulta pero más joven que José. Como en los evangelios luego no se menciona a José, concluía que debió ser muy anciano cuando se casó y posiblemente había fallecido antes de que Jesús iniciara su ministerio. Todas estas ideas fueron alimentadas y reforzadas por el arte tradicional. Dejando atrás mi imaginación infantil, lo más probable es que José haya tenido entre 18 a 20 años al momento de desposar a María, pues esa era la edad normal para contraer matrimonio en el caso de los varones.[1] De acuerdo a la Mishná era aconsejable que un varón se case a los 18 años, a los 20 asuma la responsabilidad de proveer para la familia (m. ʾAbot 5:21). Se consideraba que un varón de 20 años y aún soltero gastaba todo el día en el pecado (b. Qiddushin 29b). Los judíos de la diáspora contraían matrimonio aproximadamente a los 22 años.[2] En el caso de las mujeres, la edad normal para contraer matrimonio era 12 a 12½ años.[3] Se consideraba como un mal proceder no dar en matrimonio a una hija una vez pasada la pubertad (m. Sanhedrin 76b; Pesiqta de Rab Kahana 11:6), había casos inusuales de mujeres casándose a los veinte. Los varones tenían que asumir responsabilidades de adulto a los 13 años (m. ʾAbot 5:21; ʾAbot de Rabbi Nathan 16A; Pesiqta de Rab Kahana Suplemento 3:2), y José a los 18 o 20 años ya reunía los requisitos para poder casarse.[4] 
En nuestra cultura occidental se considera la adolescencia como una etapa de crisis de identidad. Psicólogos, sociólogos y educadores consideran la adolescencia como una etapa del desarrollo que plantea una problemática constante. A contrapelo de lo que sucede en nuestra cultura, en la Biblia, y especialmente en las narraciones acerca del nacimiento de Jesús, José y María (dos adolescentes con toda probabilidad) son un modelo de fe, humildad y obediencia a la voluntad de Dios.
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[1] Joachim Jeremias, Las Parábolas de Jesús (3ª ed.; Estella: Verbo Divino, 1974), 159. 
[2] Corpus Inscriptionum Iudaicarum, 1:409, §553. 
[3] Hermann L. Strack y Paul Billerbeck, Kommentar zum neuen Testament aus Talmud und Midrasch (München: Beck, 1924), 374. 
[4] Craig S. Keener, The Gospel of Matthew: A Socio-Rhetorical Commentary (Grand Rapids; Cambridge: Eerdmans, 2009), 88.

Navidad y Papá Noel

La navidad es una celebración cristiana. Pero, la cultura consumista y materialista que nada tiene que ver con los valores cristianos la ha deformado usando la figura de Papá Noel. Sin embargo, Papá Noel no es cristiano, es hijo de esta cultura consumista y alienante. Aunque se trata de asociar a dicho personaje con Nicolás de Mira, francamente Papá Noel nada tiene que ver con Nicolás de Mira el cual no es ni mito ni leyenda, el cual sí fue cristiano. Nicolás no estaba en los centros comerciales para estimular el consumo. Nicolás no vivía en el polo norte, era un pastor que vivía entre la gente. Nicolás no esperaba diciembre para acordarse de la gente, Nicolás amaba a su prójimo y visitaba a los pobres. Nicolás era un discípulo de Jesús. Jesús no nació en un centro comercial, sino en una pequeña aldea, entre los pobres. Jesús se solidarizó con los seres humanos para darnos la liberación de nuestros pecados proveyendo un sacrificio sustitutorio. Como dice Pablo en su carta a los Gálatas 4:4-5:
4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Navidad está dentro del plan eterno de redención y eso se debe celebrar.
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viernes, 14 de diciembre de 2012

Tragedia

Como padre, al ver la angustia de otros padres allá en Connecticut, me ha sobrecogido el dolor. Tantas familias necesitando consuelo y nuestras oraciones... El dolor puede asaltarnos inesperadamente, y la perversidad humana nos sorprende. Muchas veces nos olvidamos que el corazón humano es engañoso más que todas las cosas y perverso (Jeremías 17:9). ¡Cuánta falta hace Jesucristo a la humanidad!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Jesús y el ángel del Señor

Los estudios cristológicos a veces incluyen como una manifestación del Hijo prexistente a la aparición del Ángel del Señor en el AT. Sin embargo, siempre existe la preocupación por los problemas ontológicos que esto conlleva. Parece que Tertuliano ya se enfrentaba a problemas de este tipo. Tertuliano (De carne Christi 14) tuvo cuidado de hacer esta distinción entre ontología y funcionalidad, es decir que el Hijo es presentado como ángel en tanto oficio y no en tanto su naturaleza:
…dictus est quidem magni consilii angelus, id est nuntius, officii non naturae vocabulo… 
Esto nos advierte del cuidado que se debe tener con las categorías filosóficas. El Ángel del Señor es prácticamente sinónimo del Señor (S. R. Driver 1906: 318) en un texto como Malaquías 3:1 (es probable que el vav allí sea epexegético, cf. Andrew E. Hill 1974: 269). Es muy significativo que el NT ve el cumplimiento de esta profecía en Jesucristo (Mt. 11:10; Mr. 1:2; Lc. 1:76; 7:27). Creo que las preocupaciones filosóficas son más nuestras que de los escritores bíblicos. Los textos angelomórficos más bien contribuyen a una cristología que defiende la deidad de Cristo.

jueves, 18 de octubre de 2012

La palabra "dispensación" en la Biblia y el dispensacionalismo

Desde mi infancia fui expuesto a aquel esquema de interpretación de la Biblia llamado "dispensacionalismo". No siempre fue fácil para mí entender y aceptar tal sistema. En una parte de mi adolescencia hasta lo cuestioné. Mis lecturas de literatura reformada me desafiaron aun más a revisarlo. Esto me obligó a buscar respuestas ya no en la lógica de la dogmática, sino en el texto por medio de la exégesis.
Por razones exegéticas, sostengo firmemente el premilenarismo, y para tristeza de algunos amigos no he abandonado el dispensacionalismo. Sin embargo, debo aclarar con firmeza que el dispensacionalismo, como toda construcción conceptual nacida de la mente humana, carece de infalibilidad. A veces, en esa "búsqueda por la infalibilidad" se apela a que en el NT aparece la palabra "dispensación" (en griego es οἰκονομία).
En la RV60 la palabra οἰκονομία ha sido traducida como "dispensación" sólo en Ef. 1:10 y 3:2. En la KJV la palabra οἰκονομία ha sido traducida al inglés "dispensation" sólo en 1 Co. 9:17; Ef. 1:10; 3:2; y Col. 1:25.
La pregunta es ¿la palabra griega οἰκονομία, tal como se usa en el NT y sus respectivos contextos, tiene todo el significado semántico que algunos dispensacionalistas le dan? El Dr. Daniel J. Fabricatore, un dispensacionalista, responde negativamente esta pregunta en su ponencia "A Lexical and Exegetical Examination of οἰκονομία". Pero, como Fabricatore afirma, esto no debilita al sistema dispensacionalista, pues el dispensacionalismo no depende del significado de la palabra οἰκονομία. Vale la pena leer dicho artículo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Las tres reglas fundamentales de la Hermenéutica: (1) CONTEXTO, (2) CONTEXTO, (3) CONTEXTO

Creo que si un alumno de Hermenéutica interioriza la necesidad fundamental de entender palabras, oraciones, párrafos en su contexto, ya aprobó el curso. El "infalible" Moisés Silva lo pone en estos términos:
...el contexto no sólo nos ayuda a entender el significado -el contexto virtualmente da el significado. Una introducción estándar a la ciencia lingüística nos informa que "entre los significados diversos que una palabra posee, el único que emergerá en la consciencia es aquél determinado por el contexto. Todos los otros son abolidos, extinguidos, inexistentes. Esto es verdad aún de palabras cuya significatividad parece estar firmemente establecida".[1]

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[1] Moisés Silva, Biblical Words and their Meaning: An Introduction to Lexical Semantics (ed. rev. y expandida; Grand Rapids: Zondervan, 1994), 139.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Recursos con relación a los pasajes de advertencias en Hebreos

Como mencioné, estoy leyendo el libro de Four Views on the Warning Passages in Hebrews. Me identifico con el artículo de Buist Fanning, pero la lectura de esta interactuación es fascinante y aleccionadora. Además de estos cuatro artículos y sus respectivas respuestas, hay algunas referencias que vale la pena leer. Por ejemplo,
  1. Scot McKnight, "The Warning Passages in Hebrews: A Formal Analysis and Theological Conclusions" en Trinity Journal 13NS (1992) 21-59. Hay una copia escaneada del artículo disponible en PDF aquí. Este es un artículo extenso defendiendo la posición arminiana (quienes enseñan que la "salvación se pierde").
  2. Thomas Schreiner, "Calvinism and the Warning Passages: A Brief Reply to Scot McKnight", esta es una muy breve réplica desde el punto de vista calvinista con un tono bastante irénico. Para un análisis más detallado ver The Race Set Before Us: A Biblical Theology of Perseverance & Assurance. Schreiner está de acuerdo con McKnight en que Hebreos 6:4b-5 describe a genuinos creyentes, pero que se trata de advertencias y no de descripciones. Estas advertencias son medios que Dios usa para preservar a los genuinos creyentes hasta el fin.
  3. Wayne Grudem, "Perseverance of the Saints: A Case Study from Hebrews 6:4-6 and the Other Warning Passages in Hebrews" en The Grace of God, the Bondage of the Will: Biblical and Practical Perspectives on Calvinism (Grand Rapids: Baker, 1995), 1:133-182. Hay una copia disponible del artículo en la página web del Dr. Grudem en PDF, ver aquí. Grudem defiende la seguridad de la salvación y que las personas a quienes se refiere Hebreos 6:4b-5 nunca habían experimentado verdaderamente la salvación.
  4. Bruce Compton, "Persevering and Falling Away: A Reexamination of Hebrews 6:4-6" DBSJ 1 (1996): 135-67. Disponible aquí. Similar al punto de vista defendido por Grudem.
Espero que sea de utilidad.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Rigor y humildad hermenéutica

Estoy leyendo el libro multiautoral: Four Views on the Warning Passages in Hebrews. Me edifica mucho el diálogo sostenido por los autores. En particular me encanta el ensayo escrito por B. Fanning. En dicho artículo (pág. 174), Fanning cita a William W. Klein ("Exegetical Rigor with Hermeneutical Humility: The Calvinist-Arminian Debate and the New Testament" en New Testament Greek and Exegesis: Essays in Honor of Gerald F. Hawthorne). Dicha cita me ha impresionado, y me ha hecho repensar esto. Con frecuencia, en el mundo evangélico se descalifican los puntos de vista distintos al propio acusando al contrincante teológico de carecer de una metodología correcta, como si los prejuicios sólo afectan negativamente sólo a nuestros oponentes y no a nosotros. Y, pensar que consideramos el amor hacia los enemigos como un imperativo de Jesús el Mesías. Pero, ¡qué poco amor se nota en los intercambios entre calvinistas y arminianos! Creo que podremos establecer un mejor y enriquecedor diálogo cuando dejemos de ver a quienes piensan diferente a nosotros como desorientados o como carentes de habilidad exegética.

viernes, 17 de agosto de 2012

Libro gratuito de Vern Sheridan Poythress: Inerrancia y cosmovisión

El Dr. Vern Sheridan Poythress es profesor de Interpretación del Nuevo Testamento en el Seminario Teológico Westminster y es el editor de la revista teológica de dicho seminario (Westminster Theological Journal). En otro artículo me he referido al Dr. Poythress y he destacado su actitud irénica al interactuar con teólogos que sostienen puntos diferentes al suyo. Resulta provechoso acceder a su libro Inerrancy and Worldview: Answering Modern Challenges to the Bible ["Inerrancia y cosmovisión: respondiendo a los modernos desafíos contra la Biblia"] (Wheaton: Crossway, 2012) que está disponible en PDF en la página del John Frame y Vern Poythress (www.frame-poythress.org).
Vía: Andy Naselli

jueves, 16 de agosto de 2012

Juan 3:17, "mundo" (κόσμος) y el subjuntivo "sea salvo" (σωθῇ)

La familiaridad con Jn. 3:16 a veces nos lleva a prestar poca atención a los textos circundantes. Uno de tales textos es el interesantísimo Jn. 3:17: 
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar [ἵνα κρίνῃ subjuntivo aoristo] al mundo, sino para que el mundo sea salvo [ἵνα σωθῇ subjuntivo aoristo] por él. (Jn. 3:17 R60). 
Este texto es tan importante antropológicamente y soteriológicamente como Jn. 3:16. En Jn. 3:17 la palabra κόσμος ocurre tres veces. Existe cierta discusión acerca del significado de κόσμος en el evangelio de Juan. Un problema es que si en Jn. 3:16 κόσμος se refiere a toda la humanidad, entonces Dios salvará a toda la humanidad (universalismo). Esto ha sido rechazado pues el v. 18 dice: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Jn. 3:18 R60)”. Una solución es enfatizar que σωθῇ es un subjuntivo (aoristo pasivo) de σῴζω (“salvar”) en el v. 17. Se sostiene que como se trata de un subjuntivo que expresa “deseo” (Robertson, 1919: p. 926), entonces sólo se trata del buen deseo Divino de salvar a la totalidad de la humanidad, pero que no se cumplirá. El problema con esta solución es que es atomística, sólo se basa en el modo verbal subjuntivo y no toma en cuenta las relaciones sintácticas, la estructura y el contexto. Se trata de una cláusula de propósito construida: ἵνα + subjuntivo (Wallace, 1996: p. 472). Para Robertson es evidente que existe una equivalencia práctica entre el futuro indicativo y el subjuntivo aoristo en cláusulas subordinadas construidas con partículas como ἵνα (Robertson, 1919: p. 928). Por ejemplo, esta construcción aparece en el v. 16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que [ἵνα] todo aquel que en él cree, no se pierda [μὴ ἀπόληται subjuntivo aoristo medio], mas tenga [ἔχῃ subjuntivo presente activo] vida eterna” (Jn. 3:16 R60). Supongo que pocos argumentarán que la expresión “para que… no se pierda [ἵνα… μὴ ἀπόληται]” es solamente un buen “deseo”. ¡Entendemos que aquí se revela un firme propósito y resultado por parte de Dios! Otros ejemplos del uso de esta construcción son: “Éste vino por testimonio, para que diese testimonio [ἵνα μαρτυρήσῃ subjuntivo aoristo] de la luz, a fin de que [ἵνα] todos creyesen [πιστεύσωσιν subjuntivo aoristo] por él” (Jn. 1:7 R60); “No era él la luz, sino para que diese testimonio [ἵνα μαρτυρήσῃ subjuntivo aoristo] de la luz” (Jn. 1:8 R60); etc. Esta construcción es frecuente en el evangelio de Juan, sólo no aparece en el cap. 21 (cf. Jn. 1:7,8,19,22,27,31; 2:25; 3:16,17,20,21; 4:8,34,47; 5:7,14,34,36; etc.). Pablo usa una construcción así en 1 Co. 5:5 para expresar propósito y no tanto sus buenos deseos (“a fin de que el espíritu sea salvo” ἵνα τὸ πνεῦμα σωθῇ subjuntivo aoristo). Por ello, la expresión “para que el mundo sea salvo por él” no indica tan sólo deseo, sino propósito y hasta resultado (cf. Wallace, 1996: pp. 973-974). Es evidente que Juan no está enseñando el universalismo (todos serán salvos, contra Jn. 3:16,18). Si es así, una solución es que κόσμος se refiera sólo a los que han creído de acuerdo a Jn. 3:16,18 que de todos modos están incluidos en el κόσμος en el v. 16 (así se ha entendido en un léxico tan prestigioso como BDAG). El problema es que κόσμος tendría por lo menos dos niveles de referencia. Otra solución de índole teológica es apelar a las dos voluntades de Dios (de decreto y de mandato) que aquí no se trata de una voluntad de decreto por parte de Dios. Pero, no es convincente a todos cuando se le compara con otras cláusulas de propósito en donde Dios es el sujeto de la acción.

viernes, 27 de julio de 2012

Matando al calvinismo

Andy Naselli ha llamado mi atención al citar un mensaje en Twitter de John Piper recomendando la lectura del libro de Greg Dutcher, Killing Calvinism: How to Destroy a Perfectly Good Theology from the Inside ["Matando al calvinismo: cómo destruir una teología perfectamente buena desde el interior"] (Adelphi: Cruciform, 2012). El índice es muy instructivo. Ya sea que uno se incline al calvinismo o no, creo que lo señalado por Greg Dutcher podría aplicarse a cualquier "-ismo". Es de valorar la actitud honesta y autocrítica de alguien dentro del calvinismo como Greg Dutcher. Estos son los ocho títulos (que traduje libremente al español):
  1. Por amar al calvinismo como un fin en sí mismo 
  2. Por convertirse en un teólogo en lugar de un discípulo 
  3. Por amar la soberanía de Dios más que a Dios mismo 
  4. Por perder una urgencia en el evangelismo 
  5. Por aprender solamente de otros calvinistas 
  6. Por tratar de que no queden “cabos sueltos” en la Biblia 
  7. Por ser un sabelotodo arrogante 
  8. Por burlarse de los inconvenientes que tienen otros con el calvinismo
La observación #2 es estupenda, pues es fácil que seamos asaltados por el orgullo y querramos proyectar una imagen en lugar de ser seguidores.
Actualización: He agregado el enlace a esta muestra del libro (30 págs.). Killing Calvinism: How to Destroy A Perfectly Good Theology from the Inside (Sample)

Presentación de la "Ortografía básica" por la RAE

miércoles, 25 de julio de 2012

Timoteo ¿"tímido"?


Τάχα τις ἡγεῖται ἀνάξιον εἶναι τῆς ἀνδρείας τῆς Τιμοθέου τὴν παράκλησιν ταύτην· ἀλλ' οὐ Τιμοθέου ἕνεκεν τοῦτο εἴρηται, ἀλλὰ τῶν ἀκουόντων…[1]
Quizá alguien pueda pensar algo indigno del valor de Timoteo en esta exhortación. Pero, no por Timoteo se dice, sino por los oyentes…

Estoy repasando las citas acerca de Timoteo en el NT para mis notas en un breve estudio para una clase en un congreso de jóvenes. Uno de los problemas que he encontrado en los estudios bíblicos es la reconstrucción del carácter de los personajes bíblicos. Las categorías psicológicas modernas que usamos muchas veces no hacen justicia a los datos bíblicos, y por otro lado, la escasez de los datos debería ser razón suficiente para no aventurarnos en descripciones dogmáticas del carácter de un personaje bíblico. Lo que tenemos son atisbos de los personajes. No soy agnóstico con relación a las probables reconstrucciones del carácter de algún personaje bíblico. Mi punto es que debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y admitir que tenemos sólo algunos rasgos sujetos a interpretación.
Por ejemplo, con cierta frecuencia se señala la timidez de Timoteo. Es casi proverbial referirse a ella. Esto ocurre entre los expositores modernos.[2] Según mi parecer, hay factores contextuales que no se han tomado suficientemente en cuenta respecto a los textos de prueba que sustentan la hipótesis del "tímido" Timoteo.
Los textos en cuestión son 1Co 16:10 y 2Ti 1:7. Resulta irónico que dos textos sean usados para aseverar el temperamento tímido de Timoteo sin tomar en cuenta que la mayoría de referencias en Hechos, la epístola a los Hebreos y las epístolas de Pablo nos muestran a un Timoteo con suficiente valor y fuerza de personalidad como para ser el representante del apóstol Pablo en varias congregaciones. Con relación a los textos de 1Co 16:10 y 2Ti 1:7, vale consultar el artículo de Christopher R. Hutson, “Was Timothy Timid? On the Rhetoric of Fearlessness (1 Cor 16:10–11) and Cowardice (2 Tim 1:7)”, BR 42 (1997): 58–73. Como Hutson arguye convincentemente, no hay base para concluir que Timoteo era tímido.
Nada en las cartas de Pablo o en los Hechos refleja negativamente sobre el temperamento de Timoteo o sugiere que él era "cualquier cosa menos un evangelista fuerte, confiable, y sacrificado" (Hutson 1997: 65).[3]
Gordon Fee hace una breve y acertada semblanza de Timoteo que resumo así:
  • En varias ocasiones, Pablo llama a Timoteo “mi hijo amado y fiel en el Señor” (1 Co 4:17; cf. Flp 2:22; 1 Ti 1:2; 2 Ti 1:2), y su “colaborador” (συνεργός) en el evangelio (Ro 16:21; cf. 1 Ts 3:2; 1 Co 16:10; Flp 2:22). 
  • Como su hijo, Timoteo era el compañero más íntimo de Pablo (1 Ti 4:6; 2 Ti 3:10-11; cf. 2 Ti 1:13; 2:2); compartía su punto de vista (Flp 2:20) y podía encaminar a las iglesias de acuerdo a esa perspectiva (1 Ts 3:2-3; 1 Co 4:17). 
  • Como colaborador, Timoteo se había encargado previamente de tres iglesias: Tesalónica (ca. 50 d.C; 1 Ts 3:1-10), Corinto (ca. 53-54 d.C.; 1 Co 4:16-17; 16:10-11), y Filipos (ca. 60-62 d.C.). 
  • También colaboró en seis de las cartas existentes de Pablo (1 y 2 Ts; 2 Co; Col; Flm; Flp; cf. Ro 16:21).
Actualmente, noto una tendencia a rechazar la imagen de un pelele Timoteo, lo cual hace justicia al conjunto global de los textos del NT.[4]


[1] Juan Crisóstomo, Hom. 1 Cor. (XLIV) 61.373.25 (NPNF, 12:263).
[2] Cf. Walter Lock, A Critical and Exegetical Commentary on the Pastoral Epistles (I & II Timothy and Titus) (Edinburgh: T. & T. Clark, 1924), 86; Donald Guthrie, vol. 14, Pastoral Epistles: An Introduction and Commentary (TNTC; Nottingham, England: Inter-Varsity, 1990), 141,144; G. F. Hawthorne, “Timothy” en ISBE 4:858. Ver también, William Hendriksen, 1 y 2 Timoteo y Tito (Grand Rapids: Desafío, 1979), 260; Simon J. Kistemaker, 1 Corintios (Grand Rapids: Desafío, 1998), 656.
[3] David E. Garland, 1 Corinthians (BECNT; Grand Rapids: Baker Academic, 2003), 759.
[4] Cf. Roy E. Ciampa y Brian S. Rosner, The First Letter to the Corinthians (PNTC; Grand Rapids; Cambridge: Eerdmans, 2010), 851 n28; William D. Mounce, Pastoral Epistles (WBC 46; Dallas: Word, 2002), 477-479; Anthony C. Thiselton, The First Epistle to the Corinthians: A Commentary on the Greek Text (NIGTC; Grand Rapids: Eerdmans, 2000), 1331.

martes, 24 de julio de 2012

"Entonces dijo Dios: Hagamos..." (wayyōʾmer ʾĕlōhîm naʿăśe..., Génesis 1:26)

Para quien desee conocer las diferentes interpretaciones que se han dado al uso del plural "hagamos" ( נַעֲשֶׂה naʿăśe) en Gn 1:26 recomiendo el estudio de estas dos publicaciones (en inglés), ambas disponibles en PDF:
  1. D. J. A. Clines, "The Image of God in Man", TynBull 19 (1968) 53-103. 
  2. Gerhard F. Hasel, "The Meaning of 'Let Us' in Gen 1:26", AUSS 13 (1975) 58-66.
Hace poco supe que hay un grupo religioso que "interpreta" el plural "hagamos" como YHWH dirigiéndose a una supuesta "diosa madre". Obviamente esta clase de diteísmo (dios + diosa) colisiona con el estricto monoteísmo judío (cf. Dt 6:4).