jueves, 9 de julio de 2009

Frank vs Francis Schaeffer y Éx. 20.12

Foto: interfaithradio.org


Uno de los primeros autores que leí fue el finado Francis Schaeffer. Su trabajo como crítico de la cultura contemporánea despertó mi interés por indagar sobre la teología y la filosofía contemporánea. Entiendo que como cualquier cristiano, Francis Schaeffer no era infalible ni perfecto. Ha sido criticado por muchos otros autores serios. Lo que me sorprende es que el enemigo más implacable que ha tenido el Dr. Francis Schaeffer es su propio hijo Frank Schaeffer. Pues, Frank Schaeffer se alejó del protestantismo y se unió a la iglesia ortodoxa. Las críticas de Frank Schaeffer a los evangélicos han sido severas. Pero, la persona que más ha criticado es a su padre, y no sólo a su padre, sino también a su madre, Edith Schaeffer. Frank Schaeffer muestra en su libro Crazy for God a un fanático, hipócrita y violento Francis Schaeffer. Los esposos Schaeffer, de acuerdo a Frank Schaeffer, estaban “locos por Dios.” Os Guinness, quien ha convivido con los Schaeffer y con el mismo Frank Schaeffer, ha escrito una crítica acerca de este libro.

No se espera que los hijos estén de acuerdo en todo con sus padres, eso es obvio (¡tengo dos hijos!). Sin embargo, en casos como éste, me pregunto ¿cuál es el alcance del mandamiento de honrar a los padres?




כַּבֵּד אֶת־אָבִיךָ וְאֶת־אִמֶּךָ


Honra a tu padre y a tu madre


Ex. 20.12


La palabra כַּבֵּד está en Piel imperativo, y significa “honrar.”[1] Me agrada el comentario que hace Nahum M. Sarna:


De hecho, la obligación de respetar es gozada solamente por Dios y por los padres, y el ofensor en cualquiera de las dos instancias es propenso a la pena máxima. Los paralelos apuntan a la suprema importancia que la Torah asigna a la integridad de la familia para beneficio de la estabilidad de la sociedad y de la continuidad generacional. La vida familiar es la roca sobre la cual la sociedad judía descansa. Ningún otro ítem en el Decálogo es formulado de un modo similar únicamente en términos positivos, y para ningún otro hay una promesa de recompensa. El profeta Ezequiel incluyó la deshonra a los padres entre los pecados graves que caracterizaron la generación de la destrucción del Primer Templo.[2]



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[1] HALOT, 455-6.

[2] Nahum M. Sarna, Exodus (The JPS Torah Commentary; Philadelphia: Jewish Publication Society, 1991), 113.

2 comentarios:

Unknown dijo...

estoy sumamente sorprendido con la noticia de que el hijo de Schaeffer abandonara la fe cristiana para unirse a la católica griega, todo esto me hizo recordar a Samuel y sus hijos...

Anónimo dijo...

Bueno, al fin y al cabo, la "catolica griega" tambien es una "fe cristiana", proviene de la misma raiz que el evangelismo, y tiene mas historia y tradicion. No se ha "alejado" tanto como si se hubiese convertido al budismo, islamismo o hinduismo.