sábado, 28 de mayo de 2011

Éxodo 25.10: El diseño, material base y tamaño del arca.

“Harán también un arca”. La palabra אֲרוֹן ʾărōn puede ser traducida como “caja”, “cofre”, “arca”, “ataúd”, “sarcófago”.[1] Es obvio que este objeto, que era un tipo de caja, por su diseño serviría para guardar dentro del mismo algo muy sagrado.
“de madera de acacia”. Se han dado variedad de interpretaciones para explicar el uso de esta madera. Esta madera se extrae de un árbol con el mismo nombre, en el texto hebreo se denomina שִׁטָּה šiṭṭîm palabra que designa un árbol de la familia de las mimosáceas (Mimosoidea), la acacia nilotica (o mimosa nilotica), aunque hay quienes la identifican con la acacia seyal. Se trata de uno de los arbustos espinosos más abundantes en esa región del desierto sinaítico. No se precisa la especie de acacia que se usó, pero es muy probable que se haya usado la madera dura de la acacia nilotica o la seyal. Dios instruyó que se use esta madera porque sencillamente era el árbol disponible en el paisaje yermo del Sinaí. Dios no pide materiales inaccesibles a los israelitas. Por otro lado, el uso de la madera que luego sería revestida de oro aligeraría el peso haciendo posible su traslado.
“cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio”. El codo era la medida promedio desde el codo del brazo de un hombre hasta la punta de los dedos (cf. Dt 3.11). Si el codo equivalía aprox. 44/50 cm, entonces las medidas en centímetros serían aprox. 110/125 cm de largo x 66/75 cm de ancho x 66/75 cm de alto.[2] El arca tenía un tamaño apropiado como para que pudiese ser transportada. Era un instrumento portátil (resulta muy significativo que Dios no les da una carga pesada), para que se redujeran las dificultades de transporte. Recuérdese que los israelitas tenían que moverse continuamente.

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[1] Cf. BDB, 75. Mencionada ca. 180 veces (Walter C. Kaiser, Jr., Exodus [EBC; edición electrónica]).
[2] En la Biblia del Peregrino 1 codo = 50 cm. Por ello se dan las siguientes medidas: “ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto”.

¿Por qué se detalla el diseño del arca en primer lugar (Éxodo 25.10-23)?

Desde el capítulo 25 hasta el final del libro del Éxodo, se enfatiza la adoración. En los 9 primeros versos del cap. 25 se introduce el tributo voluntario para el tabernáculo. Lo lógico habría sido iniciar el relato con la descripción del diseño del tabernáculo y luego describir cada uno de los objetos que estarían en el interior. Sin embargo, debido a su relevancia, la primera cosa descrita en la lista de instrucciones dadas a Moisés es el arca de Dios que tenía encima su cubierta o tapa, el kappōret ("cubierta de la expiación" traducido como "propiciatorio"). Acerca del kappōret William Tyndale fue el primero en traducir esta palabra como mercy seat ("sede de misericordia"), Lutero adoptó ese significado en su traducción de 1534 Gnadenstuhl ("sede de misericordia"). El propósito del arca era doble: contener el testimonio (el pacto de Dios con su pueblo), y ser el punto de contacto entre Dios y Su pueblo.[1]
En la adoración, debemos asegurarnos que estamos en la misma presencia de Dios. Pues, podemos cometer el pecado craso de realizar una serie de actos litúrgicos o cultivar hábitos religiosos sin que nuestro ser esté ante y con Dios, en Su presencia. Y, no puede haber presencia de Dios sin Jesucristo.

Actualización: Para quienes desean descargar en PDF la traducción de Tyndale, ver aquí.

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[1] Cf. Douglas K. Stuart, Exodus (NAC 2; Nashville: Broadman & Holman Publishers, 2006), 567; Walter C. Kaiser, Jr., Exodus (EBC; edición electrónica).

viernes, 27 de mayo de 2011

¿Érase una vez un reformado, Harold Camping?

Luego del estrepitoso fracaso de Harold Camping al pretender fijar fecha para el día del juicio, la red se ha llenado de todo tipo de reacciones. Camping afirmó que el día del juicio sería el 21 de mayo del 2011. Resulta interesante que muchos predijeron que Camping fallaría. Hasta circuló en el Perú la noticia "Hombre gasta 140 mil dólares para anunciar fin del mundo", refiriéndose a lo que hizo Robert Fitzpatrick quien trabajaba en el servicio de transporte público de Nueva York. Toda esta vorágine de sucesos despertó el prurito por conocer más acerca de la vida de Harold Camping. Lo anecdótico de la biografía de Camping es su pasado. Se nos informa, según W. Robert Godfrey (ver "The End of the World According to Harold Camping: Part 1"), que Camping era un "conservador, adherente tradicional de la Iglesia Cristiana Reformada y permanecería así por muchos años. ...También, la ICR era aún estrictamente reformada, interpretando la Biblia a la luz de los estándares confesionales de la iglesia: la Confesión Belga, el Catecismo de Heidelberg, y los Cánones de Dort. Camping abrazó fuertemente y enseñó la doctrina y piedad de la ICR en las cuales había crecido". Camping es un calvinista dortiano que suscribe sin reservas el acrónimo en inglés TULIP (ver "God's Magnificent Salvation Plan" por Harold Camping). Obviamente es un non sequitur que Camping, por ser un calvinista dortiano, probaría que el calvinismo es un error. Sin embargo, los arminianos están agradecidos que Camping no sea arminiano. Y, los calminianos agradecen que Camping tampoco sea calminiano... ;-)

Actualización: Aclaro que quien ha señalado con amplitud las convicciones reformadas de Camping ha sido W. Robert Godfrey quien es ministro de la Iglesia Reformada Unida y Presidente y profesor de historia de la iglesia en el Seminario de Westminster en California, un seminario reformado.

jueves, 26 de mayo de 2011

La justicia y las instituciones sociales

Aunque no esté de acuerdo con las propuestas teológicas del teólogo metodista José Míguez Bonino, su evaluación sobre la cuestión de la justicia en el marco de las instituciones sociales es pertinente.
La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento. Una teoría, por muy atractiva y esclarecedora que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera; de igual modo, no importa que las leyes e instituciones estén ordenadas y sean eficientes; si son injustas han de ser reformadas o abolidas. Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que incluso el bienestar de la sociedad como un todo no puede atropellar… La única cosa que nos permite asentir a una teoría errónea es la falta de una teoría mejor; análogamente una injusticia sólo es tolerable cuando es necesaria para evitar una injusticia aún mayor. Siendo las primeras virtudes de la actividad humana, la verdad y la justicia no pueden estar sujetas a transacciones.[1]

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[1] José Míguez Bonino, Poder del evangelio y poder político (Buenos Aires: Kairós, 1999), 39.

Fujimorismo e Isaías

No suelo escribir sobre cuestiones políticas no porque sea ajeno a tales asuntos, o que apoyo una actitud apolítica. Entiendo que hay suficientes principios en las Escrituras los cuales han informado, reformado y transformado mi discernimiento de la realidad socio-política peruana y latinoamericana. En la Biblia, Dios no es indiferente a los asuntos políticos, y por cierto que el enemigo de nuestras almas tampoco está al margen. Los profetas de Israel, el Señor Jesucristo y los escritores del Nuevo Testamento no permanecieron callados ante quienes estaban en el poder. Denunciaron no sólo a los grupos de poder que abusaron del pueblo, sino que denunciaron al sistema que legitimaba tal opresión. Usualmente los opresores del pueblo tenían en su haber, además, la corrupción. Si hay algo que en el período fujimorista sucedió, aquello queda muy bien descrito por lo que dijo Isaías:
Isaías 1:23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Grudem y el supuesto liderazgo masculino en todas las áreas

A mi juicio, la lógica de algunos (ver aquí) que defienden el liderazgo masculino que lleva a la conclusión que un cristiano no debe dar su voto a una candidata mujer apelando a textos bíblicos como 1 Timoteo 2.12 es una falacia de generalización apresurada, y por otro lado, es un non sequitur ("no se sigue" de estos textos en sus debidos contextos). Es conocido que el teólogo bautista Wayne Grudem defiende el liderazgo masculino en el hogar y la iglesia, pero a su vez manifiesta su desacuerdo a que tal principio se maximice, y por ende, se aplique a todas las áreas de la vida. Grudem se expresa así en respuesta al argumento de Sarah Sumner que ya he citado (ver aquí):
El argumento de Sumner se basa en un error clásico en la interpretación bíblica, un error que toma un principio hallado en la Biblia e intenta maximizarlo por encima de otras cosas que la Biblia enseña, con el resultado que aquellas otras cosas son en última instancia negadas. El problema es que el principio del liderazgo masculino no es el único principio en la Biblia. Hay otro principio, y tal es el principio de la igualdad masculina-femenina a la imagen de Dios. Por medio del propio razonamiento de Sumner, alguien podría decir "Es inconsistente aplicar el principio de igualdad solamente a cosas tales como el valor, la importancia y la personalidad. La consistencia requiere que los hombres y las mujeres sean iguales en cada manera, incluyendo todos los roles que ellos cumplen en el matrimonio y en la iglesia. ¡El principio de igualdad requiere que no haya diferencias!"
Lo que es incorrecto tanto con el principio de "siempre seguir un liderazgo masculino" como con el principio de "siempre seguir la igualdad masculina-femenina" es que ello no depende de nosotros decidir de qué manera estos grandes principios de la Escritura deben combinarse y aplicarse en distintas situaciones. Depende de Dios, quien tiene sus propios propósitos y cuya sabiduría es infinitamente más grande que la nuestra.
¿cómo sabemos qué principios aplicar? Nosotros simplemente debemos obedecer la Biblia en la aplicación específica de estos principios. Lo que encontramos en la Biblia es que Dios ha dado mandamientos que establecen un liderazgo masculino en el hogar y en la iglesia, pero que otras enseñanzas en Su palabra dan considerable libertad en otras áreas de la vida. No deberíamos tratar de exigir o más de lo que la Biblia exige o menos de lo que ella requiere.[1] (negritas mías)
Es un non sequitur que por lo dicho se piense que estoy defendiendo la candidatura de Keiko Fujimori, cuya postulación para efectos de esta discusión es entermanete circunstancial. Pero, estoy en desacuerdo que se juzgue a cristianos por dar su voto a una candidata mujer. Hay otros principios meridianos en las Escrituras que tienen una relevancia política mayúscula como la lucha decidida contra la injusticia social (tan denunciada por los profetas del AT), velar por el orden castigando severamente el crimen y la corrupción (cf. Ro 13.3-4), vocación de servicio (nótese el uso de λειτουργοὶ θεοῦ "servidores de Dios" en Ro 13.6), entre otras cosas. Nuestro deber es orar por nuestras autoridades para que conozcan la verdad del evangelio, y nosotros vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad (1 Ti 2.2).

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[1] Wayne Grudem, Evangelical feminism and biblical truth (Sisters, Oregon: Multnomah Publishers, 2004), 382-393.

martes, 24 de mayo de 2011

"El liderazgo masculino o se aplica a todas las áreas o no se aplica a ninguna"

De acuerdo a Sarah Sumner, la lógica del liderazgo masculino debe aplicarse a todas las áreas. Si no se aplica, entonces quedaría demostrada la inconsistencia del complementarianismo. Parece que algunos evangélicos en el Perú, también, siguen esa misma lógica para tomar decisiones electorales. La línea de razonamiento de Sumner es así:
Si es incorrecto que una mujer enseñe a un varón sobre la base del orden de la creación, entonces debe ser incorrecto que una mujer le dé lecciones de piano a un varón. Si per se la enseñanza de ella hacia él trastorna el orden de la creación, entonces cualquier cosa que ella le enseñe debe ser considerada incorrecta. En otras palabras, si es incorrecto en principio para lo segundo enseñar lo primero, entonces es incorrecto para una mujer enseñar a un varón... Es ilógico creer que es incorrecto desafiar el orden de la creación solamente en la "casa de Dios"... Si el orden de la creación es un principio general, entonces debería ser aplicado en todos los ámbitos. En lugar de ello, es aplicado inconsistentemente y selectivamente[1]

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[1] Sarah Sumner, Men and Women in the Church: Building Consensus on Christian Leadership (Downers Grove: InterVarsity Press, 2003), 227.

Keiko, Ollanta, la Biblia y la cuestión del género

En el Perú, este próximo 5 de junio del presente, se realizará la segunda vuelta para la elección presidencial. Los candidatos son Keiko Sofía Fujimori Higuchi y Ollanta Moisés Humala Tasso. La coyuntura es interesante porque entre algunos cristianos evangélicos en el Perú la cuestión del género constituye un factor determinante para decidir su voto. Obviamente, la candidata de género femenino es la afectada electoralmente por quienes no le darían su voto por causa de su género. La lógica, según algunos, es muy simple.
La mujer no debe ejercer dominio sobre el varón,
Tal candidata es mujer
Ser presidente le daría dominio sobre los varones (incuído su esposo),
Por tanto, no se debe votar por ella.
Se apela a 1 Timoteo 2.12:
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
διδάσκειν δὲ γυναικὶ οὐκ ἐπιτρέπω οὐδὲ αὐθεντεῖν ἀνδρός, ἀλλ᾽εἶναι ἐν ἡσυχίᾳ.
Por otro lado, se opina que como mujer joven, debería ser cuidadosa de su casa apelando a Tito 2.3-4.
Este tema es muy sensible. Las personas generalmente reaccionan con adjetivos y argumentos ad hominem, algo que simplemente no vale la pena hacer porque tal proceder impide todo diálogo. Lo que me interesa es la línea exegética que se sigue para hacer afirmaciones de este tipo. Debemos evaluar nuestros procesos exegéticos por medio de los cuales arribamos a conclusiones. Es necesario formular preguntas exegéticas como: ¿Eso era lo que Pablo quiso decir a los hermanos y hermanas de Éfeso y de Creta? ¿Así entendieron las palabras paulinas tanto los hermanos y hermanas de Éfeso como los de Creta?

Ver también:
"El liderazgo masculino o se aplica a todas las áreas o no se aplica a ninguna"
Grudem y el supuesto liderazgo masculino en todas las áreas

sábado, 14 de mayo de 2011

Estamos gozosos por el nacimiento de nuestra hijita

 Mi bella esposa y nuestros hermosos hijos.
Mi esposa y nuestra preciosa bebé, Verité.

El día jueves 12 de mayo del 2011, a las 01:59 AM, nació nuestra bebé. Su nacimiento estaba programado para el 22 de mayo, se adelantó por 10 días. Quería compartir esta grata noticia, gozándonos por nuestra nueva herencia de Jehová, pues "He aquí, herencia de Jehová son los hijos" (Sal. 127.3). Nuestra hijita se llama Verité (fr. "verdad") en alusión a las palabras de Jesucristo registradas en Juan 8:32:
"y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".
Y como lo traduce la versión francesa de la Biblia de Jerusalén:
"et vous connaîtrez la vérité et la vérité vous libérera".
Dios sea glorificado en nuestras vidas y en las vidas de nuestros hijos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Comentario bíblico sobre Sofonías, Habacuc y Abdías de Cornelio Rivera

Rivera, Cornelio
Advertencia, Juicio y Restauración (para adquirirlo se puede visitar la página de la Librería Editorial Cristiana)
Un comentario exegético y homilético: Sofonías, Habacuc y Abdías
Prólogo de Evis Luis Carballosa
Buenos Aires: Librería Editorial Cristiana, 2010. 478 páginas.

Todos quienes hemos escuchado al hermano Cornelio Rivera hemos sido impactados por su claridad y sencillez con que expone las Escrituras. Y, quienes hemos disfrutado de su trato cordial, podemos anticipar que la lectura de un comentario escrito por el hermano Rivera es algo que se disfrutará. Pues, precisamente, este comentario ha cautivado mi atención por las siguientes razones.
Este comentario llena un enorme vacío en la literatura evangélica de habla hispana. Los comentarios exegéticos acerca de los libros del Antiguo Testamento escritos por autores evangélicos de habla hispana son escasos, y más aún tratándose de los profetas menores. El hermano Cornelio Rivera, en este trabajo, evidencia un manejo de la gramática hebrea que le permite explicarnos con maestría los aspectos semánticos, sintácticos y contextuales del texto de Sofonías, Habacuc y Abdías.
El hermano Cornelio Rivera presta atención a los aspectos contextuales en el proceso de la exégesis. Al inicio de la obra nos provee del trasfondo histórico necesario para comprender el mensaje de los profetas que fue dado en el tiempo y en el espacio.
En el comentario, el hermano Cornelio Rivera nos brinda junto con el texto de la Reina-Valera 1960 su propia traducción del texto hebreo. Al estudiante del Antiguo Testamento interesado por comprender los matices del hebreo esta traducción es una herramienta de inestimable valor.
Por ejemplo, comentando acerca de un texto muy conocido, y hasta cantado en nuestro contexto, como lo es Sofonías 3.17, el hermano Cornelio lo traduce (pp. 185-186):
17 Yahweh tu Dios está en medio de ti;
poderoso Él salva;
se delita contigo con alegría;
te hace callar con su amor;
se goza por ti con gritos de jubilo.
Luego, comentando la frase "se goza por ti con gritos de júbilo", el hermano Cornelio dice (pp. 187-188):
Mientras que Yahweh silencia y pone fin al sufriente clamor y desesperación de Israel, el propio sentir divino se les anuncia diciéndoles que Él "se goza por ti con gritos de jubilo". La raíz del verbo que aquí se usa para "gozar" ( גיל ) tiene como sentido primordial la idea de rodear, de donde se deriva el concepto de efusivamente demostrar júbilo dando vueltas en círculo. Este habría sido un sentir que Israel entendía, porque era algo que lo habían expresado en conexión con la liberación que Yahweh les proveía (Sal. 13:5[6]; 14:7; 16:9-10; 21:1; 118:24-25; Is. 9:3[2]; 35:1-2). Pero ahora es Yahweh mismo quien lo hace, habiendo purificado a la nación y habiéndoles restituido a una posición de bendición. La satisfacción y aprobación divina de su pueblo se da a conocer públicamente en forma audible. "Gritos" es el sustantivo que corresponde al imperativo "grita" del v. 14. El empleo de la raíz en el AT, en forma preponderante es para indicar, no un cántico como hoy día se conoce (RVR60; LBA "cantos") sino un sonido fuerte y audible, el cual puede ser un exclamación de dolor ("clamor" 1 R. 8:28; 2 Cr. 6:19; Sal. 17:1; 61:1; 88:2; 106:44; 119:69; 142:6[7]; Jer. 7:16; 11:14; 14:12), o de "júbilo" (Sal. 47:1; 105:43; 107:22; 118:15). El contexto habrá de determinar cuál es la intención, y en Sofonías es claro que el grito es uno de júbilo, por lo cual se ha añadido esta palabra en letra cursiva. [lo subrayado es mío]
La lectura de este comentario manifiesta la pericia exegética del hermano Cornelio Rivera.
Finalmente, una de las características de las exposiciones del hermano Cornelio Rivera es su forma de aplicar la Biblia y resaltar la relevancia de los oráculos antiguos al hombre de hoy. Para ello, el hermano Rivera ha incluido en su obra apuntes para la predicación. Estos apuntes están constituidos por un
• Resumen descriptivo,
• Idea exegética,
• Idea homilética,
• Puntos principales de predicación,
• Conclusión,
• Título del mensaje con su introducción.
Es un placer dar la bienvenida a este trabajo del hermano Cornelio Rivera, y esperamos que su pluma siga produciendo obras de esta naturaleza para la edificación del pueblo de Dios.

martes, 3 de mayo de 2011

Salomón y el día de la madre

"En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él".
1 R 3.16
En estos días previos al día de la madre, la mayoría aprovecha el tiempo para rebuscar los mejores adjetivos para dedicárselos. También, buscamos relatos bíblicos que nos confronten, y nos presenten el paradigma de la maternidad a seguir. Frente a la pérdida del instinto maternal en algunas mujeres de nuestra sociedad occidental que se caracteriza por ser predatoria, ególatra y consumista, es urgente ser confrontados con la Biblia. Una historia bíblica que suele evocarse en este tiempo es la de aquellas dos mujeres que ante Salomón exigieron justicia. Este relato constituye una de las historias más conocidas del Antiguo Testamento.
Como evidencia de que Dios le había dado a Salomón “corazón sabio y entendido” (1R 3.12), ahora la sabiduría otorgada es puesta a prueba. Dos mujeres, madres, acuden por justicia ante el sabio rey Salomón. Algo que comúnmente se olvida, o se omite por escrúpulos, es que estas dos mujeres eran prostitutas. Tal dato quiso ser disimulado por los antiguos maestros del Targum usando la palabra “mesoneras”. Pero, tales intentos son incorrectos. La Reina-Valera 1960 correctamente traduce el sustantivo זֹנ֖וֹת como “rameras” (זֹנָה, “prostituta, ramera”). En el antiguo Cercano Oriente la prostitución sagrada y secular fue practicada. Las mujeres que la practicaban eran esclavas, hijas vendidas por sus padres, mujeres pobres que nunca tuvieron la oportunidad de casarse o que habían perdido a sus esposos. La expectativa normal de una mujer en aquellos tiempos era casarse, vivir en la casa del marido y cuidar de los hijos. En cambio, la situación de una ramera ante la sociedad era de desprecio. El relato resalta, por tanto, que Salomón no sólo tuvo sabiduría, sino que actuó imparcialmente respetando el derecho a juicio de dos mujeres que pertenecían a lo desdeñado por la sociedad.
Lo impresionante de la historia no sólo es la sabiduría de Salomón, sino el profundo afecto maternal y el sentido de compasión de aquella ramera. Salomón, con su forma de proceder, hizo que aflorase los sentimientos maternales de aquella mujer con tal de salvaguardar la integridad física de su hijo. Porque siendo malos sabemos hacer cosas buenas por nuestros hijos (Mt 7.11). Pero, eso bueno no satisface la justicia Divina. La provisión del Hijo que nos sustituyó hizo posible nuestra redención (Ro 3.20-26).
En una ocasión una mujer pecadora se acercó a Jesucristo (Lc 7.36-50). No se especifica qué pecado era distintivo en dicha mujer. Si los textos posteriores registrados por H. L. Strack y P. Billerbeck (Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch, 2:162) reflejan las actitudes de los judíos del primer siglo, entonces es probable que la mujer fuera una prostituta. Quizá era una mujer que tenía una ocupación deshonrosa o era adultera. En todo caso, la actitud de Jesucristo hacia los pecadores fue escandalosa. Pero, Jesucristo ofrece perdón a los pecadores y no los excluye como no lo hizo el propio Salomón.
Ese instinto maternal, puede ser transformado en amor trascendente hacia Jesucristo quien no fue partido en dos por una espada, sino fue horrendamente crucificado para librarnos del hoyo cenagoso. El perdón en Jesucristo produce el amor hacia Él como evidencia de haber experimentado Su Gracia.
"Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama" (Lc 7.37).
Aprovecho en expresar mi gratitud a mi madre, María del Pilar Medina de Rojas y a mi amada esposa Magali Arévalo, quienes no sólo aman a sus hijos, sino, por encima de todo, a Su Salvador. Un saludo a todas las madres. Que como hijos obedezcamos el mandamiento:
כַּבֵּד אֶת־אָבִיךָ וְאֶת־אִמֶּךָ
Honra a tu padre y a tu madre
Ex. 20.12

domingo, 24 de abril de 2011

La resurrección de Cristo y la regeneración

De acuerdo a Wayne Grudem, la resurrección de Cristo asegura la regeneración del creyente:

Pedro dice que “por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva” (1 P 1:3). Aquí se relaciona explícitamente la resurrección de Jesús con nuestra regeneración o nuevo nacimiento. Cuando Jesús se levantó de entre los muertos tenía una nueva calidad de vida, una “vida de resurrección” en un cuerpo y espíritu humanos que eran perfectamente apropiados para obediencia y compañerismo con Dios para siempre. En su resurrección, Jesús ganó para nosotros una vida nueva como la suya. No recibimos todo lo de esa nueva “vida de resurrección” cuando nos hacemos cristianos, porque nuestros cuerpos permanecen como eran, sujetos todavía a la debilidad, el envejecimiento y la muerte. Pero en nuestro espíritu somos vivificados con el nuevo poder de la resurrección. De manera que es por medio de su resurrección que Jesús ganó para nosotros la nueva clase de vida que recibimos cuando “nacemos de nuevo”. Esta es la razón por la que Pablo puede decir que Dios “nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó” (Ef 2:5-6; cf. Col 3:1). Cuando Dios resucitó a Cristo de entre los muertos, nos consideró en cierta forma resucitados “con Cristo” y, por tanto, merecedores de los méritos de la resurrección de Cristo. Pablo dice que su meta en la vida es “conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección...” (Fil 3:10). Pablo sabía que aun en esta vida la resurrección de Cristo le daba un poder nuevo para el ministerio cristiano y la obediencia a Dios.[1]
En nuestra congregación, la iglesia bautista de Fe, disfrutamos de un hermoso tiempo celebrando a Jesucristo. Tuvimos ocho hermanos obedeciendo a Cristo pasando por las aguas del bautismo que ilustra  oportunamente la verdad de la relación entre resurrección y regeneración (cf. Romanos 6.1-11). ¡Espero que hayan tenido un Feliz Domingo de Resurrección 2011!
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[1] Wayne Grudem, Teología Sistemática (Miami: Vida, 2007), 645-646.

sábado, 23 de abril de 2011

John Piper: Cincuenta razones del porqué Jesús vino a morir

En su libro La Pasión de Jesucristo (en inglés Fifty Reasons Why Jesus Came to Die]), el pastor John Piper nos recuerda 50 razones por las cuales Jesucristo vino a morir en una cruz:

1 Para absorber la ira de Dios
2 Para complacer a su Padre celestial
3 Para aprender obediencia y ser perfeccionado
4 Para lograr su propia resurrección de entre los muertos
5 Para mostrar la riqueza del amor y la gracia de Dios por los pecadores
6 Para mostrar su propio amor por nosotros
7 Para cancelar las demandas de la Ley contra nosotros
8 Para convertirse en rescate por muchos
9 Para el perdón de nuestros pecados
10 Para proveer la base de nuestra justificación
11 Para completar la obediencia que se convierte en nuestra justificación
12 Para cancelar nuestra condenación
13 Para abolir la circuncisión y todos los rituales como base de la salvación
14 Para llevarnos a la fe y mantenernos fieles
15 Para hacernos santos, intachables y perfectos
16 Para darnos una clara conciencia
17 Para obtener todas las cosas que son buenas para nosotros
18 Para sanamos de enfermedades morales y físicas
19 Para dar vida eterna a todo el que cree en Él
20 Para redimirnos del presente siglo malo
21 Para reconciliarnos con Dios
22 Para llevarnos a Dios
23 Para que podamos pertenecer a Él
24 Para darnos seguro acceso al Lugar Santísimo
25 Para convertirse para nosotros el lugar donde nos reunimos con Dios
26 Para poner fin al sacerdocio del Antiguo Testamento y convertirse en el Sumo Sacerdote eterno
27 Para ser un sacerdote compasivo y competente
28 Para librarnos de la futilidad de nuestro linaje
29 Para librarnos de la esclavitud del pecado
30 Para que pudiéramos morir al pecado y vivir a la justicia
31 Para que muriésemos a la Ley y llevemos frutos para Dios
32 Para que podamos vivir para Cristo y no para nosotros
33 Para hacer de su cruz la base sobre la cual nos gloriamos
34 Para que podamos vivir por fe en Él
35 Para dar al matrimonio su más profundo significado
36 Para crear un pueblo celoso de buenas obras
37 Para llamarnos a seguir su ejemplo de humildad y valioso amor
38 Para crear una legión de seguidores crucificados
39 Para librarnos de la esclavitud del miedo a la muerte
40 Para que estuviésemos con Él inmediatamente después de la muerte
41 Para asegurar nuestra resurrección de entre los muertos
42 Para desarmar a los principados y a las potestades
43 Para desatar el poder de dios en el evangelio
44 Para destruir la hostilidad entre las razas
45 Para rescatar a las personas de todo linaje, lengua, pueblo y nación
46 Para reunir a sus ovejas dispersas por mundo
47 Para rescatarnos del juicio final
48 Para alcanzar su gozo y el nuestro
49 Para que seamos coronados con gloria y honor
50 Para mostrarnos que el peor mal Dios lo encamina a bien

jueves, 21 de abril de 2011

"...resucitado para [διά ] nuestra justificación" Romanos 4.25

Esta cláusula está construida como un parallelismus membrorum:

ὃς
παρεδόθη   διὰ       τὰ        παραπτώματα     ἡμῶν
καὶ
ἠγέρθη       διὰ      τὴν        δικαίωσιν           ἡμῶν.

El paralelismo podría sugerir prima facie que la preposición διά en ambas cláusulas debería tener el mismo sentido. Sin embargo, debido a que en la segunda cláusula el sentido causal difícilmente encaja con la expresión, debe haber otra forma de entender el uso de las preposiciones. De acuerdo al Dr. Murray J. Harris habría tres probables soluciones: (1) διά tiene un sentido final en ambas cláusulas; (2) διά es causal en la primera cláusula y final en la segunda; (3) διά es causal en ambas cláusulas: v. 25a “a causa de (la necesidad de expiar)” y v. 25b “a causa de (la necesidad de lograr o confirmar)”.[1] A mi juicio, este paralelismo contiene ideas contrapuestas. Hay un contraste entre los pasivos (1) παρεδόθη implica muerte y (2) ἠγέρθη implica vida; entre los sustantivos en acusativo (1) παραπτώματα, en plural, implica culpabilidad y (2) δικαίωσιν, en singular, implica inocencia. Si es así, entonces habría distinción en el uso de διά en cada una de las frases preposicionales. Esto no quiere decir que διά tenga varios significados, sino que el contexto nos ayuda a determinar la dirección causal de esta preposición. Si esto es correcto, διά en la primera cláusula es restrospectivo pudiéndose traducir como “a causa de”, y διά en la segunda cláusula es prospectivo pudiéndose traducir como “para”.[2] La resurrección es el sello de la aprobación divina de la obra de Cristo.[3]

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[1] Cf. Murray J. Harris. “Appendix: Prepositions and Theology in the Greek New Testament”, en NIDNTT, 1184.
[2] Cf. E. H. Gifford, The Epistle of St. Paul to the Romans (Londres: John Murray, 1886), 109; Sanday-Headlam, 116.
[3] Cf. Harris, op. cit., 1184.

martes, 19 de abril de 2011

Importancia de la resurrección de Cristo

Al acercarnos al Domingo de Resurrección, estoy releyendo los siempre emocionantes relatos bíblicos de la resurrección del Señor Jesús. También, estoy revisando principalmente dos estudios dedicados a ello. El trabajo de George E. Ladd y el voluminoso estudio de N. T. Wright. 
El apóstol Pablo destaca la relevancia del hecho de la resurrección de Jesucristo en los siguientes términos:
14 y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe. 15 Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que Él resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Pues si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; 17 y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que han dormido en Cristo han perecido.
1 Corintios 15:14-18 (LBLA)

No cabe duda que la resurrección está en el centro de nuestra fe. Y, como dice el profesor Ladd:
Empero si Jesús no resucitó, la historia de la redención termina en el callejón sin salida de una tumba palestina. Entonces resulta que Dios no es el Dios vivo, ni es el Dios de los que viven, como dijo Jesús (Mr. 12:27). La muerte es más poderosa que Dios; la muerte es más poderosa que la palabra de Dios. Se demuestra que los actos de Dios son vanos ante el mayor enemigo del hombre: la muerte. No se puede descartar la resurrección y al tiempo aceptar el testimonio de la Biblia tocante a la historia de la redención.[1]
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[1] George E. Ladd, Creo en la resurrección de Jesús (Miami: Caribe, 1977), 189.

Otros breves artículos que publiqué sobre la resurrección son:
Las mujeres y la resurrección
Martin Hengel y la resurrección de Jesús

Testigos de la resurrección

Es evidente que la palabra “testigo” (μάρτυς) en el libro de los Hechos retiene la carga semántica de trasfondo legal. El testigo es alguien que certifica la ocurrencia de un hecho, y lo único que cuenta es su palabra. La prueba del testimonio es que la palabra dada corresponda con la realidad. Pero, ante un hecho irrepetible y pretérito, el testimonio cristiano firma su declaración con la sangre. El testigo está frente a todos nosotros trayéndonos el bendito mensaje del Jesús resucitado. Me llama muchísimo la atención que en el libro de los Hechos el sustantivo μάρτυς está íntimamente relacionado con la proclamación del Cristo vivo: Hch 1.3 cf. 1.8; 1.22; 2:32; 3:15; 5:32; 10:39,41; 13:31.
El Dr. George E. Ladd, en su refinado estilo, lo expresa así:
El hecho de que la resurrección continuó siendo el punto central de la proclamación de los cristianos se comprueba por las reseñas de sermones posteriores. Cuando el evangelio fue llevado a los gentiles por vez primera, Pedro hizo a Cornelio una brevísima declaración tocante a la vida y la muerte de Jesús. Luego afirmó: "A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos". (Hch. 10: 40-41). Pedro dio testimonio, no sólo de la resurrección, sino de la reanudación de su propia experiencia de comunión con el Señor resucitado.[1]

Celebremos la resurrección de Nuestro Salvador, y agradezcamos a Dios por el testimonio apostólico que tiene la impronta de la sangre.


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[1] George E. Ladd, Creo en la resurrección de Jesús (Miami: Caribe, 1977), 54.

lunes, 18 de abril de 2011

"Griego del Espíritu Santo"

Eruditos de antaño consideraban que el griego del Nuevo Testamento era un griego inspirado especialmente por el Espíritu Santo. El teólogo luterano alemán Ricard Rothe afirmó esto en su obra Zur Dogmatik:
Man kann in der That mit gutem Fug von einer „Sprache des heiligen Geistes" reden.[Podemos hablar con propiedad de un idioma del Espíritu Santo][1]. Otro teólogo alemán, Hermann Cremer, asumió esa tesis en su obra Biblico-Theological Lexicon of the New Testament Greek.[2]
La discusión acerca de este tema tiene una larga historia. No obstante, no podemos despojar al Nuevo Testamento de su génesis en el tiempo y el espacio. El Nuevo Testamento emergió en un contexto específico con un idioma muy humano sin dejar de ser el Libro de Dios.


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[1] Richard Rothe, Zur Dogmatik (Gotha: F. A. Perthes, 1863), 238.
[2] Hermann Cremer, Biblico-Theological Lexicon of the New Testament Greek (3a edic.; Edinburgh: T&T Clark, 1886), iv.

sábado, 16 de abril de 2011

Uso y abuso del aoristo

"Este verbo, en griego, está en aoristo lo cual significa que la acción se produce una vez y para siempre".
Afirmaciones de este tipo son comunes entre nosotros. La misma palabra "aoristo" es asociada con cierto conocimiento esotérico e inaccesible, que sólo las almas iluminadas pueden acceder a él.
Una obra seminal que ha ayudado a la desmitologización del aoristo es el artículo del profesor Frank Stagg publicado en 1972 (¡!). El artículo está disponible en internet, se intitula "The abused aorist".

Por ejemplo, en Marcos 1.11 leemos "Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia [εδκησα indicativo aoristo de εδοκω “tener complacencia”]". Obviamente no entendemos que Dios tuvo complacencia en Su Hijo sólo una vez en algún punto de la eternidad.
Me parece acertado lo que dice el profesor Stephen Levinsohn:
"Termino con una advertencia final. Si al hacer la exégesis de un pasaje, se tienen en cuenta los rasgos discursivos del texto griego, por lo general el resultado NO será una nueva interpretación del pasaje. Pero el hecho de haber tenido en cuenta tales rasgos permitirá al exegeta poder escoger entre las diversas interpretaciones existentes".

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viernes, 15 de abril de 2011

¿Cuál es el antecedente del pronombre demostrativo neutro singular τοῦτο (“esto”) en Efesios 2.8?

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios
Τῇ γὰρ χάριτί ἐστε σεσῳσμένοι διὰ πίστεως· καὶ τοῦτο οὐκ ἐξ ὑμῶν, θεοῦ τὸ δῶρον
Efesios 2.8


De acuerdo al Dr. Daniel B. Wallace hay 4 alternativas: (1) “gracia”; (2) “fe”; (3) el concepto de salvación por gracia por medio de la fe; (4) y καὶ τοῦτο teniendo una fuerza adverbial sin tener antecedente, siendo equivalente a “y especialmente”.[1]

El problema con las alternativas (1) y (2) es que χάριτί (“gracia”) y πίστεως (“fe”) son sustantivos femeninos, mientras que el pronombre τοῦτο es neutro.
Hasta donde sé, Agustín de Hipona fue uno de los primeros en proponer la alternativa (2). Con respecto a si la fe es un don de acuerdo a Efesios 2:8, en el nivel gramatical podemos concluir que las palabras "fe" y "gracia" probablemente no son los antecedentes del pronombre neutro. Mientras es verdad que en raras ocasiones, cuando un pronombre aparece entre dos sustantivos, el pronombre no coincide en género con el sustantivo antecedente porque es atraído por el sustantivo consecuente. Sin embargo, el caso de Efesios 2:8 no tiene paralelo.

Puesto que "don" (δῶρον) está en neutro singular nominativo algunos han considerado que τοῦτο está relacionado con δῶρον. El problema es que no es el predicado nominal de τοῦτο. Es por ello que la probabilidad gramatical y el contexto indicarían que el concepto de salvación por gracia por medio de la fe sería el antecedente de τοῦτο. A. T. Robertson se inclina por esta interpretación, que es la alternativa (3).
El Dr. Wallace defiende la alternativa (4), que la expresión καὶ τοῦτο cumple una función adverbial sin tener antecedente, enfocándose en el participio perfectoo σεσῳσμένοι, siendo equivalente a “y especialmente”[3]. De acuerdo a Wallace, el texto podría traducirse "por gracia habéis sido salvados a través de la fe, y especialmente no de vosotros, es don de Dios". Esta interpretación, hasta donde tengo información, no es muy difundida entre los comentaristas.


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[1] Daniel B.Wallace, Greek Grammar Beyond the Basics: An Exegetical Syntax of the New Testament (Grand Rapids: Zondervan, 1996), 334.

[2] A. T. Robertson, A Grammar of the Greek New Testament in the Light of Historical Research, 704.

[3] Wallace, op. cit., 335.

lunes, 17 de enero de 2011

Nuevamente en la red

Estoy desarrollando en la iglesia una serie de estudios en la primera carta de Pablo a Timoteo. Me parece acertada la opinión de G. Fee que esta carta era quasi una carta poder que confería a Timoteo un certificado escrito para efectuar las correcciones respectivas. No es, pues, casual que Pablo escriba en el encabezado:
Παῦλος ἀπόστολος Χριστοῦ Ἰησοῦ κατ᾽ ἐπιταγὴν θεοῦ σωτῆρος ἡμῶν καὶ Χριστοῦ Ἰησοῦ τῆς ἐλπίδος ἡμῶν
1Ti 1.1
Así, destaca la cuestión de la autoridad Divina. Pues, ¡el apóstol define su ministerio en base al ἐπιταγή ("autoridad", BDAG) de Dios!

sábado, 23 de octubre de 2010

Carballosa y el significado de ὄρος (“montes”) en Ap 17.9


Comentando Ap 17.9,10, el Dr. Carballosa asevera lo siguiente:
Un detalle que debe observarse es que Roma está ubicada sobre colinas o collados (bounós) que es una elevación menor que una montaña (véase Lc. 3:5; 23:30). El vocablo “montes” en Apocalipsis 17:9 es órei (plural de óros). Este vocablo se usa generalmente para referirse a un monte alto o montaña (véanse Mt. 5:14; Lc. 9:28; Ap. 6:16). De modo que el uso del vocablo “montes” (óros) como símbolo de un reino es perfectamente apropiado.[1]
Aquí tenemos el texto griego de Ap 17.9:

δε νος χων σοφαν. Α πτ κεφαλα πτ ρη εσν, που γυν κθηται π ατν. κα βασιλες πτ εσιν·
Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,

El Dr. Carballosa es un expositor que defiende la autoridad de las Sagradas Escrituras que sobresale por su insistencia en la sana exégesis. Sin embargo, hay  algunos problemas con el manejo de la semántica por parte del Dr. Carballosa en Ap. 17.9.
  1. No se presenta evidencia de escritores griegos en donde a las colinas de Roma se les haya llamado βουνς.
  2. Hubiera sido conveniente citar algún diccionario que certifique que a las colinas de Roma se les haya llamado βουνς. 
  3. Un detalle que no se toma en cuenta es que ὄρος significa tanto “monte” como “colina”[2]. Además, se debe señalar que la terminología topográfica es un tanto relativa (cf. NETBible). 
  4. Por otro lado, Estrabón usa la palabra ρος para referirse a dos de las colinas de Roma (Geographica 5.3.7.11: τ Καίλιον ρος κα τ βεντνον ρος). Dio Casio denomina precisamente a las colinas de Roma con la palabra ὄρος  (Historiae Romanae 53.27.5: ἐν τῷ Παλατίῳ ὄρει)[3]. 
  5. No se toma en cuenta que los autores latinos usan intercambiablemente collis (“colina, collado”) con mons (“monte, montaña”) cf. Horacio, Carmen Saeculare 7: septem placuere colles; Tibullo, Elegiae 2.5.55-56: de septem montibus herbas; Varro, De Lingua Latina 6.24.6: septem montibus. 
  6. Un fenómeno interesante es que Varro en su De Lingua Latina 6.24.5 denomina a la ubicación de Roma como Septimontium, y Suetonio en su De Vita Caesarum (Vida de Domiciano 4.5) con referencia a Roma como Septimontia. 
  7. Lo llamativo es que el Dr. Carballosa a lo largo de su comentario ha interpretado literalmente (como una referencia topográfica) todas las otras 6 apariciones de la palabra ὄρος en el Apocalipsis (Ap 6.14,15,16; 8.8; 14.1; 16.20; 21.10). Y, sólo en este pasaje interpreta la palabra ὄρος simbólicamente.
Vemos que la tarea exegética exige indagaciones en el campo de la semántica que pueden resultar tediosas. Pero, como el mismo Dr. Carballosa afirma:
un digno enfoque del Apocalipsis debe dar seria consideración a una exégesis profunda del texto que no escatime esfuerzos por estudiar las cuestiones pertinentes al mensaje del libro.[4]
Estas observaciones sugieren que la expresión πτ ρη (“siete montes”) puede probablemente referirse a Roma. Y esta interpretación no es necesariamente una postura que adolezca de “serios defectos y problemas exegéticos”. Nuestra falibilidad exige una revisión, y en algunos casos corrección, constante de nuestras investigaciones.

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[1] Evis L. Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids: Portavoz, 1997), 334.
[2] Cf. LSJ, 1255; BDAG, 724; Friberg, 285; TLNT 2:597; TDNT 5:475; EDNT 2:534; NIDTT. Esto es correctamente reconocido por G. K. Beale, The Book of Revelation (NIGTC; Grand Rapids: Eerdmans, 1999), 868. Debe notarse que el Dr. Beale no identifica los siete montes con Roma por otras razones, sin apelar al significado ὄρος.
[3] Cf. Werner Foerster, TDNT 5:475.
[4] Carballosa, Apocalipsis, 16.

miércoles, 13 de octubre de 2010

J. S. Bach: Choral BWV 147

Espero que disfruten este arreglo para guitarra. ¡Siempre disfruto a Bach!
[http://www.youtube.com/watch?v=lEOKARw23iU&feature=related]

lunes, 27 de septiembre de 2010

La identificación del dador del pacto (Éx 20.1)


20:1
 וַיְדַבֵּר אֱלֹהִים אֵת כָּל־הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה לֵאמֹר׃
וַיְדַבֵּר conjunción waw consecutiva + Pi’el imperfecto 3ª persona masculino singular “y habló”
אֱלֹהִים nombre masculino plural “Dios”
אֵת partícula que señala objeto directo
 כָּל־ nombre masculino singular constructo “todas”
הָדְּבָרִים artículo definido + nombre masculino plural “las palabras”
 הָאֵלֶּהartículo definido + adjetivo demostrativo masculino plural “estas”
לֵאמֹר preposición + Qal infinitivo constructo “diciendo”
Si la propuesta de Mendenhall es correcta, entonces tendríamos aquí la identificación del dador del pacto. Lo que se enfatiza en este versículo, por tanto, no es propósito ni la naturaleza de las diez palabras, sino la fuente de las palabras. El Dador del pacto es Dios mismo, son Sus palabras. Dios habló y eso debía ser suficiente para ellos. Cf. Éx 20.22.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Los diez mandamientos y los tratados de suzeranía


De acuerdo a Raymond F. Collins[1] el estudio del decálogo dio un paso adelante cuando George E. Mendenhall comparó los textos del pacto bíblico con un grupo de tratados hititas de suzeranía.[2] Mendenhall señaló que el contenido de Éx 19-24, Jos 24 y el libro de Deuteronomio era similar al de los tratados hititas de “suzeranía”.
Una evaluación de los tratados hititas del segundo milenio a.C. como de los tratados asirios del primer milenio a.C. revela varias clases de tratados. Algunos fueron conocidos como tratados de “paridad”, en los cuales partes iguales entran en un acuerdo comprometiéndose bajo juramento. De especial interés son los tratados conocidos como tratados de “suzeranía” en los cuales un gobernante más débil se subordina a sí mismo junto con su reino (como vasallos) ante un gobernante más poderoso denominado “suzerano”. En 1931 Viktor Korošec [3] publicó una investigación en la cual describió la estructura de los tratados y los aspectos legales de los mismos.
1.      La identificación del dador del pacto. Esta introducción del tratado usualmente empieza con la fórmula “Las palabras de…”, seguida por el nombre del rey hitita, su genealogía, sus títulos, terminando con el epíteto de “el héroe”.
2.      El prólogo histórico. En esta sección el rey hitita hacía un recuento de las obras realizadas en beneficio del vasallo. La motivación para esta sección fue que ese pasado servía como la base sobre la cual el vasallo estaba obligado a obedecer las estipulaciones del pacto. El concepto que subyace en el prólogo histórico es el de reciprocidad. El recuento del pasado recalcaba los beneficios otorgados por el rey poderoso implicando un compromiso de gratitud por parte del vasallo.
3.      Las estipulaciones. En esta sección se describían los intereses del gran rey que el vasallo debía proteger y obedecer.
4.      La provisión para el depósito y la lectura pública periódica. El depositar una copia del tratado en el templo era un acto que indicaba que el tratado era incluido entre los intereses de la deidad local y el pacto quedaba bajo la protección de la deidad. El pacto era sacralizado, y su lectura periódica garantizaba la fidelidad de las futuras generaciones.
5.      La lista de testigos para el tratado. Los testigos, “la tercera parte”, eran exclusivamente deidades o elementos deificados del mundo natural. Por lo regular, la lista era muy larga e incluían los cielos, la tierra, las montañas, los ríos…
6.      Las bendiciones y las maldiciones. Esta sección del tratado describía en detalle las consecuencias de la obediencia y desobediencia con la cual los testigos del tratado recompensaban o castigaban al vasallo.
7.      La ceremonia de ratificación. Por medio de un ritual se formalizaba el tratado bajo juramento. El ritual consistía frecuentemente del sacrificio de un animal.
8.      La imposición de las maldiciones. En caso de violación del tratado, el suzerano declaraba las maldiciones y privaba al vasallo de su protección.[4]
Los tratados poseían varios elementos comunes, pero no todos los elementos de los tratados se hallaban en cada tratado. La comparación hecha por Mendenhall entre los tratados de suzeranía y los pactos bíblicos provocó un amplio debate entre los eruditos. El erudito reformado Meredith G. Kline argumentó que el libro de Deuteronomio estaba estructurado de acuerdo a las características de los tratados internacionales del segundo milenio a.C.[5] No sólo esto, sino que las dos tablas del decálogo, de acuerdo a Kline, poseen notables similitudes con los tratados de suzeranía.[6] Al igual que Kline, Kenneth A. Kitchen apoyó esta tesis que el libro de Deuteronomio seguía el patrón de los tratados hititas.[7]
Este tema de la comparación de los pactos bíblicos con los tratados de suzeranía ha generado un amplio debate entre los eruditos. Hay eruditos muy respetados que consideran esta explicación de los pactos bíblicos como la más probable. Esto tiene implicaciones exegéticas muy significativas. Termino con estas reflexiones de E. C. Lucas a este respecto:
El significado histórico es bastante obvio. Si la evidencia de que el pacto del Sinaí se expresó en la forma de los tratados de los siglos XIV y XIII antes de Cristo es sólida, esto apoya la antigüedad de las tradiciones del pacto mosaico en el marco del Antiguo Testamento. El principal, aunque de ninguna manera el único, significado teológico de la forma del tratado es lo que ello implica acerca de la manera en que se deben considerar la ley del pacto, y sus maldiciones y bendiciones. Existe el peligro (y éste es el que los israelitas no siempre evitaron) de entenderlas en una estricto base quid pro quo. La obediencia ganará el favor y la garantía de una recompensa. Sin embargo, esto confunde pacto con contrato. Los tratados hititas no son contratos. Son dones de gracia dados por el señor para definir y confirmar una relación existente (de ahí el prólogo histórico). El vasallo mantiene las estipulaciones del pacto no para ganar el favor, sino como una respuesta de gratitud por los beneficios del señor. El punto de las bendiciones y las maldiciones es que el vasallo fiel sigue disfrutando de estos beneficios, mientras que la infidelidad persistente (que en el contexto del tratado se considera como una expresión de grosera ingratitud) en efecto pone fin a la relación expresada por el pacto. Sin embargo, el fin no es necesariamente definitivo. El señor podía ejercer misericordia y renovar la relación con un vasallo arrepentido.[8]

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[1] Raymond F. Collins, “Ten Commandments”, ABD 6:384.
[2] George E. Mendenhall, “Ancient Oriental and Biblical Law”, BA (1954) 17: 26-45. Véase también la monografía de Mendenhall, Law and Covenant in Israel and the Ancient Near East (Pittsburgh: Presbyterian Board of Colportage, 1955). George Emery Mendenhall es un autor y profesor emérito del Departamento de Estudios del Cercano Oriente en la Universidad de Michigan.
[3] Viktor Korošec, Hethitische Staatsverträge: Ein Beitrag zu ihrer juristischen Wertung (Leipziger Rechtswissenschaftliche Studien, 60; Leipzig: Theodor Weicher, 1931).
[4] Cf. George E. Mendenhall y Gary A. Herion, “Covenant”, ABD 1:1180-1182.
[5] Cf. Meredith G. Kline, “Dynastic Covenant”, WTJ 23 (1960/61): 1-15. Ver también su estructura del libro de Deuteronomio.
[6] Cf. Meredith G. Kline, “The Two Tables of the Covenant”, WTJ 22 (1960): 133-146.
[7] Cf. Kenneth A. Kitchen, On the Reliability of the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 2003), 283-312.
[8] E. C. Lucas, “Covenant, Treaty, and Prophecy”, Themelios 8.1 (Setiembre 1982): 19-23.